Una investigación ha descubierto que la amígdala cerebral, una zona del cerebro arcaico, es más voluminosa en los políticos conservadores, mientras que el córtex cingulado anterior, la parte evolucionada del cerebro, está más desarrollado en los progresistas. Eso provoca que los conservadores reaccionen más a los estímulos negativos y los progresistas a los positivos. Y permite detectar la orientación política de una persona analizando sus datos cerebrales.
Conservadores y progresistas no activan las mismas zonas cerebrales. La amígdala cerebral es más voluminosa entre los conservadores, mientras que el córtex singular anterior está más desarrollado en los políticos progresistas.
Esta es una de las observaciones recogidas por neurólogos de la Universidad de Grenoble Alpes, junto con otros investigadores de Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, España, Suiza y Australia.
La política se ha convertido en un nuevo campo de investigació...
Esta es una de las observaciones recogidas por neurólogos de la Universidad de Grenoble Alpes, junto con otros investigadores de Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, España, Suiza y Australia.
La política se ha convertido en un nuevo campo de investigació...
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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