Este ambicioso proyecto busca estudiar el asteroide 16 Psyche, un coloso metálico que podría contener pistas sobre los orígenes del sistema solar… y un valor hipotético de 10.000 cuatrillones de dólares. Pero antes de que los sueños de minería espacial puedan florecer, el equipo en la Tierra tiene que asegurarse de que la nave llegue allí sin problemas.
¿Qué es la misión Psyche y por qué es tan importante?
Lanzada en octubre de 2023, Psyche es una nave espacial diseñada para estudiar de cerca un asteroide diferente a todos los demás. Mientras la mayoría están hechos de roca o hielo, 16 Psyche está compuesto mayoritariamente de metal, lo que ha llevado a los científicos a pensar que podría ser el núcleo expuesto de un planeta fallido, una especie de “corazón desnudo” de un mundo que nunca terminó de formarse.
Estudiar este tipo de objeto podría darnos información clave sobre cómo se formaron los planetas terrestres como la Tierra, Marte o Venus. Es como si pudiéramos diseccionar el interior de nuestro propio planeta… sin tener que cavar a través de miles de kilómetros de corteza.
El viaje: tecnología de vanguardia y energía solar
Para llegar hasta Psyche, la nave está equipada con un sistema de propulsión eléctrica solar. Esto significa que, en lugar de depender de combustibles convencionales, utiliza paneles solares gigantes para alimentar unos motores que funcionan con gas xenón, el mismo que se utiliza en algunas lámparas.
El principio detrás de estos motores es fascinante: el xenón se ioniza (es decir, se le arrancan electrones) y luego se acelera mediante campos electromagnéticos para generar un empuje constante pero muy débil. Para que te hagas una idea, la fuerza de empuje equivale a sostener una pila AA en la mano. Pero en el espacio, donde no hay resistencia, esa fuerza mínima puede llevar una nave muy lejos si se aplica durante suficiente tiempo.
¿Qué problema ha surgido?
A principios de abril, los sensores de la nave detectaron una caída en la presión del combustible de xenón, de 36 psi a 26 psi. Como medida de seguridad automática, el sistema detuvo los motores. Es como si el coche notara una pérdida de presión en el tanque y apagara el motor para evitar daños mayores.
Aunque esto podría sonar grave, en realidad se trata de un riesgo calculado y anticipado. Tal como explicó la directora de ciencia planetaria de la NASA, Louise Prockter, este tipo de incidentes no es raro en misiones espaciales, y precisamente por eso se construyen con redundancia: existen dos líneas de combustible independientes, y el equipo podría cambiar a la secundaria si fuera necesario.
Por el momento, los ingenieros han optado por no reiniciar los motores mientras investigan la causa del descenso de presión. Lo positivo es que, gracias al diseño de la trayectoria, la nave puede permitirse una pausa en la propulsión sin desviarse de su rumbo… al menos hasta mediados de junio.
¿Cómo funciona la propulsión iónica?
Volvamos a la analogía cotidiana. Imagina que estás en una piscina con una pistola de agua: al apretar el gatillo, el chorro te impulsa suavemente hacia atrás. La propulsión iónica funciona de forma similar. En lugar de agua, la nave dispara átomos cargados (iones) hacia atrás. Aunque el impulso es suave, como no hay fricción en el espacio, la nave puede acelerar de manera continua y eficiente durante meses o años.
El combustible, el xenón, es un gas noble que no reacciona fácilmente con otros elementos, lo que lo convierte en ideal para estos sistemas. Y lo mejor de todo es que, con una eficiencia muy superior a los cohetes convencionales, la nave puede recorrer distancias astronómicas con una pequeña cantidad de combustible.
¿Qué se espera encontrar en 16 Psyche?
Más allá del atractivo económico de un asteroide metálico valuado en cifras astronómicas, la verdadera riqueza está en el conocimiento. El objetivo de Psyche es analizar la composición química, el campo magnético y la morfología del asteroide, lo cual podría revelar si en efecto se trata de un núcleo planetario.
Con un tamaño comparable al estado de Maryland (unos 280 kilómetros de ancho por 230 de largo), este gigante es uno de los asteroides más grandes del sistema solar. Su estructura metálica sugiere una densidad muy superior a la de otros objetos similares, lo cual lo convierte en una pieza única de museo… flotando en el espacio.
¿Qué sigue para la misión?
Si todo sigue según lo planeado, la nave Psyche debería retomar la propulsión antes del verano y continuar su trayecto. Su llegada al asteroide está proyectada para 2029, tras una larga travesía de seis años.
Una vez allí, comenzará una serie de maniobras para orbitar el asteroide y estudiarlo durante 26 meses, tomando imágenes, midiendo el espectro electromagnético y tratando de descifrar su historia.
Este tipo de exploración no implica minería ni extracción física (al menos no todavía), pero sí abre la puerta a entender mejor el origen de los planetas y a prepararnos para un futuro en el que los recursos espaciales podrían formar parte de nuestra economía global.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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