22 de marzo de 2025

Una millennial, un gen X y una gen Z cambiaron sus smartphones por dumb phones: sólo uno de ellos disfrutó la experiencia

Una millennial, un gen X y una gen Z cambiaron sus smartphones por "dumb phones": sólo uno de ellos disfrutó la experiencia

Quedarse sin WiFi o sin conexión de datos es una de las peores pesadillas para la generación Z, ya que es la primera que ha crecido en un entorno 100% digital. Sin embargo, los milllenials y, sobre todo, los miembros de la generación X, han vivido parte de sus vidas sin la hiperconectividad actual.

Aunque parezca una locura, un grupo de editores de Good Housekeeping decidió volver a aquellos tiempos en los que el smartphone no era el centro de todo y, paradójicamente, se utilizaba para llamar por teléfono o, como mucho, para enviar mensajes por SMS.

¿El motivo? Escapar del constante bombardeo de notificaciones, redes sociales y la sensación de estar siempre "conectado", haciendo que su cerebro se desintoxicara de los efectos negativos del constante "scroll infinito" que predomina en las aplicaciones instaladas en los smartphones.

El desafío: una semana sin smartphone

La idea surgió tras constatar la necesidad de desintoxicación digital en un mundo donde la dependencia del móvil es casi inevitable. Google Maps para que llegar a los sitios sin perdernos, escuchar música o podcast en los ratos muertos o estar en constante comunicación con decenas de personas a la vez con los grupos de WhatsApp.

La protagonista del artículo, una millennial adicta a los grupos de WhatsApp, propuso el reto a sus compañeros de trabajo de distintas generaciones: pasar una semana completa con un "dumb phone", como los que se usaban en los 90 y 2000.

La respuesta fue bien recibida por los participantes y muchos se mostraban interesados por la experiencia de desconectarse de la esclavitud de las notificaciones y la tiranía el FOMO. El único pero que encontraron a la idea era que la necesidad de mantenerse atado a la tecnología por las exigencias laborales y personales.

dumb phone

Para llevar a cabo el experimento, consiguieron algunos teléfonos Nokia básicos, famosos por su batería duradera y su sencillez. Así, una millennial, un miembro de la generación X y una joven de la generación Z se zambulleron en la "desconexión digital" y lo hicieron sin flotador. Ni siquiera hicieron un volcado de la agenda, por lo que solo podrían llamar a aquellos números que recordaran o que fueran consiguiendo.

Generación X: un camino sin retorno

Quienes pertenecemos a la generación x, más que nativos digitales, hemos sido migrantes digitales. Es decir, hemos crecido buena parte de nuestra vida sin apenas tecnología, pero hemos sido sus inventores y "early adopters" que se ha subido a todos los trenes de su evolución.

Por lo tanto, es una generación que se ha acostumbrado a la tecnología, pero no ha sido tan dependiente como los millennials o la generación Z, porque ya ha vivido en un mundo sin WhatsApp, GPS o Spotify. Sin embargo, la experiencia fue agridulce.

Por un lado, Simon Swift, el editor de la generación x que hizo la prueba, aseguraba haber disfrutado de la tranquilidad de leer una revista de camino al trabajo, evitando la sobrecarga de información negativa. Eso le permitió reconectar con el mundo real. Sin embargo, la dificultad de volver a comunicarse mediante mensajes de texto y la dependencia de los mapas físicos (la mala vista, ya tocada por los años) resultaron frustrantes.

Además, la imposibilidad de jugar al clásico "Snake" debido a los dedos "demasiado gordos" fue un duro golpe para la nostalgia. "Me gusta conectar con el mundo que me rodea. En un período de noticias tan dinámico y sin precedentes, quiero saber qué está pasando. No creo que pueda reeducar mi cerebro en ese sentido", aseguraba Swift. Cuando se prueba la miel, es complicado renunciar al dulce.

Millennials: entre el FOMO y la vuelta a ser productivo

Florence Reeves-White fue la ideóloga de la prueba y la representante de los millennials en esta experiencia. Confesó sentir pánico ante la idea de perderse conversaciones importantes en los grupos de chat de sus amigos o no estar al tanto de las últimas noticias. Sin embargo, la experiencia resultó ser más positiva de lo esperado.

