¿De qué tecnología está hablando Cage?
Cage se refería a algo que se ha vuelto un tema candente en la industria del cine: los Employment-Based Digital Replicas (EBDRs), o «réplicas digitales basadas en empleo». Estas réplicas, en términos sencillos, permiten que un actor sea digitalmente manipulado incluso después de haber rodado una escena. ¿Te imaginas filmar una película y luego darte cuenta de que han cambiado tus expresiones faciales, tu tono de voz o incluso tu postura, todo gracias a la IA? Eso es exactamente lo que los EBDRs permiten.
Lo preocupante aquí, según Cage, es que las grandes productoras de cine están empujando esta tecnología para tener más control sobre el producto final. Y si bien existen ciertas limitaciones y protecciones introducidas tras el final de la huelga de SAG-AFTRA, Cage cree que incluso ese uso limitado sigue siendo demasiado.
«Mi voz, mi cara, mi cuerpo, mi imaginación»
Con su típico estilo apasionado, Cage dejó claro que no está dispuesto a ceder en este tema. Propuso una especie de manifiesto para que los actores lo tengan en cuenta antes de firmar cualquier contrato que permita el uso de estas tecnologías. En sus palabras, los actores deberían proteger su instrumento, que no es otra cosa que su capacidad única de actuación. Para él, un actor es el instrumento en sí mismo, no una herramienta que pueda ser ajustada o mejorada digitalmente.
«Nosotros somos los instrumentos como actores de cine. No nos escondemos detrás de guitarras y baterías», dijo, haciendo una clara alusión a cómo el arte de la actuación es algo profundamente personal y humano.
La manipulación digital en el cine: ¿dónde está el límite?
La tecnología ha permitido grandes avances en la industria cinematográfica. No podemos negar que herramientas como los efectos visuales o el de-aging (el proceso de hacer que un actor luzca más joven mediante IA) han hecho maravillas en ciertas películas. Pero, ¿dónde está el límite? ¿Cuándo la tecnología deja de ser una herramienta para mejorar la narrativa y se convierte en una amenaza para los mismos actores?
Cage ofreció un ejemplo claro de cómo esto ya ha afectado su carrera. En la película The Flash de 2023, hizo una breve aparición como Superman. Sin embargo, su interpretación fue digitalmente manipulada, y el resultado final distaba mucho de lo que él había filmado. Para él, esto es un ejemplo de cómo la manipulación digital puede distorsionar el trabajo de un actor y su legado. En una entrevista previa, llegó a describir la experiencia con la IA como «una pesadilla» y «deshumanizante».
El miedo de Cage al futuro de la IA
No es solo que la IA esté afectando las actuaciones actuales. Cage también se preocupa por lo que ocurrirá después de que ya no esté. “¿Qué harán con mi cuerpo y mi cara cuando esté muerto? ¡No quiero que hagan nada con ellos!” dijo en una entrevista reciente. Esta es una preocupación legítima que muchos actores comparten. ¿Qué pasa cuando la tecnología avanza lo suficiente como para crear réplicas digitales hiperrealistas de personas fallecidas? ¿Deberían los estudios poder usar la imagen de un actor sin su consentimiento, incluso después de su muerte?
La conversación sobre los derechos de imagen y el uso de réplicas digitales está apenas comenzando, pero es un debate que afectará no solo a los actores, sino también a los músicos, escritores, y cualquier otro artista cuyo trabajo pueda ser replicado digitalmente.
El futuro de la actuación y la IA: ¿qué podemos esperar?
En mi opinión, lo que plantea Cage no es solo una advertencia para los actores jóvenes, sino para toda la industria creativa. La inteligencia artificial puede ser una herramienta increíble, pero debemos tener cuidado con cómo la utilizamos. Si dejamos que la tecnología se apodere de aspectos tan humanos como la actuación, podríamos perder el alma de lo que hace al arte, arte.
La cuestión no es si la IA debe o no estar en la industria del cine, sino cómo la controlamos para que no desplace lo que hace únicas a las personas. Después de todo, el cine es una forma de arte que depende de las emociones, y estas son algo que la tecnología, por mucho que avance, no puede replicar del todo.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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