15 de abril de 2025

¿Realmente los dinosaurios ya estaban en declive antes del impacto del meteorito?

Un nuevo estudio internacional sugiere que, quizás, los indicios de su declive no sean más que un efecto óptico creado por el registro fósil, más que una realidad. Este hallazgo pone en jaque algunas teorías antiguas y nos invita a revisar con lupa cómo interpretamos los datos fósiles.

El meteorito: ¿el único culpable?

Cuando se piensa en la extinción de los dinosaurios, la imagen del meteorito gigante estrellándose contra la Tierra es casi inevitable. El impacto liberó una energía brutal, desencadenó incendios globales, levantó una nube de polvo que bloqueó la luz solar durante meses y provocó un descenso drástico de la temperatura global. Para un planeta que en ese entonces tenía muy poco hielo, esto fue un golpe letal.

Sin embargo, no fue la primera vez que los dinosaurios enfrentaron un cambio climático devastador. Más de 100 millones de años antes de ese evento, ya habían sufrido otra gran extinción provocada por alteraciones del clima. Entonces, ¿qué tan sólida es la idea de que los dinosaurios ya estaban disminuyendo antes del impacto final?

La importancia del contexto geológico

La nueva investigación se centró en los últimos 17 millones de años del Período Cretácico, conocidos como Campaniano y Maastrichtiano. Este intervalo es clave para entender la salud de las poblaciones de dinosaurios antes de la extinción.

Durante años, los científicos se han basado casi exclusivamente en el registro fósil para sacar conclusiones sobre la diversidad y abundancia de estas criaturas. Pero este enfoque tiene una gran limitación: los fósiles no aparecen de forma uniforme en todas partes, y eso puede distorsionar los resultados.

Imagina que alguien intenta reconstruir una biblioteca antigua, pero solo encuentra libros en una habitación. Podría pensar que los otros cuartos estaban vacíos, cuando en realidad simplemente no han sido descubiertos aún. Algo parecido sucede con los fósiles.

Un enfoque más moderno: la modelación de ocupación

El equipo detrás de este estudio utilizó una técnica común en ecología moderna llamada modelado de ocupación, adaptada ahora a los dinosaurios. En lugar de basarse solo en los fósiles disponibles, integraron también datos sobre el clima antiguo, la geografía de la época y las condiciones ambientales.

Este modelo funciona como una balanza más precisa: al considerar las probabilidades de que una especie estuviera presente, aunque no se haya encontrado ningún fósil, permite estimar con mayor realismo cómo eran las poblaciones.

Gracias a este enfoque, los investigadores observaron que la supuesta caída en la diversidad de especies durante el Maastrichtiano (el último tramo antes del impacto) podría no ser real, sino un reflejo del sesgo en la recolección de fósiles.

¿Por qué hay menos fósiles en ciertos períodos?

No todas las épocas geológicas preservan fósiles de la misma manera. Las condiciones ambientales del Campaniano eran más favorables para que los restos se fosilizaran, mientras que en el Maastrichtiano, el proceso de preservación fue menos eficiente.

Esto significa que en los estratos del Maastrichtiano hay menos fósiles no necesariamente porque hubiera menos dinosaurios, sino porque las condiciones no ayudaron a conservar sus restos. La escasez de evidencia no equivale a una escasez real de vida.

Implicaciones para la historia de la extinción

Los resultados de este estudio no descartan del todo la idea de que algunos grupos de dinosaurios ya estuvieran enfrentando desafíos antes del impacto. Pero sí ponen en duda la narrativa de que estaban en un declive irreversible y generalizado.

En pocas palabras, el estudio sugiere que los dinosaurios podrían haber estado en mejores condiciones de lo que creíamos, y que el meteorito fue efectivamente un evento abrupto e inesperado que acabó con ecosistemas que aún eran estables.

Una nueva mirada hacia el pasado

Este tipo de investigaciones nos recuerdan que la paleontología no es una ciencia estática. A medida que se incorporan métodos más sofisticados, como los modelos estadísticos y la inteligencia artificial, es posible revisar teorías pasadas con nuevos ojos.

La historia de los dinosaurios sigue reescribiéndose con cada hallazgo. Y si algo nos enseña este estudio, es que no siempre podemos confiar ciegamente en lo que encontramos, sino que también debemos cuestionar lo que no hemos hallado… aún.

¿Qué podemos aprender de esto hoy?

Comprender cómo y por qué desaparecieron los dinosaurios no es solo un ejercicio de curiosidad. También nos ayuda a pensar en los riesgos ambientales y climáticos actuales. Saber cómo reaccionaron las especies a cambios drásticos en el pasado puede ser clave para prepararnos mejor frente a las amenazas que hoy enfrentamos como humanidad.

El enfoque de este estudio —cuestionar lo que asumimos como cierto solo porque “siempre se ha dicho así”— es una lección valiosa aplicable a muchos otros campos del conocimiento.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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