De fármaco tradicional a estructura inteligente
El 5-Fu es conocido por su eficacia limitada y su toxicidad significativa. Solo una pequeña fracción del medicamento logra disolverse y llegar a las células tumorales, dejando el resto circulando por el organismo y causando daño colateral. El problema no radica tanto en la composición del fármaco como en su pobre solubilidad, que impide una absorción eficiente.
Los científicos de Northwestern han reconfigurado esta molécula, incrustándola en la estructura de los SNAs, un tipo de nanopartícula recubierta por cadenas densas de ADN. Esta estructura globular no solo mejora la solubilidad, sino que también actúa como una llave maestra para entrar en las células cancerígenas, especialmente en las de la leucemia mieloide aguda (AML), una de las formas más agresivas de cáncer sanguíneo.
Eficiencia sin precedentes contra la leucemia
El nuevo tratamiento fue evaluado en modelos animales con AML, mostrando resultados sorprendentes. El fármaco modificado logró penetrar en las células cancerosas 12,5 veces mejor, eliminarlas con una eficacia 20.000 veces mayor y ralentizar la progresión del cáncer en un factor de 59. Todo esto sin producir daños colaterales evidentes en tejidos sanos.
El secreto está en la manera en que las células cancerígenas absorben el medicamento. Las células mieloides, objetivo principal en la AML, presentan una sobreexpresión de receptores «basureros» que reconocen y capturan estructuras como los SNAs. En lugar de forzar la entrada del fármaco, los investigadores aprovecharon este mecanismo natural para que las propias células malignas lo ingirieran voluntariamente. Una vez dentro, enzimas celulares degradan el ADN que recubre la nanopartícula y liberan el fármaco en su interior.
Medicina de precisión con menos sufrimiento
Uno de los mayores retos en oncología es el daño colateral que producen los tratamientos. La quimioterapia convencional no distingue entre células malignas y sanas, atacando indiscriminadamente. En cambio, esta nueva formulación basada en SNAs muestra una afinidad selectiva por las células cancerosas, preservando tejidos saludables y reduciendo efectos secundarios.
En los ensayos con ratones, los investigadores observaron una reducción casi total de las células leucémicas en sangre y bazo, y una extensión significativa de la esperanza de vida de los animales. Este cambio en la manera de administrar el fármaco puede compararse con pasar de usar una bomba para apagar un incendio a utilizar un sistema de riego por goteo que actúa solo donde es necesario.
Un futuro prometedor para la nanomedicina estructural
Este avance no es un caso aislado. Forma parte de un movimiento más amplio en el campo de la nanomedicina estructural, una disciplina que busca diseñar medicamentos a nivel molecular para mejorar su interacción con el organismo. La precisión con la que se construyen estas estructuras permite que los tratamientos sean más efectivos, menos invasivos y más seguros.
Según Chad Mirkin, líder del equipo de investigación y referente mundial en química y nanotecnología, este enfoque podría aplicarse a una amplia gama de enfermedades, incluyendo infecciones, trastornos neurodegenerativos y autoinmunes. Ya hay siete tratamientos basados en SNAs en fases clínicas, lo que indica que no se trata de una teoría aislada, sino de una estrategia con respaldo y recorrido.
Los próximos pasos hacia la aplicación clínica
Tras los resultados prometedores en modelos animales, el siguiente paso será ampliar las pruebas a grupos más grandes y eventualmente iniciar ensayos clínicos en humanos. Para ello, el equipo necesitará financiación adicional y colaboraciones con instituciones médicas. La investigación ha sido publicada en la revista ACS Nano, y ha contado con el respaldo del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., entre otras entidades.
Esta innovación no solo representa un nuevo capítulo en la lucha contra el cáncer, sino que también ilustra cómo la ciencia puede mejorar radicalmente terapias ya existentes cuando se les observa con una mirada fresca y tecnológicamente avanzada.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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