La seguridad en los aeropuertos es un aspecto que nunca se da por sentado, y un sistema conocido como Engineered Materials Arresting System (EMAS) está marcando la diferencia en cómo se manejan las si tuaciones de emergencia durante los aterrizajes. Este método, que podría considerarse una extensión de la zona de seguridad de la pista, está compuesto por piedrecillas de materiales ligeros que, a pesar de su aparente simplicidad, poseen la capacidad de detener un avión en movimiento.
¿Qué es el EMAS y cómo funciona?
El EMAS se basa en una capa de piedras que, aunque pequeñas y livianas, son extremadamente resistentes. Estas piedrecillas están hechas de materiales como el poliestireno expandido o el polipropileno, conocidos por su ligereza y capacidad de absorción de impactos. Cuando un avión no logra detenerse al final de la pista y entra en contacto con esta área de seguridad, el material se deforma y crea una resistencia progresiva que ralentiza y finalmente detiene la aeronave.
Con más de 100 sistemas EMAS instalados en los Estados Unidos, la tecnología ha demostrado su valía. Hablamos de una innovación pragmática en la seguridad aérea que ha evitado accidentes y salvado vidas. Un ejemplo claro de su eficacia fue el incidente del Learjet 35 en el Aeropuerto de Teterboro, donde EMAS jugó un papel fundamental en evitar un desenlace potencialmente trágico.
La implementación de EMAS a nivel mundial representa un avance significativo en la seguridad de los aeropuertos internacionales. Cada sistema instalado es un paso adelante en la prevención de incidentes en pistas de aterrizaje, donde cada segundo y cada metro cuenta.
Cómo consigue hacer eso ese material
El poliestireno expandido, comúnmente conocido como EPS por sus siglas en inglés (Expanded Polystyrene), es un material que se caracteriza por su ligereza y capacidad de absorción de energía. Se compone de perlas de poliestireno que se expanden con vapor para formar un material que contiene hasta un 98% de aire. Esta estructura única le permite comprimirse bajo carga pesada, absorbiendo la energía de manera controlada sin rebotar ni devolver la energía a la aeronave, lo cual reduciría la efectividad del sistema.
El polipropileno, por otro lado, es un termoplástico adicionalmente utilizado en aplicaciones de seguridad debido a su resistencia y flexibilidad. En el contexto de EMAS, se puede formular de tal manera que tenga una alta capacidad de deformación sin llegar a romperse. Al igual que el EPS, se deforma bajo la carga del avión, proporcionando una resistencia gradual que desacelera la aeronave.
Cuando un avión sobrepasa la pista y entra en la zona de EMAS, el peso del avión hace que las ruedas se hundan en estos materiales ligeros y deformables. A medida que las ruedas se entierran en el material, se genera una resistencia que absorbe la energía cinética del avión de forma progresiva, lo cual reduce la velocidad del avión de forma eficiente y controlada hasta que se detiene por completo. Esta absorción de energía se realiza sin dañar estructuralmente el avión, lo que permite que tanto los pasajeros como la tripulación permanezcan seguros y que la aeronave pueda ser recuperada y devuelta al servicio después de una inspección y cualquier reparación necesaria.
Más información en faa.gov.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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