1 de diciembre de 2025

Los rayos parecen una cosa normal: en realidad llevábamos años intentando entenderlos y lo hemos conseguido en un laboratorio

Los rayos parecen una cosa normal: en realidad llevábamos años intentando entenderlos y lo hemos conseguido en un laboratorio

Parece mentira, pero en pleno 2025 uno de los fenómenos más comunes y violentos de la naturaleza sigue guardando muchos secretos. Este es el caso del rayo, del cual sabemos cómo protegernos de él y sabemos que Franklin tenía mucha razón con su cometa. Pero, si le preguntamos a un físico atmosférico qué es exactamente lo que detona la primera chispa dentro de una nube para iniciar la descarga, probablemente se encogerá de hombros. 

El descubrimiento. La respuesta a esta clásica pregunta de la meteorología nos la esperaríamos en el propio cielo, pero en realidad parece estar en un laboratorio de Austria. Ha sido aquí donde han conseguido algo que parece magia: usar láseres para atrapar las partículas microscópicas que hay en el aire, y casi por accidente, descubrir un mecanismo de carga que podría ser el 'eslabón perdido' en la formación de los rayos en nuestro cielo. 

Lo que sabíamos. Para que salte un rayo, es necesario que exista un campo eléctrico monstruoso que rompa la resistencia del aire, algo que tiene un nombre: ruptura dieléctrica. El problema es que, cuando medimos los campos eléctricos dentro de una nube de tormenta, los números no cuadran: son demasiado bajos para iniciar un rayo por sí mismos. 

Esto hace que los científicos llevaran tiempo sospechando que el secreto estaba en los  aerosoles y cristales de hielo que chocan dentro de una nube. Y la teoría es bastante clara: si una pequeña partícula pudiera acumular suficiente carga, entonces tiene la capacidad de crear un micro-campo eléctrico a su alrededor tan intenso que comenzara una reacción en cadena. 

El problema es que estudiar un grano de hielo microscópico en medio de una tormenta es algo imposible, ya que podemos estar al lado y tampoco podemos bajar la nube a la tierra. Es por ello que aquí es donde entra esta investigación que ha encontrado una solución de alta tecnología con las pinzas ópticas. 

El experimento. Para encontrar la respuesta se usó un láser verde de 532 nm para hacer levantar una esfera de sílice de apenas una micra de diámetro. Pero... ¿Por qué? En este caso el objetivo inicial era medir fuerzas con precisión, pero se toparon con algo muy raro: el propio láser que sujetaba la partícula la estaba cargando eléctricamente. Lejos de ser un error, se dieron cuenta de que tenían delante una herramienta perfecta para simular la atmósfera en miniatura. Ya no hacía falta ir hasta una nube para analizarla. 

De esta manera, comenzaron a cargar una partícula con tanta electricidad estática que provocaba una ruptura dieléctrica en el aire que los rodeaba, descargándose de golpe. Literalmente habían creado un micro-rayo controlado en el laboratorio. 

Los autores del estudio sugieren explícitamente que este sistema es un modelo ideal para estudiar la electrificación de aerosoles y nubes.

Su importancia. Hasta ahora, estudiar estos fenómenos requería meterse en un avión cazatormentas o confiar en simulaciones por ordenador. Pero ahora tenemos la capacidad de simular estas condiciones de una manera controlada. Y es algo ideal para entender también por qué a veces el cielo parece que se va a romper en nuestras propias cabezas. 

Imágenes | Michał Mancewicz

En Xataka | Qué es una tormenta seca: cuando el cielo lanza rayos, pero la lluvia nunca llega al suelo

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La noticia Los rayos parecen una cosa normal: en realidad llevábamos años intentando entenderlos y lo hemos conseguido en un laboratorio fue publicada originalmente en Xataka por José A. Lizana .

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