De Estados Unidos, claro.
Wall-E chino. El SJ-21 se lanzó en relativo secreto. China es una de las naciones que más interés tiene últimamente en adueñarse de casillas en el espacio, y su primera misión fue acoplarse al satélite -también chino- Beidou-2 G2 que ya estaba fuera de servicio y remolcarlo con éxito fuera de la órbita geoestacionaria (GEO) activa.
El SJ-21 arrastró al Beidou al cementerio espacial, pero desde el Pentágono vieron esto como una amenaza directa.
Guerra Fría espacial. Llevamos años inmersos en una nueva Guerra Fría. No como la vivida hace unas décadas -aunque por momentos el miedo nuclear también está sobre la mesa-, pero sí estamos siendo testigos del rápido desarrollo tecnológico de varias naciones con algo en mente: el espacio. Autoridades militares estadounidenses ya hablan abiertamente sobre los peligros que representa una China espacial para los intereses occidentales, y el movimiento de la SJ-21 fue visto como algo peligroso.
La “gasolinera espacial”. Para reavivar la polémica, tenemos el mencionado Shijian-25. Este SJ-25 es un satélite diseñado para verificar tecnologías de reabastecimiento de combustible y extender la vida útil de satélites en GEO. En pocas palabras: es una especie de gasolinera espacial. Tiene la capacidad de realizar aproximaciones muy precisas a otros cuerpos, como el SJ-21, pero también labores de acoplamiento con las que puede rellenar ese combustible.
La lógica de esta operación es sencilla: dotar de una vida más prolongada a los satélites que funcionan y ya están en órbita en lugar de lanzar nuevos satélites equivalentes y generar más basura espacial. También se ahorra dinero porque es más barato “echar gasolina” que poner en órbita uno de estos satélites.
Contacto. Y los resultados no han tardado en llegar. Como vemos en Ars Technica, hace unos días se observó no sólo que ambos satélites estaban operando a distancias extremadamente cortas el uno del otro, sino que llegado a un punto, y a más de 36.000 kilómetros de nosotros, se unieron.
Se puede ver en este timelapse en el que los dos satélites se funden en una bola brillante para, posteriormente, volver a separarse. Pero claro, esto no está confirmado y quien está levantando la voz es Estados Unidos.
John Shaw es un teniente general retirado de la Fuerza Espacial de Estados Unidos y, como leemos en Ars Technica, un firme defensor de esas operaciones espaciales dinámicas. Afirma que “eran una necesidad operativa hace unos años, pero ahora se trata de algo mucho más importante, especialmente ante las actividades de adversarios potenciales”.

Cambio de enfoque. En el mismo artículo, Shaw comenta que en otras ocasiones han operado satélites GSSAP para acercarse a satélites chinos que “simplemente, se alejan rápidamente”. Cuando hablamos de una nueva Guerra Fría, lo hacemos por declaraciones como las de este militar: “tendemos a operar los GSSAP como dirigibles, usando enfoques lentos y de mínima energía. Los chinos lo saben, así que les resulta relativamente fácil maniobrar para evitar ese tipo de aproximaciones”.
Cautela. Y Shaw ve este supuesto repostaje en GEO por parte de los satélites chinos como una amenaza: “si mañana pueden repostar libremente y operar aún más dinámicamente, entonces el coste de las maniobras será marginal para ellos y el reto para los GSSAP será aún mayor”. Lo que está claro es que hay un mundo de posibilidades aquí. Los SJ-21 y SJ-25 pueden haberse acoplado con éxito, pero también puede que no.
De igual forma, es posible que sólo fuera una maniobra para distraer a los GSSAP. Hay quien apunta que el SJ-21 se había quedado sin energía tras varias operaciones, por lo que será interesante ver si, tras esa aproximación, empieza a moverse con más libertad, indicando el supuesto repostaje.
Pero bueno, al final del día, China no es el único objetivo. Las autoridades estadounidenses llevan años advirtiendo que Rusia tiene formas de manipular satélites enemigos, y ahora tienen otra preocupación más si se confirma el repostaje entre satélites chinos.
Imágenes | United States Space Force, s2a-systems
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La noticia China acaba de abrir la primera "gasolinera" espacial: un satélite habría repostado a 36.000 km ante el pasmo de EEUU fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí
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