31 de marzo de 2013

Estudio de ADN de pueblo chono revela que desciende de primeros pobladores de América


Análisis genético muestra que no provienen de los huilliche o kawéskar, sino que son una cultura propia.


El pueblo chono es uno de los grupos originarios que vivieron en el territorio chileno de los que menos información hay. Fueron cazadores y recolectores, habitaron los canales de la Región de Aysén, una zona geográfica y climáticamente compleja, usaban canoas (dalcas) y sus mujeres buceaban para obtener alimentos. Se extinguieron a fines del siglo XVIII y dejaron pocos restos de su cultura.

Gran parte de lo que se sabía de ellos provenía de cronistas de la época y de estudios arqueológicos en la donde habitaron. Algunos arqueólogos, incluso, afirmaban que no son un pueblo como tal, sino descendientes de kawéskar, que emigraron al norte, o de huilliche de Chiloé, que se desplazaron al sur. Pero un nuevo estudio reveló que no sólo se trata de una cultura con linaje propio, sino que, además, son descendientes directos de los primeros habitantes de América.

Las conclusiones son parte de la investigación más completa que se haya hecho sobre los chonos, trabajo financiado por Fondecyt y dirigido por expertos de la U. de Chile y la U. de Magallanes, que se extendió por tres años e incluyó la búsqueda de nuevas muestras, dataciones radiocarbónicas y el análisis del ADN mitocondrial (herencia genética materna).

En su búsqueda, los expertos descubrieron osamentas de más de dos mil años y sitios de tres mil años, revelando que el poblamiento chono del archipiélago que lleva su nombre fue más temprano de lo que se creía. Según los expertos, el pueblo tuvo una cultura propia (no son parte de otros grupos cercanos) y sus costumbres se mantuvieron constantes mientras existieron.

El análisis de ADN reveló secuencias genéticas presentes en los primeros habitantes del continente, que muchos pueblos originarios de América perdieron.

“Las variantes de ADN mitocondrial que ellos portan son las mismas que tenían los pobladores que llegaron a la zona hace 12 o 15 mil años”, sostiene Mauricio Moraga, investigador del Programa de Genética Humana de la U. de Chile y quien dirigió el estudio.

El experto se refiere a un marcador genético específico o haplogrupo (llamado D4h3a) presente en restos hallados en pueblos de Alaska y en indígenas actuales de América Central y del Sur. “Encontrar un haplogrupo mitocondrial ancestral tan escaso en el resto de América en casi un tercio de las muestras chono estudiadas es extraordinario, ya que refuerza el modelo de poblamiento de América por la costa pacífica (ver recuadro). Además, permite indagar en los eventos tempranos del poblamiento de la Patagonia al comparar las variantes de este haplogrupo entre chono, kawéskar, yámana y tehuelche”, dice Moraga.

Nueva datación

Navegar por los canales australes no es fácil. Además, la densa vegetación puede llegar hasta el mar e impedir el acceso y la visibilidad. Por ello, los expertos debieron perforar en sedimentos para hallar asentamientos de la etnia o conchales (donde tiraban las conchas de sus alimentos).

“Identificamos conchales, corrales de pesca y sitios barridos por las mareas en donde encontramos materiales culturales (puntas bifaciales, pesas de red, hachas, etc.) y evidencia bioantropológica (restos humanos). Con las muestras seleccionadas se identificó una decena de sitios con antigüedades máximas de 3.000 años. Los restos humanos desperdigados por la acción erosiva de las mareas dieron antigüedades de 2.000 años”, explica Omar Reyes, del Centro de Estudios del Hombre Austral, de la U. de Magallanes.

Tras la prospección, se localizaron nuevos sitios. “De los últimos lugares de los que se han obtenido muestras, estos no presentan signos de enfermedad tan extremos como los vistos en otras muestras de museo. Eso significa que era una población que permaneció por varios miles de años ahí y que estaba bastante adaptada al medio, pese a lo hostil”, indica Moraga.

El estudio también confirmó que su dieta era fundamentalmente marina, cazaban lobos marinos, aves y se alimentaban de ballenas varadas.



☛ El artículo completo original de La Tercera lo puedes ver aquí

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