29 de octubre de 2019

Científicos localizan la “ciudad ancestral” de la humanidad en Botswana

Un equipo de científicos aseguró que logró identificar el lugar al que la humanidad puede llamar su hogar de origen: la ciudad natal ancestral. El lugar se localiza el noreste de Botswana, al sur del río Zambezi (sur de África), según análisis genéticos, datos climáticos y evidencia arqueológica presentada en un artículo de Nature.

El sitio tiene una antigüedad de unos 200.000 años, fecha en que se cree el surgimiento de los humanos modernos que decidieron convivir en grupos y comunidades.

Vanessa Hayes, genetista del Instituto Garvan de Investigación Médica, explicó a los periodistas cuales fueron las características principales de dicha "ciudad ancestral", por qué era un lugar tan atractivo, por qué gustó tanto y qué, después de todo ese tiempo, finalmente qué sacó a los seres humanos de ese nido.

"Identificamos una región de la patria, descubrimos que (anatómicamente) los humanos modernos parecen prosperar allí durante 70.000 años y luego describimos las primeras exploraciones humanas", dijo Hayes.

Un oasis con un Lago

La mayor parte de este análisis se basa en el análisis del ADN mitocondrial, que es el ADN alojado no en el núcleo de la célula (donde está la mayor parte de nuestro ADN) sino en la maquinaria de producción de energía de la célula.

Sin embargo, los científicos pueden rastrear secuencias de ADN mitocondrial a lo largo del tiempo para revelar exactamente cómo los humanos se diversificaron en diferentes linajes y cómo era la vida cuando los primeros humanos todavía vivían en la ciudad natal ancestral.

Según las investigaciones de Vanessa Hayes, la ciudad ancestral contaba con un lago gigante llamado Lago Makgadikgadi. Ese lago, en su mejor momento, era más grande que el Lago Victoria, el lago más grande de África, que tiene 26.828 millas cuadradas.

Hayes explicó que esto formó un humedal que habría sido ideal para los primeros humanos. "El lugar se habría parecido mucho al sitio del patrimonio de la UNESCO, el delta de Okavango, también en Botswana. Era un área extremadamente grande, habría sido muy exuberante. En realidad, habría proporcionado un hábitat adecuado para que vivieran los humanos y la vida silvestre moderna", dijo.

Dicho humedal cumplió su propósito tan bien, que Hayes agregó que los humanos "prosperaron" allí durante unos 70.000 años, hasta que varios cambios empujaron a los humanos de la antigüedad a alejarse de su paraíso terrenal.

¿Por qué se fueron?

Según la propia Hayes hace unos 130.000 años, dos cambios climáticos específicos abrieron lo que este equipo llama "corredores verdes". Estos corredores actuaron como caminos que nuestros antepasados siguieron fuera de su hogar.

Axel Timmerman, coautor del estudio, también explicó que 130.000 años se vivió el final del penúltimo período glacial, un momento en que hubo un "cambio importante en la órbita de la Tierra".

"En particular, el verano del hemisferio sur se está acercando al sol", explicó. "Recibe más luz solar y también está teniendo más humedad. Claramente, hay un cambio en el clima y la vegetación que permitió mayores precipitaciones hace unos 130.000 años".

Más lluvia creó ese primer "corredor verde", y los humanos lo siguieron hacia el noreste, lejos del lago del humedal. Sin embargo, como agregó Hayes, esta migración fue solo el viaje inaugural, una cantidad significativa de personas se quedó.

Origen de las migraciones

Timmerman argumentó que los corredores verdes y otros como ellos que pueden haber aparecido y desaparecido a lo largo de la historia humana antigua, jugaron un papel importante en la migración de los primeros humanos.

"El concepto de corredor verde se ha presentado en muchas situaciones diferentes para explicar la migración a largo plazo de homínidos, también neandertales a Arabia", señaló. Pero apuntó que es la combinación de análisis de ADN mitocondrial lo que hace que este descubrimiento sea tan único.

El hecho de que el ADN mitocondrial parece separarse en concierto con la apertura de estos "corredores verdes" sugiere que no es más que una casualidad. "Esa es la parte única aquí, donde podemos demostrar esta coincidencia con mayor precisión que nunca", agregó.

Nuevo edén en África

Jean-Jacques Hublin, paleoantropólogo del Instituto Max Planck, propone otra teoría alternativa con respeto a la investigación de Hayes.

Él sugiere que "nuestra especie no emergió repentinamente hace 200.000 años en un jardín del Edén restringido en algún lugar del este de África. Si alguna vez hubo un jardín del Edén para el Homo sapiens, tenía el tamaño del continente africano".

Por el contrario, Hayes asegura que si existe una "cuna de la humanidad" y llega al extremo de ubicar exactamente dónde se localizó. "Es algo que fascina a todos los humanos. Los seres humanos quiere saber de dónde venimos", concluyó.




☛ El artículo completo original de Deivis Rodríguez lo puedes ver aquí.

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