Desde su aparición en 1985, Windows ha crecido y evolucionado hasta convertirse en el sistema operativo más popular del mundo. Sin embargo, entre sus usuarios ha surgido una especie de 'leyenda urbana' que asegura que Microsoft sigue un patrón peculiar en los lanzamientos de su sistema operativo: cada versión exitosa de Windows es seguida por otra que decepciona a la mayoría de los usuarios.
Esta alternancia entre un "Windows bueno" y otro "Windows malo" parece marcar, para muchos, la percepción pública sobre cada nuevo lanzamiento. Pero ¿es esta afirmación una mera coincidencia, una simplificación o una verdad indiscutible? Y más importante aún, ¿dónde queda Windows 11 dentro de esta supuesta tendencia?
Repasemos qué nos dice la historia...
Los orígenes
Las primeras versiones de Windows (1985-1987) no fueron precisamente éxitos comerciales. De hecho, no fueron ni siquiera sistemas operativos: Windows 1.0 y 2.0 eran más una interfaz gráfica para MS-DOS que un sistema independiente, con funcionalidades limitadas y un rendimiento que no convenció a los usuarios. Windows 3.0 y 3.1 (1990-1992) sí mejoraron enormemente la experiencia de usuario, ofreciendo mejor gestión de memoria y una interfaz más amigable.
En esta etapa originaria de Windows no se detecta un patrón de alternancia bueno/malo, sino más bien un 'in crescendo'.
Finales del s.XX: el nacimiento de la leyenda
- Windows 95: Windows 95 marcó un antes y un después en la historia de Microsoft (y de los ordenadores domésticos): introdujo el menú de inicio y la barra de tareas, convirtiéndose en un sistema operativo más accesible y funcional, y se tradujo en una apuesta masiva de los desarrolladores de software por Windows en detrimento de MS-DOS.
- Windows 98: Windows 98 mejoró sobre la base de Windows 95, ofreciendo mayor estabilidad y mejor compatibilidad con elementos de hardware como el USB. Sin embargo, la multiplicación de errores (ay, esas pantallas azules) y los problemas de rendimiento en ciertos escenarios dejó a algunos usuarios insatisfechos, especialmente en comparación con su predecesor.
- Windows Millennium Edition: En el año 2000, Windows ME intentó ser una actualización para el público doméstica de Windows 98, pero su creciente falta de estabilidad, la eliminación de herramientas útiles y la inexistencia de mejoras relevantes más allá de lo estético, lo convirtieron en uno de los sistemas operativos más criticados de Microsoft.
Aunque no cabe duda de que Windows 95 constituye un ejemplo de 'Windows bueno', es difícil sentenciar como 'bueno' o 'malo' el paso a Windows 98: cada usuario te dirá una cosa, según cómo le fue a él en su momento, y propongo dejarlo en un 'NS/NC'. Sin embargo, si hay un Windows que podemos dejar claramente, sin dudas ni remordimientos, en el cajón de los 'malos', ése es Windows Millenium.
Nota: No hemos hablado de 'Windows NT' y 'Windows 2000' porque ambas ediciones constituyen una rama separada del desarrollo de Windows (enfocada a un público estrictamente profesional y dotada de un 'núcleo del sistema' diferenciado).
Siglo XXI: sucesión de éxitos y fracasos
- Windows XP: La cúspide de la aceptación (2001). Windows XP unió la estabilidad de Windows NT con la interfaz amigable de las versiones para consumidores, añadiendo también mejoras significativas en el apartado del soporte multimedia. Es ampliamente considerado como uno de los mejores sistemas operativos lanzados por Microsoft, tanto por su facilidad de uso como por su longevidad. Muchos usuarios se aferraron a XP durante años, incluso después del lanzamiento de sus sucesores.
- Windows Vista: La gran decepción (2007). Vista prometía una mejora visual y funcional sobre XP, pero Microsoft decidió lanzarlo antes de que estuviera completamente optimizado. Los problemas de rendimiento, los altos requisitos de hardware y las críticas por su irritante sistema de control de cuentas de usuario (UAC) lo convirtieron en un fracaso sin paliativos.
- Windows 7: La redención (2009). Windows 7 solucionó los problemas de Vista, ofreciendo un sistema operativo rápido, estable y estéticamente agradable, que además funcionaba bien en dispositivos más antiguos. Su éxito consolidó la idea de que Microsoft lanzaba versiones buenas después de un tropiezo.
- Windows 8: El experimento fallido (2012). Diseñado pensando en los dispositivos táctiles, Windows 8 apostó por la confusa interfaz 'Metro UI', eliminando para ello el clásico menú de inicio, lo que desorientó a los usuarios tradicionales de escritorio (que eran, al fin y al cabo, la enorme mayoría de su público). A pesar de ser innovador, su interfaz dividida entre el escritorio clásico y la pantalla de inicio fue mal recibida.
- Windows 10: Unificación y estabilidad (2015). Con Windows 10, Microsoft buscó reconciliarse con su base de usuarios tradicional mientras abrazaba las nuevas tecnologías. Esta versión combinó lo mejor de Windows 7 y Windows 8, ofreciendo una experiencia coherente (en su mayor parte, al menos) tanto en dispositivos táctiles como en equipos de escritorio.
Al contrario de lo ocurrido entre mediados de los 80 y el año 2000, el siglo XXI ha presenciado un clarísimo patrón de alternancia Windows bueno/malo en los lanzamientos de Microsoft.
Windows 11: ¿Dónde encaja en esta historia?
Para muchos (servidor entre ellos), Windows 11, sin haber caído tan bajo como Windows Vista o Windows 8, puede ser contabilizado sin duda como el 'Windows malo' que naturalmente debía suceder al 'Windows bueno' que fue Windows 10.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
-
La noticia Windows alterna entre versiones buenas y malas, cuenta la leyenda: analizamos si es cierto (y qué lugar ocupa Windows 11) fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .
☞ El artículo completo original de Marcos Merino lo puedes ver aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario