Confiando en los profesionales, Lauren inició su tratamiento. Sin embargo, nuevas alarmas sonaron: dolor de estómago intenso y una pérdida de peso de 14 libras en un solo mes. Aun así, los médicos atribuyeron sus molestias a un simple reflujo ácido.
En situaciones así, es fácil sentirse atrapado, como si uno estuviera dando vueltas en un laberinto sin salida.
ChatGPT: un aliado inesperado en la salud
Desesperada y convencida de que algo más grave sucedía, Lauren decidió utilizar una herramienta que conocía por su trabajo: ChatGPT. En lugar de buscar síntomas en un buscador genérico, optó por plantearle directamente al chatbot una pregunta: «¿Qué enfermedades podrían confundirse con artritis reumatoide?»
La respuesta no se hizo esperar. ChatGPT sugirió considerar la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune que ataca la tiroides, y recomendó solicitar un análisis específico de anticuerpos TPO (peroxidasa tiroidea).
De la sospecha a la confirmación
Aunque su médico mostró escepticismo, Lauren insistió en realizarse las pruebas. Y el resultado fue revelador: su nivel de anticuerpos TPO estaba elevado, confirmando un diagnóstico de Hashimoto.
Siguiendo este hallazgo, los doctores realizaron una ecografía tiroidea que detectó dos pequeños nódulos. En octubre de 2024, se confirmó que ambos eran cancerosos.
Es como si ChatGPT hubiera encendido una luz en medio de un cuarto a oscuras, permitiendo que se vieran detalles que antes pasaban desapercibidos.
El valor de cuestionar y buscar una segunda opinión
«Sentí que los médicos querían solo darme medicamentos para salir del paso», relató Lauren en entrevistas posteriores. Para ella, no se trataba de desconfiar de la medicina, sino de seguir su intuición cuando sentía que algo no cuadraba.
Su historia es un recordatorio poderoso: cuando nuestra salud está en juego, no hay preguntas tontas ni dudas insignificantes. Consultar, investigar, pedir una segunda opinión o utilizar nuevas herramientas puede marcar una gran diferencia.
Los méritos y los límites de la inteligencia artificial en salud
El caso de Lauren no significa que debamos reemplazar a los médicos por chatbots. Expertos en salud advierten que, aunque herramientas como ChatGPT pueden ofrecer pistas útiles, nunca deberían sustituir el diagnóstico clínico o la evaluación médica presencial.
El Dr. Harvey Castro, médico de urgencias y especialista en inteligencia artificial, recuerda que «usada de forma responsable, la IA puede mejorar los resultados en salud». Sin embargo, advierte que confiar exclusivamente en ella puede ser riesgoso.
Podríamos imaginar a la inteligencia artificial como un copiloto en la carretera de la salud: puede advertirnos sobre curvas peligrosas o sugerir rutas alternativas, pero quien debe conducir el coche sigue siendo el profesional de la salud.
Una segunda oportunidad gracias a la persistencia
Gracias a su instinto y a la ayuda de ChatGPT, Lauren pudo operarse a tiempo. En enero de 2025 le extirparon la tiroides y dos ganglios linfáticos del cuello. Hoy, se recupera con optimismo, consciente de que su vida pudo haber tomado un rumbo mucho más oscuro si no hubiera buscado respuestas fuera de las consultas tradicionales.
«De no haber consultado con ChatGPT, habría seguido tomando medicamentos para una enfermedad que no tenía, mientras el cáncer se habría extendido por todo mi cuerpo», reflexiona.
Enseñanzas que deja esta historia
Lauren Bannon nos deja varios aprendizajes valiosos:
- Escuchar el propio cuerpo y no ignorar las señales de alerta.
- No conformarse si las respuestas no satisfacen nuestras dudas.
- Utilizar la tecnología como apoyo, no como sustituto.
- Insistir en pruebas complementarias cuando la intuición lo indique.
- Recordar que, al igual que un martillo puede clavar un clavo o romper un vidrio, la inteligencia artificial es una herramienta: su utilidad depende de cómo y cuándo se utilice.
La historia de Lauren no es un caso aislado. Cada vez más personas exploran nuevas formas de ser protagonistas de su propia salud, combinando la atención tradicional con los avances digitales.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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