Al no tener acceso a redes sociales, aumentó su productividad, dedicando más tiempo a escribir, leer y realizar actividades que realmente la enriquecían. Además, al no estar constantemente comunicada con su pareja o no tener distracciones en los ratos muertos, las conversaciones por voz con su familia y seres queridos se hicieron más habituales, creando un vínculo distinto.

De nuevo, al igual que le sucedió al representante de la generación X, la falta de aplicaciones de fitness, de mapas o la imposibilidad de pagar con el móvil, generaron inconvenientes en su día a día, pero la sensación de mejorar su productividad ha marcado a esta participante que no duda que repetirá la experiencia, aunque con algunos matices.

Generación z: ¿esto es eso que llaman vida?

Para el representante de la generación z, se llamaba Megan Geall, nativa digital y usuaria intensiva del smartphone para absolutamente todo, la desconexión fue un verdadero desafío.

Uno de los primeros efectos que notó fue el de la atención plena mientras veía una serie de Netflix en su casa. Ya no tenía la tentación de revisar las redes sociales mientras veía la serie.

La imposibilidad de acceder a las redes sociales también supuso una brisa de aire fresco en esta experiencia: "Fue muy agradable estar desconectado por un tiempo y no ver lo que los demás hacen con sus vidas, simplemente vivir la mía", aseguraba la joven.

No obstante, las limitadas opciones de entretenimiento y comunicación del dumb phone que estaba usando le hizo apreciar algunos inconvenientes. La dificultad para escribir mensajes de texto, la falta de música en el gimnasio y la imposibilidad de usar Apple Pay fueron los principales obstáculos.

Pese a reconocer algunos beneficios, como una mayor conexión con las personas al tener que llamarlas por teléfono en lugar de enviarles mensajes, la joven concluyó que no estaba dispuesta a renunciar a la comodidad que le proporcionaba su smartphone.

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Imagen | Unsplash (Sumeet Singh, Mohid Tahir)

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La noticia Una millennial, un gen X y una gen Z cambiaron sus smartphones por "dumb phones": sólo uno de ellos disfrutó la experiencia fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .



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¿Y si las constantes del universo no son tan constantes? Hemos dado un importante paso para saberlo. La clave está en el reloj nuclear

¿Y si las constantes del universo no son tan constantes? Hemos dado un importante paso para saberlo. La clave está en el reloj nuclear

Los relojes atómicos han supuesto un antes y un después en nuestra capacidad para medir el tiempo de forma ultraprecisa. Este tipo de relojes son precisos a tal nivel que algunos de los más exactos se desacompasarían en menos de un segundo en el tiempo en el que el universo lleva existiendo. A pesar de ello, estos relojes no son lo suficientemente precisos para resolver una de las incógnitas más importantes en la física.

Más cerca del reloj nuclear. Ahora sin embargo nos encontramos un poco más cerca de lograr un hito que nos puede abrir la puerta a resolver este tipo de dudas, los relojes nucleares. Estos relojes nos permitirán avanzar varios órdenes de magnitud en la creación de aparatos de medición del tiempo, relojes ultraprecisos para indagar en la nueva física.

Del atómico al nuclear. La nomenclatura puede llevar a confusión, y es que cuando hablamos de relojes atómicos y relojes nucleares no estamos hablando de la misma tecnología. Mientras que el mecanismo de los relojes atómicos depende del estado de excitación de los electrones del átomo; en los relojes nucleares, este depende de las partículas en en núcleo. Como su propio nombre indica.

Los relojes atómicos dependen de las transiciones en el estado de sus electrones. Cuando estos absorben energía, pueden dar “saltos” en su estado. Saltos que pueden revertirse, solo que cuando esto ocurre, es el electrón el que emite energía en forma de radiación electromagnética.

Algo similar ocurre en el núcleo de los átomos, solo que, al estar el núcleo más aislado de otras interacciones físicas exteriores al átomo, las transiciones de sus partículas subatómicas resultarían aún más precisas y fiables que las que se dan en la “coraza” atómica formada por los electrones.

