El copyright como freno al avance de la IA
El debate actual se ha intensificado con la participación de actores influyentes como OpenAI y Google, que han hecho públicas sus propuestas para el «US AI Action Plan», un marco regulatorio que Estados Unidos está desarrollando para la IA. Ambas empresas coinciden en que una interpretación más flexible del copyright es esencial para que los modelos de IA puedan entrenarse eficazmente utilizando datos disponibles en línea, incluidos materiales protegidos por derechos de autor.
Google, por ejemplo, enfatiza la importancia de excepciones como el uso justo (fair use) y el mining de datos. Según ellos, estas herramientas legales han sido vitales para entrenar modelos que aceleran el progreso científico. Acceder a artículos científicos protegidos por copyright, afirman, es clave para que los algoritmos encuentren patrones y formulen nuevas hipótesis.
El poder político de la IA
Durante mucho tiempo, los intentos de frenar la expansión del copyright han fracasado debido al poder de los lobbies de la industria cultural. Sin embargo, la IA ha logrado atraer la atención de gobiernos por su potencial económico, lo que le da un respaldo político inédito. Esto permite que propuestas como suavizar el copyright, algo impensable hace unos años, comiencen a debatirse de forma abierta.
Un claro ejemplo de este cambio de tono es la afirmación de OpenAI: para mantener el liderazgo de Estados Unidos en IA y no ceder terreno ante China, es necesario que los modelos puedan acceder libremente a materiales protegidos para aprender de ellos. Es un discurso que combina innovación tecnológica con argumentos geopolíticos.
Voces disruptivas desde Silicon Valley
Este nuevo contexto también ha dado pie a declaraciones extremas por parte de figuras como Jack Dorsey (fundador de Twitter y Square) y Elon Musk, que han llegado a proponer eliminar completamente las leyes de propiedad intelectual. Aunque estas posturas son extremas y, para muchos, hipócritas considerando que sus propias empresas registran patentes constantemente, lo cierto es que reflejan un creciente malestar con el modelo actual.
Estos comentarios, aunque polarizadores, son un síntoma del cambio cultural que se está gestando: uno en el que cuestionar el copyright ya no es un tabú.
Consecuencias no previstas del contenido generado por IA
Un aspecto menos discutido, pero igual de crucial, es la naturaleza legal de los contenidos generados por IA. Según un reciente informe de la Oficina de Copyright de EE.UU., las obras creadas íntegramente por inteligencia artificial, sin una intervención humana significativa, no pueden ser protegidas por copyright.
Esto implica que una gran parte del contenido que circula actualmente en internet —imágenes, textos, música— podría considerarse de dominio público, disponible para ser reutilizado sin consecuencias legales. Esta situación genera dos efectos inmediatos:
- Aumento de la reutilización de contenidos IA por parte de usuarios y creadores que buscan evitar los laberintos legales del copyright tradicional.
- Normalización del uso libre de contenido encontrado en la web, lo que podría debilitar el respeto por los derechos de autor incluso en casos donde aún aplican.
Saturación de contenidos sin valor
No todo es positivo. La facilidad con la que se pueden crear materiales con IA ha generado una avalancha de contenido de baja calidad. Plataformas como Amazon Kindle y Deezer están enfrentando una inundación de libros y canciones generadas por IA que entorpecen el acceso a obras relevantes.
En el caso de Deezer, el 18% de la música que recibe actualmente es generada artificialmente. Si bien algunos defienden esta producción como una forma de democratización creativa, otros alertan sobre el ruido digital que complica la labor de creadores humanos y reduce la calidad promedio del contenido disponible.
Copyright: ¿renovación o sustitución?
La discusión no se centra solo en proteger o eliminar el copyright, sino en cómo adaptarlo a una nueva realidad. Hay propuestas que sugieren establecer límites temporales más razonables para los derechos de autor o crear licencias específicas para el entrenamiento de modelos de IA.
También hay quienes defienden que si una IA genera una obra a partir de un prompt, y ese prompt incluye decisiones creativas significativas, debería permitirse una forma de protección limitada, reconociendo la participación humana.
Hacia una nueva cultura del uso de contenidos
Si el público empieza a ver como normal la reutilización libre de obras generadas por IA, podríamos estar ante un cambio de paradigma. Sería como pasar de un mundo de puertas cerradas a uno de plazas abiertas, donde la circulación de ideas y creaciones es fluida.
Pero esta transición plantea riesgos: sin mecanismos que aseguren reconocimiento y sostenibilidad para los creadores, podríamos terminar en un ecosistema donde la originalidad se diluye y la motivación por innovar se desvanece.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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