18 de marzo de 2012

Ilustradores y artistas se pasan a la tableta

“A Picasso o Van Gogh les hubiera gustado tener uno”. Un tablet. Lo dice sin ruborizarse el célebre artista británico David Hockney. ¿Herejía? No para él. A sus 74 años expone hasta abril en la sobria Royal Academy of Arts londinense más de 150 obras, 50 de ellas ‘pintadas’ en un iPad. No está solo. Cada vez más ilustradores y dibujantes, novatos y profesionales, abrazan las tabletas como nueva herramienta de creación. Para unos es un simple experimento, para otros el futuro de la profesión.
Xoan Baltar, artista gallego de 37 años, empezó primero con bocetos en el móvil y ahora se ha enganchado a la tableta. “En la prehistoria pintaban con los dedos en las cuevas, ahora lo hacemos sobre una pantalla. El fin es el mismo, expresarse, solo cambian las herramientas”, explica.
El fenómeno echó a andar con el lanzamiento de Brushes en 2008 (5,99 euros para iPad, 3,99 para iPhone), una aplicación para dibujar en el iPhone. “Su creador, Steve Sprang, me preguntó a mí y a otros artistas cómo mejorarla. Trasteamos con ella, subimos nuestro trabajo a Flickr y la cosa echó a andar”. Luego vino el iPad, con su pantalla tres veces mayor que el iPhone y la avalancha de aplicaciones, como SketchBook Pro (3,99), Zen Brush (2,39), ArtRage (3,99) o Adobe Touch (7,99).
Hoy pintar en tabletas con los dedos, el llamado fingerpainting, en inglés, o con pinceles de toda la vida y punteros digitales, se ha convertido en un movimiento de arte digital en sí mismo. Tanto que Samsung ha apostado de lleno por ello con la tableta Galaxy Note 10.1, que incorpora el lápiz digital S Note para dibujar y retocar fotografías.
Baltar ha expuesto varias de sus creaciones en Nueva York, Chicago o Alemania y vendido otras por entre 1.000 y 2.000 euros. Ahora aplica el mismo concepto al terreno del entretenimiento, al juego Katana Jack para iPhone, cuyos gráficos, decorados y personajes ha dibujado íntegramente en el iPad. “Llevamos dos meses y no va mal, hemos tenido muchas descargas en China”, dice.
El dominio del iPad sobre sus rivales, con entre el 60% y el 70% del mercado, según el estudio de turno, se refleja también en el terreno artístico. “Antes del iPad tenía un Galaxy Tab y la verdad, no hay color. Tenía que meterme todo el rato en foros para resolver dudas sobre el sistema operativo y las aplicaciones. Todavía no he encontrado nada tan intuitivo y fácil de usar como el iPad, al menos para pintar”, explica Karla Frechilla.
Frechilla, de 37 años, lleva desde los 14 pintando de todo, sobre tablas, lienzos, con acrílicos, óleo y ahora en la pantalla. La ventaja del tablet, explica, está en la inmediatez, en pasear por la calle, encenderse la inspiración, desenfundarlo y garabatear al instante sin necesidad de esperar a regresar al estudio. Sirve de cuaderno inagotable de ideas a la vez que de herramienta para rematarlas de forma profesional.
Pasarse al tablet le ha abierto nuevas formas de darse a conocer. Aún no ha vendido ninguno de sus trabajos pero la invitan con frecuencia a dibujar píxeles con los dedos en directo. Sus retratos surrealistas sobre la marcha pasman a la audiencia y la aplicación Brushes permite grabar en vídeo cómo va naciendo la obra de la nada. Con ese material ahora planea una exposición de arte digital en Madrid.
A Kyle Lambert, un joven artista británico, se le ocurrió subir a YouTube los vídeos de sus creaciones en el iPad. En menos de un año recibió 1,5 millones de visitas y una invitación a demostrar su destreza en directo en la feria MacWorld del año pasado. Su último proyecto, Toy Shining, mezcla personajes de Toy Story y la película El Resplandor en 25 dibujos hechos en tableta. A Lee Unkrich, director de Toy Story 3, la idea le pareció tan rocambolesca que le invitó a Pixar a presentársela.
“Al principio era solo una diversión, pero ahora lo utilizo para crear obras profesionales. Mezclo de todo, puedo empezar en el iPad y exportar la ilustración a Photoshop para mejorarla o utilizar las aplicaciones de Adobe Touch en el Galaxy Tab. Ambos son buenos, pero prefiero el iPad”, dice Lambert.
Por supuesto, hay pegas. Ninguna tableta reconoce todavía la presión del dedo, aunque el Galaxy Note 10.1 sí procesa la del lápiz, algo que hacen desde años los modelos de la japonesa Wacom, diseñados especialmente para dibujo digital. Tampoco se pueden utilizar dos o más dedos a la vez. Y la resolución de pantalla, excepto en tablets de gama alta, deja aún bastante que desear.
Luís Peso, artista afincado en Granada, cree que muchos de estos obstáculos se resolverán con el lanzamiento de nuevos modelos. El nuevo iPad es un ejemplo en cuanto a resolución de pantalla. De la misma forma que Apple intenta colarse en el terreno de la educación y los libros de texto, sería extraño que no hiciera lo mismo en el mundo del arte.
“Estoy convencido que el futuro de la ilustración pasa por los tablets. Con el ordenador el ojo está en la pantalla y la mano dibuja. En la tableta miras y dibujas sobre la misma superficie, es como hacerlo en papel”, explica Peso, quien incluso ve peligrar las Wacom. “Siguen siendo demasiado caras. O se adaptan a los cambios o desaparecerán”.
Uno de sus dibujos en el iPad ilustra la portada de un libro de Kafka, “En el penal”, lanzado por la editorial Fin de Viaje. Otro, el de una estilizada bailarina en blanco y negro, cuelga en la casa de la dueña que le encargó el retrato. La edición alemana del Financial Times se hizo eco y ahora la firma de software Autodesk le lleva de tour como profesor de la aplicación SketchBook. Nuevo arte, nuevas oportunidades.


☛ El artículo completo original de Manuel Ángel Méndez lo puedes ver aquí

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