El hotpatching elimina la necesidad de reiniciar el sistema tras algunas actualizaciones, lo que permite que los servidores sigan operativos mientras se fortalecen contra vulnerabilidades y se aplican parches de seguridad.
De la gratuidad al modelo de suscripción
Hasta ahora, esta funcionalidad ha estado disponible de manera gratuita en su fase de preview. Microsoft permitió que los usuarios probaran este nuevo método de actualización para familiarizarse con sus beneficios. Sin embargo, esta etapa está llegando a su fin. A partir del 1 de julio de 2025, el hotpatching pasará a ser un servicio de suscripción.
La estrategia recuerda a esas ofertas promocionales en las que algo se ofrece gratis al principio para captar usuarios. Microsoft invita a probarlo ahora, pero aclara que quienes no se den de baja antes del 30 de junio de 2025 serán automáticamente inscritos en el servicio de pago.
Coste del servicio y cómo gestionarlo
El precio fijado es de 1,50 dólares por núcleo de CPU al mes. Para entenderlo mejor: si administras un servidor con 16 núcleos, pagarías 24 dólares mensuales para seguir usando la funcionalidad de hotpatching.
Si has estado usando el servicio en fase de prueba a través de Azure Arc, deberás tomar una decisión antes de que empiece la facturación. Para evitar cargos inesperados, es necesario cancelar la inscripción antes del 30 de junio de 2025. De lo contrario, el servicio de suscripción se activará de manera automática.
Hotpatching: opcional pero conveniente
Es importante aclarar que el hotpatching no es obligatorio. Las actualizaciones regulares de Windows Server seguirán estando disponibles de forma gratuita, como hasta ahora. Sin embargo, estas actualizaciones tradicionales suelen requerir reinicios, lo cual puede resultar molesto o problemático para organizaciones que no pueden permitirse ninguna interrupción del servicio.
Por ejemplo, piensa en un hospital cuyo sistema de gestión de pacientes no puede detenerse ni por un segundo. Para este tipo de entornos, pagar por hotpatching puede ser una inversión razonable frente a los riesgos de parar su operativa.
Decidir si vale la pena
La decisión de pagar o no por el hotpatching dependerá de cada situación particular. Organizaciones que gestionen infraestructuras críticas, servicios 24/7 o entornos de alta disponibilidad podrían encontrar enorme valor en evitar reinicios.
En cambio, para pequeñas empresas o servidores menos críticos, la actualización tradicional podría seguir siendo suficiente, evitando el gasto adicional.
Antes de tomar una decisión, conviene revisar cómo afectan los reinicios programados a tu negocio y evaluar si el coste mensual justifica los beneficios que ofrece el hotpatching.
Cómo prepararse para el cambio
Aquellos interesados en continuar usando hotpatching tras el periodo de prueba deberán:
- Verificar el número de núcleos de CPU de sus servidores para calcular el coste total.
- Asegurarse de que su organización esté dispuesta a asumir ese gasto.
- Desenrolar el servicio a través de Azure Arc si deciden no suscribirse.
La clave está en actuar antes del 30 de junio de 2025 para evitar sorpresas en la facturación.
Este movimiento de Microsoft muestra cómo los modelos de suscripción siguen expandiéndose incluso en el ámbito de la infraestructura empresarial. Hotpatching ofrece una ventaja real para quienes necesitan alta disponibilidad, pero también representa un nuevo gasto recurrente que cada organización deberá evaluar cuidadosamente.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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