"Si hubieras estado en Cleveland hace 360 millones de años, estarías nadando para salvar tu vida", decía Rachael Funnel hace unos días y la verdad es que tiene toda la razón del mundo. No solo porque, en aquella época, la zona en la que se sitúa la ciudad norteamericana era un océano poco profundo, sino porque en esas aguas había un bicho excepcionalmente bizarro.
Bienvenidos al mundo del Dunkleosteus terrelli.
¿El qué? En esencia, un depredador de más de cuatro metros muy distinto a cualquier pez vivo en la actualidad. Aunque, a decir la verdad, eran distintos también a cualquier pez de hace 360 millones de años.
¿Y por qué hablamos de esto ahora? Porque se acaba de publicar un estudio en Anatomical Record en el que se han analizado los restos mejor conservados de la especie (preservados durante millones de años en capas de lutita negra). Y, sinceramente, lo que han encontrado da un poco de miedo.
Han podido analizar con detalle las placas óseas que 'acorazaban' la cabeza y el tronco de estos peces. Ademas, analizando insertos musculares y canales óseos han desentrañado las características funcionales de la mandíbula mostrando que, en fin, estamos ante un depredador terrible.
Pero 'terrible' en sentido literal. Para empezar, porque los D. terrelli no tenía dientes en sentido convencional: tenían grande láminas de hueso que funcionaban con cuchillas descomunales que capturaban y desgarraban todo lo que pillaban. Para continuar, porque es uno de los primeros ejemplos de la existencia de un músculo especifico de la mandíbula.
La ciencia de monstruos marinos. El Dunkleosteus terrelli no nos pilla de nuevas: "el último trabajo importante que examinó en detalle la anatomía mandibular de Dunkleosteus se publicó en 1932, cuando la anatomía de los artrodiros aún era poco conocida", recordaba Russell Engelman, investigador principal.
Durante años (¡durante décadas!), nos hemos contentado con recomponer huesos correctamente y eso nos ha impedido entender bien lo que estaba pasando. Por ejemplo, no comprender la funcionalidad de estos bichos nos ha impedido entender bien desde un punto de vista evolutivo muchas características fundamentales de los tiburones. Al final, tras todas esas placas de hueso, había una descomunal cantidad de cartílago.
Es decir, que, de nuevo, el mundo de los monstruos esconde muchísimas cosas interesantes para entender la historia natural. Algo que, aunque no lo parezca, seguimos necesitando.
Imagen | Nell Conway
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La noticia Mi psicóloga: "el pez prehistórico con dientes blindados no existe, no puede hacerte daño". El pez prehistórico con dientes blindados: fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
☞ El artículo completo original de Javier Jiménez lo puedes ver aquí