El ASO (Airborne Snow Observatory) es un pequeño avión equipado con un par de sensores en la parte inferior. Cuenta con un lidar que mide el volumen de la capa de nieve de una montaña mientras que un espectrómetro (es esencialmente una cámara, pero que puede detectar la luz más allá del alcance del ojo humano) mide su reflectividad, proporcionando una estimación muy precisa de cuánta agua se escapará de la montaña en la primavera y cuándo fluirá a través de presas, embalses y acueductos de California. Esto lo consiguen porque la nieve fresca es altamente reflectante, lo que ralentiza la fusión y ayuda a devolver el calor a la atmósfera. Pero la capa de nieve se vuelve cada vez menos reflectante a medida que los cristales de hielo se fusionan y crecen, y la contaminación del aire y las tormentas ensucian los campos con manchas oscuras absorbentes en forma de polvo y hollín.
Es un claro ejemplo de lo que la NASA está haciendo para evitar o predecir catástrofes relacionadas con el calentamiento del planeta.
En este caso los datos permiten a las autoridades administrar con mayor cuidado el agua que carga las plantas de energía hidroeléctrica, alimentando pueblos y ciudades. Ofrecen información importante para luchar alternativamente con sequías prolongadas e inundaciones generalizadas a medida que el cambio climático hace de las suyas.
En este caso se ha implantado la tecnología en Sierra Nevada, a más de 600 km a lo largo de la frontera sureste de California. El programa ASO comenzó sus censos de nieve en la primavera de 2013 cuando una devastadora sequía se apoderó de California. La sequía histórica obligó a realizar restricciones obligatorias de agua, condenó a más de cien millones de árboles y exprimió los beneficios de la industria agrícola del estado. Luego se detuvo de golpe en el invierno de 2016-2017 debido a una serie de tormentas que dejaron casi 3 metros de lluvia en algunas partes de la Sierra, marcando el segundo año más lluvioso registrado en California.
Ahora la tasa de error del programa de la NASA es de aproximadamente un 2 por ciento, y quieren ampliar el programa para aplciarlo en Oregón, Washington y Canadá, así como a la cuenca del río Colorado.
En el MIT comentan el proyecto con detalle, por lo que si deseáis más información, leedlo en technologyreview.com
☛ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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