La actividad cerebral se modifica durante el ritmo cardiaco: suprime la consciencia cuando debemos ignorar los estímulos externos y centrarnos en lo importante porque algo no va bien.

El corazón y el cerebro se comunican constantemente.
Por ejemplo, cuando nos encontramos con una situación peligrosa, las señales del cerebro aseguran que el corazón lata más rápido. Cuando nos relajamos, el corazón se ralentiza.
Aunque sabemos que los latidos del corazón también afectan al cerebro, los mecanismos subyacentes en estos procesos no están claros.
Investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas (MPI CBS) en Leipzig y de la Escuela de Mente y Cerebro de Berlín, han identificado dos mecanismos que explican cómo el corazón influye en nuestra percepción y en el cerebro.
Primer mecanismo: la sístole habla
El primer mecanismo establece una relación entre la fas...
Por ejemplo, cuando nos encontramos con una situación peligrosa, las señales del cerebro aseguran que el corazón lata más rápido. Cuando nos relajamos, el corazón se ralentiza.
Aunque sabemos que los latidos del corazón también afectan al cerebro, los mecanismos subyacentes en estos procesos no están claros.
Investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas (MPI CBS) en Leipzig y de la Escuela de Mente y Cerebro de Berlín, han identificado dos mecanismos que explican cómo el corazón influye en nuestra percepción y en el cerebro.
Primer mecanismo: la sístole habla
El primer mecanismo establece una relación entre la fas...
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
☛ El artículo completo original de Redacción T21 lo puedes ver aquí.
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