El retroceso de las playas, la desaparición de barreras naturales y el aumento de eventos climáticos extremos forman una combinación preocupante. Frente a este escenario, científicos de la Universidad de California en Santa Cruz han encontrado una manera innovadora de mostrar lo que está en juego: utilizar simulaciones hiperrealistas para concienciar a la opinión pública y a los responsables de políticas ambientales.
Uniendo ciencia y visualización 3D
El proyecto, liderado por el profesor Michael Beck del Centro de Resiliencia Climática Costera de UC Santa Cruz, busca transformar datos científicos complejos en visualizaciones impactantes que permitan ver, casi como si se tratara de una película, los efectos de las inundaciones costeras en diferentes escenarios. La colaboración con NVIDIA, líder mundial en unidades de procesamiento gráfico (GPU), ha sido clave para conseguirlo.
Gracias a la potencia de procesamiento de NVIDIA y al uso del motor de renderizado Unreal Engine 5, el mismo que se utiliza en los videojuegos más avanzados, el equipo ha logrado generar representaciones en video que ilustran cómo quedarían zonas costeras enteras tras sufrir una fuerte tormenta o un aumento significativo del nivel del mar. Estas simulaciones no solo muestran la destrucción potencial, sino que también permiten experimentar con posibles soluciones, como la restauración de humedales o la construcción de barreras naturales.
Este tipo de visualizaciones tienen un poder persuasivo que los gráficos estáticos o los informes técnicos no pueden igualar. Como explica Beck, ver con tus propios ojos las consecuencias de la inacción puede ser «fundamental para motivar la acción». La ciencia, al igual que el arte, puede conmover y generar cambios cuando se presenta en el formato adecuado.
Por qué la erosión costera es tan preocupante
El calentamiento global está impulsando una combinación de factores que hacen que las costas sean cada vez más vulnerables. El aumento de la temperatura provoca el derretimiento de hielos polares y la expansión térmica de los océanos, lo que se traduce en un ascenso constante del nivel del mar. A esto se suman tormentas más intensas, huracanes más frecuentes y lluvias torrenciales, todos ellos agravados por el cambio climático.
El resultado no es solo la pérdida de terreno, sino también impactos económicos, sociales y ambientales. Las propiedades en zonas costeras pierden valor, las infraestructuras se deterioran más rápido, los ecosistemas marinos se desequilibran y las comunidades vulnerables enfrentan riesgos cada vez mayores.
Frente a esto, es vital entender que la prevención es mucho menos costosa que la reparación. Por eso, el proyecto de visualización busca incidir directamente en la toma de decisiones públicas, mostrando en detalle lo que puede ocurrir si no se toman medidas urgentes.
El doble filo de la tecnología
La participación de NVIDIA en esta iniciativa es valiosa, pero también plantea un dilema interesante. La misma empresa que provee la capacidad computacional para estas simulaciones también está en el centro del boom de los centros de datos de inteligencia artificial, una industria con altísimas demandas de energía y agua.
El funcionamiento de estos centros requiere electricidad en grandes cantidades, lo que en muchos casos implica recurrir a fuentes energéticas contaminantes. Al mismo tiempo, el consumo intensivo de agua para refrigeración pone presión sobre recursos hídricos que ya están comprometidos, afectando tanto el suministro de agua potable como la disponibilidad para riego agrícola.
Esto nos recuerda que la innovación tecnológica no está exenta de contradicciones. Es posible que una herramienta sea extremadamente útil en un ámbito y, a la vez, genere problemas en otro. De ahí la importancia de promover un desarrollo tecnológico más sostenible, que tenga en cuenta el impacto completo de sus actividades.
Soluciones desde la ciencia y desde casa
Además de concienciar, el proyecto busca probar estrategias de mitigación basadas en la naturaleza. Restaurar manglares, marismas y dunas puede reducir de forma efectiva el impacto de las inundaciones. Estas barreras naturales actúan como esponjas, absorbiendo parte del exceso de agua y disminuyendo la fuerza de las olas.
Pero no todo depende de grandes obras ni de gobiernos. A escala individual, hay acciones concretas que pueden contribuir. Una de las más efectivas es reducir la dependencia de combustibles fósiles, que son los principales responsables del calentamiento global. Instalar paneles solares en viviendas es una manera directa de consumir energía limpia, bajar las facturas de electricidad y aportar a la estabilidad de la red eléctrica, especialmente durante olas de calor o tormentas.
En muchos casos, la inversión en energía solar se amortiza rápidamente gracias a incentivos fiscales y a la posibilidad de generar excedentes energéticos. Empresas como EnergySage ofrecen presupuestos gratuitos y asesoran sobre instaladores locales, facilitando que más personas puedan dar este paso.
Prepararse para lo que viene
El uso de tecnología avanzada para visualizar los efectos del cambio climático puede parecer algo futurista, pero ya está marcando la diferencia en cómo se perciben estos riesgos. A través de estas simulaciones, se vuelve más tangible lo que podría ocurrir si no se actúa a tiempo. Como cuando ves un pronóstico meteorológico en 3D que muestra el recorrido de una tormenta: sabes que no puedes detenerla, pero sí puedes prepararte mejor.
Este enfoque no solo informa, sino que empodera. Permite a las comunidades y a los responsables políticos tomar decisiones con mayor conocimiento de causa, comparando visualmente las consecuencias de actuar o no hacerlo. La tecnología, bien utilizada, puede ser una gran aliada en la lucha contra el cambio climático.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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