Tuvimos la oportunidad de ir a una función de prensa de la película Mazinger Z: Infinity, cinta que llega para celebrar el aniversario número 45 de la serie de televisión, y que, a grandes rasgos, lo hace de muy buena manera.
Es difícil para cualquier franquicia mantenerse vigente a lo largo del tiempo, y bajo esta premisa es que la nueva cinta de la saga pretende funcionar, ya que todo transcurre en nuestro tiempo. La cinta toca temáticas medioambientales sumamente actuales, como la crisis energética y los problemas que esta situación supone para una determinada comunidad, pero el fuerte de la película no es su contexto sociopolítico, sino que la nostalgia que produce ver a los personajes principales, estando estos en una etapa más madura que en la serie.
OJO: Jardín de Spoiler de Mazinger Z-Infinity
En Mazinger Z: Infinity, Koji Kabuto es un reputado científico que trabaja para el gobierno japonés, comandado por el ahora Primer Ministro, Gennosuke Yumi. Sayaka es la actual pareja de Kabuto, quien es la jefa de la planta eléctrica Fuji, mientras que Boss actualmente administra un restaurante de ramen.
Los profesores Sewashi y Nossori (quienes en algún punto homenajean a su compañero caído, el profesor Morimori) siguen siendo activos colaboradores de Kabuto y Boss, al igual que Shiro Kabuto.
La trama de la película gira en torno al descubrimiento de un Mazinger gigante llamado Infinity (wow, no lo vimos venir), gracias a la cantidad infinita de posibilidades que su tecnología le podría entregar a la raza humana, de ser bien utilizado por los mismos.
Paralelamente, la planta de energía fotónica que dirige Sayaka está siendo acusada de abrir portales a dimensiones paralelas, lo cual finalmente desata un conflicto entre los humanos y los resucitados Doctor Hell, Barón Ashura y Conde Decapitado, quienes harán lo posible por apoderarse del nuevo Mazinger, así como también de nuestra dimensión.
Los problemas comienzan a aparecer en el desarrollo del concepto principal, en donde la película parece quedarse estancada en escenas o conversaciones que realmente no aportan nada a la historia general, pero que sí nos proveen de un muy buen fan service, recordándonos la personalidad inocente de nuestros héroes en etapas más tempranas de sus vidas.
Esta es la falencia más importante de la producción, ya que se pretende tocar temáticas medianamente profundas con un punto de vista adulto, pero constantemente se queda en la superficie gracias a sus propios personajes y a los chistes que, si bien resultan graciosos, hacen perder el norte del relato.
Fuera de lo anterior, la cinta cuenta con peleas memorables entre los Mazingers y los villanos anteriormente mencionados, mostrándonos también lo diversos que podemos llegar a ser los seres humanos y la eterna pelea interna de Koji Kabuto para lograr definir su rol en el mundo. ¿Es el ser humano un Dios o un demonio? La respuesta llega lentamente, pero al más puro estilo del animé clásico.
Cabe destacar que Mazinger Z: Infinity fue dirigida por Junji Shimizu (Yu-Gi-Oh!, One Piece) y producida por Toei Animation (Dragon Ball, Sailor Moon), factores que nos garantizan de por sí un buen rato frente a la pantalla grande, ya sea solos -en un ejercicio de pura nostalgia-, como también con los miembros más pequeños de nuestra familia.
☛ El artículo completo original de Diego Bastarrica lo puedes ver aquí
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