Si bien algunos de estos cambios parecen favorecer una mayor libertad de expresión en las plataformas de Meta, el momento político del anuncio no parece estar basado en la preocupación por los derechos. El fin del programa de verificación externa y la reducción en la moderación, en nombre de la “libertad de expresión”, representan un riesgo de aumento descontrolado del abuso, la desinformación y la manipulación en sus plataformas. En un ecosistema digital globalizado, donde unas pocas empresas concentran un poder desmedido, esta decisión arriesga dejar desprotegidas a millones de personas que dependen de la información en línea para participar en la vida democrática y social de sus comunidades.
La libertad de expresión no puede ser una excusa para abandonar las responsabilidades fundamentales que estas plataformas tienen con la integridad informativa de sus usuarios. El anuncio de estos cambios evidencia la vulnerabilidad de los derechos en línea cuando decisiones de gran envergadura son tomadas por individuos poderosos, posiblemente guiados por criterios políticos. Desde Derechos Digitales, instamos a Meta a priorizar los derechos humanos sobre cualquier interés político y a comprometerse seriamente con la transparencia y la rendición de cuentas en sus prácticas de moderación de contenido, adoptando medidas inclusivas y efectivas para proteger a todos sus usuarios.
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