Torio-229. Para hacer que un reloj nuclear funcione, necesitamos también transferir energía al átomo, a su núcleo, claro. Cuando golpeamos el núcleo con una frecuencia específica de radiación electromagnética, podemos cambiar su estado energético, como si de un interruptor se tratara. Los relojes nucleares, como los atómicos, tendrían solo que ir contando los cambios energéticos en este contexto.

El problema es que causar estos saltos en el núcleo atómico es, también más difícil. La principal dificultad está en lograr excitar los núcleos atómicos lo suficiente como para provocar los “saltos”. Para ello debemos golpear estos núcleos con rayos X coherentes, un tipo de rayos X de alta frecuencia y por consiguiente de alta energía. Tanta que, en general no disponemos de los instrumentos necesarios para producirlos.

“En general”. Y es que, como ocurre con los electrones, no todos estos “saltos” requieren la misma energía. Hace casi medio siglo, unos investigadores se dieron cuenta de que los núcleos atómicos del isótopo Torio-229 (229Th) contaba con un un salto que requería la energía equivalente a la de la luz ultravioleta. Al requerir menos energía, construir un láser capaz de transferir la energía al núcleo, se tornaba en algo factible.

Medio siglo de trabajo. La “transición nuclear” del torio fue descubierta en 1976. Pero aquello fue solo el principio. Y es que no sería hasta 2016 que lograríamos observarla y medirla. Medirla es clave, ya que si queremos forzar la transición debemos saber la frecuencia exacta con la que tenemos que “bombardear” el núcleo atómico de este isótopo para poder forzarla y activar el proceso.

¿Cómo de cerca estamos realmente? Hace unos meses, un grupo de investigadores puso a prueba algunos de los elementos clave detrás de esta tecnología, lo que nos permite hacernos una idea de lo cerca que nos encontramos de poder crear un reloj nuclear basado en el 229Th.

El equipo puso a prueba un láser ultravioleta capaz de crear la energía precisa para forzar los saltos en el estado del núcleo. También estudió una “rejilla de frecuencias” para poder medir directamente estos saltos. Además, también estudiaron de nuevo la propia transición del torio-229.

Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Nature.

De la materia oscura a las constantes universales. ¿Y todo esto para qué? ¿Acaso necesitamos realmente relojes más precisos que los atómicos? Lo cierto es que esta nueva tecnología tendría importantes beneficios, primero para la comunidad científica, pero también para el conjunto de los ciudadanos.

Estos relojes podrán ayudarnos a mejorar tecnologías como el GPS y otros sistemas de navegación; y también la sincronización de internet global, haciendo la conexión también más rápida y las comunicaciones más seguras.

También nos abriría la puerta a mediciones más precisas que nos ayuden a aclarar algunos de los misterios que persiguen a los físicos como el de la materia oscura. Quizá más importante, estos relojes podrían ayudarnos a desarrollar experimentos que resuelvan una de las dudas más importantes de la física, la de si las constantes universales son realmente constantes y no cambian dependiendo de factores como la edad del universo o el marco de referencia en el que nos hallemos, como hasta ahora asumimos.

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Imagen | NSIT

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La noticia ¿Y si las constantes del universo no son tan constantes? Hemos dado un importante paso para saberlo. La clave está en el reloj nuclear fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Martínez-Juarez .



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Una moda intrigante se está apoderando de la rutina facial de miles de mujeres en TikTok: las máscaras LED

Una moda intrigante se está apoderando de la rutina facial de miles de mujeres en TikTok: las máscaras LED

Como todo en esta vida vuelve, las máscaras infrarrojas de LED vuelven a estar presentes en numerosos vídeos. Este fenómeno viral se ha introducido como un gadget más en la rutina facial o en el morning sheds.

El producto. El uso de este gadget se suma como un complemento más a la rutina facial. La fototerapia LED, o fotobiomodulación (PBM), utiliza luz suave de baja intensidad, dentro del espectro visible (típicamente azul, roja o casi infrarroja), para estimular procesos fisiológicos naturales. De hecho, según Vogue fue utilizado por la NASA para mantener en buenas condiciones la piel de los astronautas, ya que ayuda a mejorar la circulación sanguínea, la producción de colágeno y acelera la cicatrización de heridas, además de reducir los signos del envejecimiento.

Los fenómenos de TikTok. Como cualquier otra tendencia esta se ha sumado a la obsesión por las rutinas extremas. Sin embargo, al igual que ocurre con el face taping nocturno, el uso excesivo o inadecuado de los dispositivos puede ser contraproducente. Si bien las máscaras LED ofrecen beneficios cuando se emplean correctamente, es fundamental seguir las indicaciones y considerar su alto coste. Por ello, antes de sumarse a cualquier moda, es clave informarse y preguntarse: ¿realmente lo necesito?

Imagen | TikTok e Instagram

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La noticia Una moda intrigante se está apoderando de la rutina facial de miles de mujeres en TikTok: las máscaras LED fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .



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Como un grano de pimienta: así es el microcontrolador más pequeño del mundo que abre posibilidades ilimitadas

Como un grano de pimienta: así es el microcontrolador más pequeño del mundo que abre "posibilidades ilimitadas"

Porque sí, lo que ves en la imagen principal es el microcontrolador más pequeño del mundo. Y sus posibilidades son muy interesantes.

Microcontroladores. Son, básicamente, un pequeño ordenador en un solo chip. Sin necesidad de un sistema operativo complejo, pueden gestionar tareas al integrar en la misma unidad el procesador, la RAM, y la EEPROM. Además, tienen los pines necesarios para señales de entrada y salida, entre otros componentes. Raspberry Pi RP2040 es un ejemplo y están creados para funcionar con sistemas ligeros y cumplir tareas específicas.

MSPM0C1104. Con este nombre, Texas Instruments ha bautizado el que, según ellos, es el microcontrolador más pequeño del mundo. Tiene un tamaño de apenas 1,38 mm². Si tienes un grano de pimienta negra en casa, puedes hacerte una idea de cuál es el tamaño aproximado de este MCU. Concretamente, la compañía comenta que es un 38% más pequeño que los MCU más pequeños de la competencia.

20 céntimos. Lo cierto es que es impactante ver la cantidad de elementos que han podido unir en algo tan pequeño. Está basado en ARM Cortex-M0+ y cuenta con una frecuencia de 24 MHz, 16 KB de memoria, un convertidor analógico-digital de 12 bits, seis pines de entrada/salida y compatibilidad con interfaces de comunicación estándar.

Si se compran en paquetes de 1.000 unidades, los chips tienen un precio de apenas 16 céntimos de dólar y Texas Instruments ofrece un kit de hardware de prototipado rápido para facilitar el desarrollo en sus MCU, así como herramientas para desarrollar y ejecutar aplicaciones de MCU de manera sencilla sin tener que programar.

Auriculare El MCU en el interior de unos auriculares

“Posibilidades ilimitadas”. Ahora bien, hablábamos de potencia hace unas líneas y seguramente esos 24 MHz y 16 KB de RAM te hayan chirriado. Esto no está pensado para correr un sistema operativo como sí pueden hacer otros microprocesadores como la mencionada Raspberry Pi, sino que es algo enfocado a otros usos.

La compañía pone el ejemplo de lápices ópticos o cepillos de dientes más avanzados, pero también comentan que “las posibilidades son ilimitadas para habilitar experiencias más inteligentes y conectadas en nuestra vida diaria”, poniendo de ejemplo auriculares y sondas médicas.

Como este MCU es tan pequeño, estos dispositivos pueden mantener la potencia actual reduciendo el espacio que el microcontrolador ocupa en la placa, pudiéndose añadir otros elementos que mejoren las características del producto.

¿Ya está? En la nota de prensa, los ejemplos son algo escasos, pero en un vídeo que ha compartido la compañía podemos ver algunos usos más allá de como ‘cerebro’ de unos auriculares, un lápiz digital o una sonda médica. Por ejemplo, un sistema tan pequeño se puede introducir en la placa de un cable USB-C. De este modo, si se reduce el tamaño que ocupa el ‘procesador’ del cable, se pueden reforzar las conexiones o la disipación para hacer que sea más estable y aumente su velocidad.

Otro ejemplo muy interesante es la presencia en la placa de anillos inteligentes. Aquí tienen mucho sentido porque son placas complejas debido no sólo al tamaño de un anillo, sino a la peculiar forma curvada del mismo. Y volvemos a lo mismo: cuanto menos espacio ocupe el procesador de un anillo, más batería, por ejemplo, se puede introducir.

Al final, los detalles técnicos de este tipo de microcontroladores son más interesantes para quienes quieran juguetear con ellos y para los fabricantes de dispositivos, pero siempre es interesante saber que esa carrera por el tamaño no responde a un capricho, sino que es útil para resolver problemas en los dispositivos que usamos a diario. O para correr Doom en más cosas, claro.

Imágenes | Texas Instruments

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La noticia Como un grano de pimienta: así es el microcontrolador más pequeño del mundo que abre "posibilidades ilimitadas" fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .



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Los PC Copilot+ prometían una revolución. He probado uno y de momento hay más promesas que realidades

Los PC Copilot+ prometían una revolución. He probado uno y de momento hay más promesas que realidades

En los últimos meses los fabricantes no han parado de presumir de cómo la IA estaba dándole una nueva vida a nuestros PCs. Cómo los iba a convertir en equipos mucho más versátiles y útiles. La pregunta, por supuesto, es si esas promesas realmente se cumplen en estos equipos.

Eso es precisamente lo que hemos querido comprobar. Para ello hemos podido probar un equipo que creemos que es perfecto para este propósito: un Acer Swift Go 14 AI que destaca por ser extremadamente equilibrado en su configuración y que aun así ofrece prestaciones muy decentes de IA sin tener que asumir un gran gasto.

De hecho, eso es precisamente lo que Acer está dispuesta a demostrar con este equipo de la familia de PC Copilot+ que presentó Microsoft hace un año: no necesitamos gastar muchísimo dinero si queremos comenzar a disfrutar de las opciones de los modelos de IA ejecutados en local.

Por supuesto podremos ganar prestaciones con equipos más potentes, pero creedme: este es un excelente primer paso para quienes quieran darlo. Comencemo.

Ficha técnica del Acer Swift GO 14 AI


Acer Swift GO 14 AI

Pantalla

LCD IPS 14,5" mate

2.560 x 1.600 px, 120 Hz, 16:10

Procesador

Qualcomm Snapdragon X Plus

X1P-42-100 (8 núcleos, hasta 3,2 GHz)

NPU 45 TOPS

Tarjeta gráfica

GPU Adreno X1-45 (hasta 1,7 TFLOPS)

Memoria

16 GB LPDDR5X

Almacenamiento

512 GB PCIe NVMe 4.0 M.2

Conectividad

Wi-Fi 7

Bluetooth 5.4

Puertos

2 x USB-A (USB 3.2 Gen 1)

2x USB-C (USB 4)

1x Minijack auriculares 3,5 mm

Webcam

Webcam QHD 1440p

Sensor infrarrojos (Windows Hello)

Sonido

Micrófono

2 x altavoces

Batería

75 Wh

Adaptador de 65 W

Dimensiones y peso

322,6 x 226 x 17,95 mm

1,32 kg

Otros

Lector de huella dactilar

Obturador físico de webcam

Sistema operativo

Windows 11 Home

Precio

699 euros

Acer Swift Go 14 AI Copilot+ PC SFG14-01-X4HC - Ordenador Portátil 14.5" WQXGA 120Hz (Qualcomm Snapdragon X Plus, 16GB RAM, 512 GB SSD, Qualcomm Adreno, Windows 11 Home) Gris, Teclado QWERTY Español

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

Un equipo muy equilibrado

El Acer Swift Go 14 AI es un portátil realmente completo, sobre todo si tenemos en cuenta su precio de venta al público, de 699 euros en el momento de escribir este texto. Puede que no contemos con el procesador más potente del mercado, pero la configuración con el Snapdragon X Plus, los 16 GB de RAM y los 512 GB de almacenamiento es solvente para un gran número de usuarios.

Acer 4

Como veremos más adelante, nosotros nos hemos centrado en la experiencia con funciones de inteligencia artificial, pero el equipo desde luego es interesante como equipo de trabajo y disfrute para todo tipo de escenarios, mientras no seamos especialmente ambiciosos.

Su diseño es además elegante, y la oferta de puertos (dos USB-C con interfaz USB 4 y otros dos USB-A con interfaz USB 3.2 Gen 2)  es muy decente. Es una lástima que los dos puertos USB-C estén en el mismo lateral: hubiera sido fantástico contar con uno a cada lado para así cargar indistintamente en uno u otro.

