De despojos a artefactos: el uso de restos humanos
Los restos, descubiertos junto a cerámica y huesos de animales, fueron analizados por un equipo internacional liderado por la antropóloga Junmei Sawada, de la Universidad de Salud y Bienestar de Niigata en Japón. Lo que diferencia este hallazgo de otros en cementerios Liangzhu es que por primera vez se hallaron huesos humanos trabajados, con evidencias claras de haber sido pulidos, perforados, partidos o lijados con otras herramientas.
Lejos de tratarse de una práctica violenta o de ejecución, los estudios revelan que los huesos no presentan marcas de muerte traumática. Esto sugiere que fueron manipulados solo después de la descomposición de los cuerpos. La mayoría de los huesos trabajados eran cráneos de adultos. Cuatro de ellos fueron cortados horizontalmente para formar copas, mientras que otros cuatro fueron divididos verticalmente con forma de máscara.
Estas «copas craneales» no son desconocidas en contextos de culturas antiguas con estructuras sociales jerárquicas. En el caso de Liangzhu, se sabe que su organización tenía una fuerte división social, y estas piezas podrían haber sido utilizadas en contextos religiosos o de elite, como parte de rituales de iniciación o ceremonias de tributo a los antepasados.
Entre la utilidad y la espiritualidad: el valor simbólico del cuerpo
Para Elizabeth Berger, bioarqueóloga de la Universidad de California en Riverside, este hallazgo revela cómo ciertos cuerpos humanos eran considerados material aprovechable una vez perdían su condición social o personal. El hecho de que muchas de las piezas estuvieran incompletas o descartadas como desperdicio sugiere que los restos no eran siempre venerados, y que había una distinción clara entre el cuerpo de un familiar y el de un extraño.
Este tratamiento del cuerpo como materia prima se puede comparar con la forma en que hoy reciclamos objetos sin valor sentimental: si no hay un vínculo emocional o cultural con el objeto, su utilidad supera cualquier otra consideración. En el Liangzhu de hace 5.000 años, los huesos de individuos ajenos al grupo podían ser reutilizados sin conflicto moral aparente.
Urbanización y alteridad: un cambio en la percepción del otro
Sawada propone que este tipo de prácticas pueden estar relacionadas con el surgimiento de sociedades urbanas, donde las interacciones entre comunidades distintas generaron nuevas formas de ver al «otro». En este contexto, los restos humanos ajenos al grupo podrían haber sido percibidos simplemente como recurso disponible, sin la carga simbólica que tendría el cuerpo de un miembro del clan.
Este tipo de interpretación encaja con patrones similares observados en otras culturas, donde los enemigos vencidos o los individuos de bajo estatus eran deshumanizados tras la muerte. En Liangzhu, este proceso podría haber dado paso a una cosmovisión donde la materia ósea se desvinculaba de la persona y se integraba al ámbito ritual o artesanal.
Una mirada a los límites de la arqueología interpretativa
Como toda interpretación arqueológica, el hallazgo plantea más preguntas que respuestas definitivas. La ausencia de violencia en los restos no descarta que hayan sido recolectados de forma sistemática, ni que su uso haya tenido fines más complejos que los puramente utilitarios. Podría tratarse de rituales de transformación del cuerpo tras la muerte, en los que este pasaba de ser un contenedor de vida a convertirse en un canal hacia lo espiritual o simbólico.
Lo que está claro es que la cultura Liangzhu no concebía el cuerpo de forma estática. La transición de un individuo fallecido a materia trabajable sugiere una flexibilidad ideológica que puede ayudarnos a entender mejor la relación entre las primeras sociedades urbanas y sus sistemas de creencias.
Este descubrimiento, publicado en Scientific Reports y citado por medios como Live Science y Men’s Journal, invita a reconsiderar los valores universales que hoy atribuimos al cuerpo humano, y cómo estos han cambiado radicalmente a lo largo del tiempo.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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