¿Qué es la misión LISA?
La misión LISA está siendo dirigida por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con NASA, y tiene un objetivo claro: detectar ondas gravitacionales en el espacio. ¿Cómo lo logrará? Usando un sistema de láseres para medir distancias con una precisión increíble, hasta el nivel de los picómetros, que son billonésimas partes de un metro. Para darte una idea, el sistema funcionará con tres naves espaciales dispuestas en forma de triángulo, donde cada lado de este triángulo medirá casi 2.5 millones de kilómetros. ¡Eso es más grande que el diámetro del Sol!
Cada nave llevará dos telescopios que enviarán y recibirán láseres infrarrojos para seguir los movimientos de sus compañeras. Esta red de telescopios será lo que permita detectar esas ondas gravitacionales. Para la misión, NASA será la encargada de suministrar los seis telescopios necesarios.
El prototipo del telescopio
El telescopio que NASA presentó es un prototipo llamado Unidad de Desarrollo de Ingeniería. Este prototipo ayudará a los ingenieros a perfeccionar el diseño antes de construir el equipo definitivo que viajará al espacio. El telescopio fue fabricado por la empresa L3Harris Technologies en Nueva York y se trasladó al Centro de Vuelo Espacial Goddard de NASA en Maryland en mayo de 2024.
El material del telescopio es realmente impresionante. Está hecho completamente de un vidrio cerámico especial llamado Zerodur, que fue creado por una empresa alemana llamada Schott. Este material es conocido por ser muy estable y no cambiar de forma incluso cuando se somete a temperaturas extremas. Esto es clave, ya que el telescopio deberá funcionar en el frío del espacio.
Además, el espejo del telescopio está recubierto de oro, lo que ayuda a reflejar mejor los láseres infrarrojos que utilizará la misión. También reduce la pérdida de calor, algo fundamental para asegurar que el telescopio funcione a temperaturas cercanas a la de una habitación normal, incluso en el espacio profundo.
¿Por qué es tan importante?
Detectar ondas gravitacionales no es algo sencillo. Estas ondas fueron predichas por Albert Einstein hace más de 100 años, y se necesitaron décadas para poder detectarlas por primera vez. Son tan débiles y difíciles de percibir que se requiere una tecnología extremadamente precisa. El trabajo de LISA será encontrar esas ondas que viajan por el universo tras eventos cósmicos gigantes, como la colisión de agujeros negros.
Lo increíble de esta tecnología es que nos permitirá «escuchar» el universo de una manera completamente nueva. Hasta ahora, hemos explorado el cosmos principalmente con telescopios que captan luz, pero las ondas gravitacionales son otro tipo de señal que podría revelar fenómenos que no habíamos podido estudiar antes. Con LISA, podremos captar esas señales y entender más sobre eventos masivos que ocurren a millones de años luz de distancia.
¿Cuándo sucederá?
El lanzamiento de la misión LISA está planeado para mediados de la década de 2030. Aunque parezca que falta mucho tiempo, los avances que están ocurriendo hoy, como la presentación de este prototipo de telescopio, nos acercan cada vez más a esa fecha. La ciencia detrás de esta misión es complicada, pero los beneficios que puede traer son enormes, permitiéndonos explorar más a fondo algunos de los misterios más grandes del universo.
En resumen, lo que NASA y ESA están haciendo con la misión LISA es abrir una nueva ventana al cosmos. Esta tecnología avanzada no solo nos permitirá detectar ondas gravitacionales, sino también aprender más sobre el origen y evolución de algunos de los fenómenos más violentos y poderosos del universo.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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