La conectividad también está muy bien surtida con el soporte Wi-Fi 7 que poco a poco comienza a imponerse entre los fabricantes de dispositivos, aunque por ahora los routers y puntos de acceso con dicho soporte son bastante caros.

La pantalla, con resolución 2.560 x 1.600 y una tasa de refresco de 120 Hz, es de una calidad notable. En la parte superior encontramos una pequeña zona ligeramente más pronunciada en la que están tanto la webcam como el sensor IR compatible con Windows Hello.

Aquí la apuesta biométrica es doble, porque también tenemos sensor de huella dactilar en el botón de encendido. La webcam, por cierto, cuenta con interruptor de privacidad, y es posible ajustar el encuadre y el zoom desde el panel de control específico de Acer, que por cierto, tiene tecla dedicada en la fila de las teclas de función.

El teclado es de buena calidad, la retroiluminación es correcta y llama la atención, cómo no, la presencia de la tecla Copilot para lanzar este asistente fácilmente. No tenemos en la parte derecha ni Ctrl ni Fn, lo que puede resultar extraño, pero si no usamos mucho la tecla Copilot siempre podremos remapearla con utilidades como AutoHotKey.

El touchpad tiene unas dimensiones más que generosas teniendo en cuenta que estamos hablando de un equipo bastante compacto, y además cuenta con algunos efectos llamativos: al lanzar la tecla copilot aparece una pequeña animación en una de las esquinas, y también es posible controlar la reproducción multimedia con una serie de controles que aparecen sobre el touchpad en este escenario.

Esta es la experiencia con un PC con IA

El nombre del Acer Swift Go 14 AI ya deja claro cuál es al menos la ambición para este equipo: que podamos disfrutar de funciones de IA sin problemas. No nos referimos a poder acceder a chatbots como ChatGPT, Gemini o Claude en la nube, sino a poder ejecutar diversos modelos en local, algo de lo que presume este equipo precisamente por su principal diferenciador hardware: su procesador.

Acer 7

Y es que en este portátil contamos con un Qualcomm Snapdragon X Plus, un SoC que es la versión asequible de los Snapdragon X Elite pero que a pesar de estar un escalón por debajo de dichos chips sigue ofreciendo las mismas prestaciones para tareas de inteligencia artificial. Así, aunque su CPU y su GPU puedan ser algo menos potentes, su NPU logra los mismos 45 TOPS que su hermano mayor.

Lo hemos podido comprobar en nuestras pruebas con un equipo que desde luego ha mostrado un comportamiento notable, y que además permite precisamente aquello que promete: poder ejecutar modelos locales de IA.

Lo hace, eso sí, con un par de peros. El primero es algo menos importante, pero el otro lo es bastante más. El obstáculo más ligero es el que plantea el equipo en multitarea: cuando estamos usando modelos de IA de mayor tamaño el rendimiento general se puede ver afectado.

Nos pasó por ejemplo al probar a ejecutar el modelo Gemma 3 12B, que realmente pone al límite tanto a la NPU como a la memoria disponible (16 GB) en el equipo. Al interactuar con este modelo y conversar con él, los tiempos de respuesta en el navegador o en otras aplicaciones pueden empeorar y la experiencia del usuario puede resultar sensiblemente menos fluida.

El otro pero, el importante, no es culpa de Acer o del hardware de este equipo, sino de Microsoft. La empresa sigue sin ofrecer las opciones completas de Copilot en la Unión Europea, así que la experiencia para los usuarios europeos está capada y muchas de las opciones que sí están disponibles en países como Estados Unidos no lo están en España, por ejemplo.

De hecho una de las cosas más interesantes de Copilot en Windows 11 es su capacidad para poder ejecutar algunos cambios directamente y sin necesidad de que el usuario tenga que intervenir. El portátil de Acer cuenta con la ya célebre tecla dedicada a Copilot, así que basta pulsarla para que este asistente de IA aparezca en pantalla y de paso un pequeño logo en el touchpad del equipo también active una pequeña animación. A partir de ahí podemos escribir o hablar con Copilot (más sobre esto más adelante), pero como decimos, el problema es que Copilot no hace todo lo que podría.

