Un dolor de muelas terminó por darle a Sue, un tiranosaurio rex, una muerte lenta y dolorosa, hace millones de años.
Es la conclusión a la que llegaron científicos de la Universidad de Manitoba, en Winnipeg, Canadá.
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Te traemos una lista con los siete dinosaurios más extraños que existieron: tenían desde pelajes hasta plumas, garras similares a la del perezoso y brazos pequeñísimos.
Los restos del dinosaurio pertenecen al Museo Fields de Chicago, que lo bautizó Sue.
Según los investigadores, una infección generó una tremenda malformación en los dientes del tiranosaurio rex. Al no poder comer ni beber, producto del dolor, el pobre Sue murió.
Pero ¿cómo llegaron a ese resultado los científicos canadienses? Lo explica la profesora Kirstin Brink.
“Dos de los dientes de Sue están fusionados. Uno de los dientes tiene algunas cortes adicionales en el lado del diente, no en el lugar normal en los bordes frontal o posterior”.
Los dinosaurios tenían dientes serrados como cuchillos, algunos del tamaño de plátanos, de acuerdo con Live Science. Reemplazaban los dientes de uno a dos años.
Según la doctora Brink, los dientes de Sue “son extrañamente deformes, aplastados y doblados con una extraña textura casi ondulada que corre por los lados”.
“Es como si estuvieran rompiendo hielo en una tubería”, comparó.
La infección que causó la muerte de Sue, el tiranosaurio rex
En un estudio de 2009, se diagnosticó que el tiranosaurio tuvo tricomoniasis, una infección oral causada por un parásito. La investigación de Brink sugiere que esta enfermedad cambió la forma de sus dientes.
Lo usual era que los problemas dentales de los dinosaurios se originaran por desórdenes genéticos. No es el caso de la querida Sue.
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Hagamos un repaso por los tipos de dinosaurios que existieron. La clasificación básica los divide según la estructura de su cadera.
“Los dientes de Sue son todos normales, excepto los tres impares, y esta deformidad probablemente no sea un error genético”, recalcó la experta.
La investigación de la doctora Brink no ha sido publicada aún, sino que fue presentada en línea en la conferencia anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados.
☞ El artículo completo original de Kiko Perozo lo puedes ver aquí
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