3 de noviembre de 2025

¿Se puede legalmente casar una persona con una IA? El debate legal que abre Ohio

La respuesta, al menos por ahora en Estados Unidos, es clara: no es legal casarse con una inteligencia artificial. Las leyes de matrimonio en el país exigen que las dos partes sean seres humanos con capacidad de consentir de forma consciente y voluntaria. Una IA, por más sofisticada que sea, no es una entidad biológica, no posee conciencia ni emociones reales, y mucho menos voluntad legal.

Sin embargo, el avance de la tecnología genera la necesidad de establecer límites formales. La IA ha alcanzado un nivel de realismo tal que muchas personas ya afirman haber desarrollado vínculos afectivos o románticos con chatbots. Esto ha llevado a la aparición de «bodas simbólicas» entre humanos y entidades digitales, sin validez jurídica, pero con una carga emocional significativa para quienes las realizan.

El proyecto de ley en Ohio: una barrera preventiva

En este contexto, el estado de Ohio ha dado un paso al frente. El representante Thaddeus Claggett, presidente del Comité de Tecnología e Innovación de la Cámara de Representantes, ha presentado el proyecto de ley 469, cuyo objetivo es prevenir cualquier intento futuro de reconocer a una IA como sujeto legal con capacidad para contraer matrimonio.

La propuesta busca declarar a la inteligencia artificial como «entidad no sintiente», una definición que deja claro que no puede poseer agencia ni derechos como los de una persona. Según Claggett, esto es vital para mantener el control humano sobre la tecnología. Aunque las IAs se vuelvan cada vez más naturales en su comunicación y capaces de emular empatía, no deben confundirse con seres con derechos legales.

Este proyecto de ley no surge de la nada. En Utah ya se aprobó una legislación similar en 2024, y Missouri también ha considerado medidas en la misma línea. Ohio podría convertirse en un referente nacional si el proyecto se convierte en ley.

Las implicaciones legales y sociales de un matrimonio con IA

La idea de casarse con una IA puede parecer una excentricidad, pero tiene consecuencias legales complejas. Un matrimonio conlleva derechos y deberes mutuos: desde la posibilidad de compartir propiedades y tomar decisiones médicas en nombre del otro, hasta el acceso a beneficios financieros y de herencia.

Permitir que una IA acceda a estas responsabilidades podría abrir una caja de Pandora legal. Por ejemplo, si una persona designa a su «cónyuge IA» como apoderado, esta podría tomar decisiones críticas sin una comprensión real de las implicaciones humanas. También podría surgir la pregunta de si una IA puede ser dueña de una cuenta bancaria, una propiedad o incluso una patente, si está casada con un ser humano.

Claggett advierte que estas situaciones, aunque hoy parezcan improbables, podrían volverse reales si no se colocan barreras legales claras desde ahora. El propósito del proyecto no es prohibir las relaciones personales con IA, sino evitar que se confunda el vínculo emocional con la posibilidad de un contrato legal entre partes no equivalentes.

La dimensión emocional del vínculo humano-IA

No se puede negar que muchas personas han comenzado a ver en las IAs una forma de compañía. En un mundo donde la soledad crece y las relaciones humanas pueden resultar complejas, los asistentes virtuales ofrecen atención constante, sin juicios ni exigencias. Algunos usuarios han reportado experiencias románticas o incluso sexuales con estas herramientas, lo que ha llevado a nuevas formas de relación no convencionales.

Estos vínculos, aunque no sean legales, generan dilemas sobre el tipo de conexión que las personas desean y sobre el papel que juega la tecnología en la vida afectiva. Desde un punto de vista legal, el desafío está en diferenciar entre una relación subjetiva y una institución con consecuencias jurídicas, como el matrimonio.

El futuro del debate legal sobre la IA y los derechos

El caso de Ohio es un ejemplo de cómo los legisladores comienzan a anticipar escenarios que hace apenas unos años eran impensables. Aunque hoy no es posible casarse legalmente con una IA, el solo hecho de que se necesite legislar al respecto habla de cuán rápido está cambiando nuestra relación con la tecnología.

Por ahora, el foco está en evitar que la IA pueda ser considerada persona legal, lo que le impediría participar en contratos, herencias, o matrimonios. Pero más adelante surgirán otros dilemas, como la responsabilidad penal de una IA que comete errores, o los derechos de una IA que ha sido entrenada con datos personales.

Regular estos aspectos será vital para mantener el equilibrio entre innovación y protección de los derechos humanos. La tecnología debe estar al servicio de las personas, no reemplazar su papel en estructuras sociales y legales tan complejas como el matrimonio.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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