Acer 1 Microsoft sigue sin ofrecer todas las opciones de Copilot en España y la Unión Europea.

Así, no podremos ordenarle que active el modo no molestar, que active Bluetooth o que seleccione el modo oscuro de la interfaz de Windows. Si hacemos cualquiera de estas peticiones (al igual que otras), Copilot nos informará de que no puede realizar dicha acción, aunque sí nos propondrá guiarnos para que sepamos cómo activarlas nosotros. Algo es algo, desde luego, pero es una lástima que no podamos disfrutar de esas opciones.

Lo mismo ocurre cuando usamos la voz. Basta con pinchar en el icono del micrófono al abrir Copilot para iniciar una conversación de voz con el asistente. De primeras todo es prometedor: la voz sintética está bastante lograda, y entiende rápidamente lo que estás diciendo para luego contestar, aunque no siempre lo haga de forma correcta.

Sin embargo no puede ejecutar esas opciones de configuración de Windows 11 que permitirían a Copilot comportarse más como un interesante agente de IA. Es cierto que puedes charlar un rato con esa voz generada por IA y que el resultado es llamativo, pero las limitaciones de Copilot en la Unión Europea hacen que la experiencia se vea algo limitada.

Acer 3 Los modelos de IA en local permiten experimentar, pero preparaos para conversaciones en las que la IA inventa sin parar. Aquí solo acertó con un servidor como parte del equipo de Xataka.

En nuestras pruebas quisimos no solo utilizar Copilot con sus limitaciones, sino también hacer uso de modelos locales instalados de forma externa. Hay aquí varias formas de lograr algo así, pero una de las herramientas más populares es Ollama. Tras descargarlo e instalarlo en el equipo, bastó con comenzar a descargar y ejecutar modelos desde la consola de comandos con órdenes como "ollama run deepseek-r1" o "ollama run gemma3".

El sitio web de ollama muestra por ejemplo los más populares en los últimos tiempos, aunque aquí hay que tener cuidado con la versión que instalamos. Es posible encontrar otras versiones distintas, pero las "oficiales" pueden no ser las más adecuadas para nuestro propósito. Así, si nos vamos a la ficha del modelo Llama 3.3 de Meta veremos que sólo está disponible en su versión de 70,6B de parámetros: ocupa 43 GB, y la memoria del portátil (16 GB) no es suficiente para poder gestionar tal tamaño, así que conviene irse a modelos con tamaño 8B o como mucho 12B, como sucede con la versión de Gemma3 que hemos probado.

En todos los casos el resultado de ejecutar estos modelos es notable. La velocidad a la que escriben las respuestas no es tan alta como la que puedan tener los chatbots en la nube, pero es posible mantener "conversaciones" a buen ritmo sin problemas si usamos modelos "pequeños". Por ejemplo, la tasa de tokens por segundo de Gemma3:12B es sensiblemente más lenta que la de modelos como Deepseek-r1:latest en su versión 8B, por ejemplo.

El gran problema de estos modelos ejecutados en local es que pueden mentir e inventarse cosas con bastante frecuencia  y a lo grande. Nosotros por ejemplo preguntamos en varios modelos qué era Xataka y cuáles eran los principales redactores, y además de equivocarse en algunos detalles sobre la publicación, también inventó a todos los redactores salvo quizás algún nombre que sí acertaba.

Acer 11 Y los errores en operaciones básicas como contar erres dejan claro que en ciertos escenarios los modelos de IA locales siguen teniendo mucho margen de mejora.

Esos modelos también cometen errores matemáticos de bulto. Hay una prueba sencilla que los pone a prueba: preguntar qué número más grande, 9,11 o 9,9. Los modelos antiguos suelen responder mal y decir que 9,11 es mayor, mientras que los modelos en la nube más recientes suelen responder correctamente. Aquí, por cierto, se nota que Gemma3 es especialmente reciente, porque también acertó. Por supuesto, en otras pruebas también ya clásicas como la de contar las erres ("¿cuántas erres hay en la palabra "Strawberry") suelen también dar respuestas erróneas.

