Al igual que sucedió en las pruebas anteriores, el proyecto constaba de dos fases: una de análisis y optimización de procesos de seis meses, y otra en la que, una vez aplicados los cambios, se iniciaba la jornada semanal de cuatro días durante seis meses más, reduciendo un 20% la jornada habitual.
Semanas que no siempre son de cuatro días. El objetivo final que buscaba el experimento de Alemania era probar distintos modelos de implementación para la reducción de la jornada laboral, por lo que no todas empresas participantes optaron por trabajar cuatro días y cerrar el quinto día. Sino que aplicaban distintas fórmulas de distribución de esa reducción de jornada.
Algunas empresas optaron por recortar ese día de forma asíncrona entre los equipos, de forma que el departamento se mantiene en funcionamiento con algunas personas menos cada día. En otros casos se apostaba por la semana laboral de 4,5 días, ampliando proporcionalmente los días festivos de los empleados que los aplicaban.
45 empresas de amplio espectro. Para que la prueba fuera lo más representativa de la realidad a la que se enfrentaría el tejido empresarial alemán de aplicar esa reducción de jornada, las empresas que participaron en el proyecto eran desde microempresas de entre 1 y 9 empleados, hasta grandes corporaciones con más de 250 empleados.
También se buscó una amplia representación de su actividad económica. Han participado desde empresas dedicadas a la manufactura, seguros, tecnología, medios de comunicación, comercio o educación.
El 73% se queda con los cuatro días. El dato más inmediato tras la conclusión de la prueba piloto es que el 73% de las empresas que han participado van a mantenerse con la reducción de jornada tal y como la han implementado. Dentro de este grupo, un 20% va a realizar pequeños ajustes, pero manteniéndola en gran medida. Solo el 20% de las empresas participantes ha declarado que va a volver al modelo anterior. El 7% de las empresas se muestra indecisa sobre volver o no al modelo anterior.
El motivo: el 60% de las empresas redujo la frecuencia y la duración de sus reuniones, y el 25% incorporó nuevas herramientas digitales para agilizar sus procesos. La percepción de la productividad se incrementó entre los empleados durante el experimento, así como su ritmo de trabajo, pero su carga laboral se redujo debido a las optimizaciones aplicadas.
Bienestar de los empleados. A nivel de satisfacción laboral, el experimento laboral se mueve en los mismos términos que sus antecesores internacionales. El 50% de los empleados respondieron que su bienestar había mejorado mucho o bastante. El 13% aseguraba que había mejorado en algunos aspectos y el 31% que había mejorado un poco durante la prueba. Solo el 6% no notó mejoría.
Los datos muestran que se ha mejorado la satisfacción de los empleados, que han reportado que dormían una media de 38 minutos más por semana y practicaban más deporte Eso se reflejaba en menores niveles de estrés durante la semana y registraban un incremento de ocho puntos en la retención de los empleados.
Los empresarios alemanes quieren una jornada flexible. La edición alemana de Business Insider publicaba que la asociación empresarial BDA no se muestra partidaria de reducir la jornada, sino de optimizarla tal y como lo han hecho las empresas participantes en el proyecto para hacerla más flexible.
Steffen Kampeter, director general de BDA, aseguraba que: "En su caso, trabajar más de lunes a jueves y tomarse libres los viernes. Empresas y empleados podrían ponerse de acuerdo sobre esto".
Imagen | Unsplash (Nate Johnston, Kevin Woblick)
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La noticia Alemania ha probado la semana de cuatro días y tiene claro su veredicto: el 73% de las empresas no volverá a la de cinco fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .
☞ El artículo completo original de Rubén Andrés lo puedes ver aquí
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