2 de abril de 2025

¿Vivimos en una simulación? La teoría que busca el código fuente del Universo

Esta propuesta, aunque suene a ciencia ficción, merece una mirada más cercana. No se trata de luces parpadeantes ni errores de renderizado como en una película, sino de una nueva forma de entender la realidad a través de la información.

¿Qué es la teoría de la simulación?

Todo comenzó en serio en 2003, cuando el filósofo de Oxford Nick Bostrom planteó que, si una civilización futura pudiera simular universos con seres conscientes, entonces es muy probable que nosotros mismos estemos viviendo en una de esas simulaciones.

Desde entonces, la ciencia ha buscado maneras de verificar esta idea. Algunos investigadores han buscado «glitches en la Matrix», es decir, inconsistencias o anomalías que puedan revelar que estamos dentro de un entorno artificial. Sin embargo, el físico Michael Vopson propone algo distinto: no buscar errores, sino patrones de eficiencia que imiten el comportamiento de un software bien diseñado.

La Segunda Ley de la Infodinámica

Vopson ha formulado una idea revolucionaria: la Segunda Ley de la Infodinámica, un concepto inspirado en las leyes tradicionales de la termodinámica, pero aplicado al mundo de la información.

Mientras que la termodinámica describe cómo la energía tiende al desorden (entropía), la infodinámica sugiere que la información en el universo tiende al orden, como si un sistema superior intentara comprimir los datos de la manera más eficiente posible. En palabras simples: el universo no está simplemente expandiéndose en caos, sino optimizándose como un algoritmo inteligente.

Es como cuando limpias tu disco duro: no eliminas los datos importantes, pero sí los reorganizas para que ocupen menos espacio y funcionen más rápido. Vopson argumenta que el universo hace lo mismo, y eso sería un indicio claro de que estamos dentro de una simulación.

¿Qué papel juega la biología?

Una de las observaciones más llamativas de esta teoría está en la genética. Según Vopson, los patrones de evolución del ADN no se comportan de forma completamente aleatoria, como sugeriría el darwinismo clásico. En lugar de eso, parecen seguir una lógica de optimización de la información, reduciendo la entropía a lo largo del tiempo. Es como si la vida misma estuviera programada para ahorrar memoria, igual que un archivo .zip.

Desde WWWhatsnew.com consideramos que esta visión ofrece un enfoque interdisciplinario fascinante: une física, biología e informática para plantear una nueva perspectiva de la existencia. ¿Y si, en lugar de ser solo materia y energía, el universo fuera fundamentalmente un sistema de procesamiento de datos?

¿Simulación o pseudociencia?

No todos los científicos están de acuerdo con estas ideas. Algunos críticos afirman que hablar de simulaciones y códigos fuente es caer en el terreno de la teología disfrazada de lenguaje tecnológico. ¿Dónde trazamos la línea entre un “creador divino” y un “programador superinteligente”?

Este tipo de preguntas no solo son científicas, también son filosóficas. Por eso, muchos académicos se muestran escépticos. Dicen que, hasta que no haya pruebas verificables y reproducibles, la teoría de la simulación no puede tomarse como algo más que una curiosidad intelectual.

Y sin embargo,  creemos que el valor de estas teorías no está solo en su veracidad inmediata, sino en su capacidad para provocar nuevas preguntas. ¿Qué es la realidad? ¿Cómo definimos lo que es “natural”? ¿Y si el universo estuviera diseñado para autocomprimirse, como un archivo informático que se vuelve más eficiente con el tiempo?

El universo como un programa bien escrito

Para entender mejor la propuesta de Vopson, pensemos en el código fuente de una aplicación móvil. Los mejores desarrolladores no escriben líneas innecesarias; buscan optimizar cada instrucción para que el programa funcione de forma rápida y eficiente.

Vopson dice que el universo hace lo mismo. No se trata solo de estrellas, planetas y átomos. Todo —desde las partículas cuánticas hasta las leyes físicas— sigue patrones que minimizan la cantidad de información necesaria para describirlos.

Es decir, si tuviéramos acceso al «código fuente del universo», podríamos encontrar líneas de lógica, compresión de datos y estructuras similares a las de un programa informático muy bien diseñado.

¿Y si Vopson tiene razón?

Aceptar esta posibilidad cambiaría por completo nuestra visión del cosmos. Significaría que no estamos simplemente flotando en una sopa cósmica sin rumbo, sino que somos parte de un sistema que sigue reglas matemáticas e informáticas profundas.

Incluso podríamos llegar a desarrollar formas de interactuar con ese sistema, como se hace con un software: comprender cómo está escrito nos permitiría modificar, mejorar o navegar nuestra realidad de formas impensables hoy.

¿Suena descabellado? Tal vez, pero pensemos en esto: hace cien años, hablar de agujeros negros parecía fantasía; hoy, tenemos fotos de ellos. Quizá dentro de unas décadas, hablar del código fuente del universo sea parte del conocimiento común.

Una puerta a nuevas posibilidades

En mi opinión, la hipótesis de Vopson no pretende dar una respuesta definitiva, sino abrir un nuevo enfoque para entender la realidad. Si al observar el universo no solo lo vemos como energía y materia, sino también como información que se organiza, entonces podríamos estar en la antesala de una revolución científica.

Estas ideas, aunque controvertidas, impulsan el pensamiento crítico, y nos recuerdan algo esencial: la ciencia no se trata solo de certezas, sino también de imaginar nuevas formas de hacer preguntas.


La noticia ¿Vivimos en una simulación? La teoría que busca el código fuente del Universo fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Juan Diego Polo.


☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí

No hay comentarios.:

Publicar un comentario