Hay otras limitaciones claras de ejecutar estos modelos en local, sobre todo en lo que se refiere a que los conjuntos de entrenamiento no están actualizados desde hace meses y por tanto no tiene sentido preguntar datos recientes. Es una desventaja clara de los modelos de este tipo, pero que es importante tener en cuenta.

Acer 5 En estos equipos contar con un chip de IA dedicado puede ser útil para distintos ámbitos. Aquí, por ejemplo, para analizar rápidamente el contenido de sitios y páginas web.

Más allá de los chatbots de texto locales, también pudimos probar las herramientas de IA integradas en el equipo. Como veníamos diciendo, Copilot es aquí la teórica protagonista, y aunque algunas opciones están capadas, otras son llamativas. Por ejemplo, la integración de Copilot en Edge permite que en cualquier sitio o página web podamos por ejemplo obtener un resumen de lo que aparece en ese sitio, o bien hacer preguntas sobre el contenido para profundizar sobre él.

Hay algunas ideas curiosas en aplicaciones creativas como Paint, pero la calidad de las imágenes generadas en este caso es muy variada, y aquí hay herramientas en la nube claramente superiores. Los responsables de Acer, eso sí, ofrecen algunas prestaciones interesantes que se apoyan en el chip de IA del equipo. Son especialmente llamativos los que se aplican a la videoconferencia: podremos no solo desenfocar el fondo o aplicar filtros en tiempo real gracias a este chip, sino mejorar la calidad del audio eliminando ruido externo en las videoconferencias gracias a la función PurifiedVoice de Acer.

Estamos pues ante un equipo que ya perfila cómo podremos aprovechar estas funciones en el futuro, pero que además permite disfrutarlas desde ya. Es cierto que para obtener una experiencia de calidad los modelos en la nube —ChatGPT, Claude, Gemini, etc— son de momento claramente superiores, pero poder ejecutar modelos en local es algo que sigue siendo sumamente llamativo y que además poco a poco va comportándose de forma más fiable.

Lo demuestran modelos como Gemma3, que nos sorprendió gratamente aun siendo también inferior a modelos en la nube. Aquí la recomendación es clara: si compráis uno de estos equipos con vistas a poder ejecutar modelos de AI en local, elegid un modelo con más memoria RAM (por ejemplo, 32 GB) para poder ejecutar modelos algo más grandes y también más precisos.

Conclusiones: un excelente punto de partida para "trastear" con la IA

Nuestras pruebas han demostrado que este equipo es la demostración de que comenzar a usar funciones de IA en local está al alcance de cualquiera sin tener que desembolsar una gran cantidad de dinero. Los 45 TOPS de los Snapdragon X Plus demuestran aquí que es posible instalar y ejecutar modelos de IA en local sin problemas, y las limitaciones de hecho no vendrán tanto por el chip de Qualcomm o la memoria —aquí cuanto más mejor, desde luego—, sino por la propia calidad de los modelos.

Las funciones integradas en el sistema operativo aún son más escasas de lo que desearíamos y aquí esperamos que Microsoft integre las funciones avanzadas de Copilot cuanto antes en la Unión Europea. Mientras tanto, eso sí, tendremos un acercamiento a lo que pueden dar de sí estas opciones en ámbitos como la videoconferencia, la navegación web o algunas tareas creativas.

Es cierto que por ahora no hay grandes revoluciones, pero también que tenemos ahora pequeñas opciones que perfilan un futuro prometedor. Las PCs con IA pueden no estar cambiando el mundo de momento, pero son una buena pista de lo que puede llegar. Y lo mejor de todo es que al menos en este caso no imponen ningún sobrecoste: el Acer Swift GO 14 AI es un portátil más que decente sin esas opciones de IA, pero es que las tenemos a nuestra disposición si queremos, casi de regalo. Y no es un mal regalo, después de todo.

Acer Swift Go 14 AI Copilot+ PC SFG14-01-X4HC - Ordenador Portátil 14.5" WQXGA 120Hz (Qualcomm Snapdragon X Plus, 16GB RAM, 512 GB SSD, Qualcomm Adreno, Windows 11 Home) Gris, Teclado QWERTY Español

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

El portátil ha sido cedida para la prueba por parte de Acer.  Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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La noticia Los PC Copilot+ prometían una revolución. He probado uno y de momento hay más promesas que realidades fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .



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