30 de diciembre de 2025

Hubble capta dos colisiones de asteroides en Fomalhaut y reabre el debate sobre “planetas” que eran polvo

colisiones de asteroides

A veces la astronomía se parece a mirar, noche tras noche, el mismo escaparate esperando un cambio mínimo. Por eso llamó tanto la atención lo que vio el telescopio espacial Hubble al observar a Fomalhaut, una estrella brillante y cercana situada a unos 25 años luz. En una serie de imágenes, los investigadores detectaron un punto de luz que no estaba en observaciones anteriores, como si alguien hubiese encendido una linterna en mitad de un sistema planetario ajeno. El equipo liderado por Paul Kalas (Universidad de California, Berkeley) lo interpretó como la señal directa de una colisión violenta entre cuerpos sólidos: un impacto capaz de levantar una nube de escombros tan grande que, por un tiempo, refleja la luz de la estrella y se ve desde aquí.

La historia tiene un giro interesante porque este “punto nuevo” no llega a un sistema tranquilo. Fomalhaut lleva años siendo una especie de novela por entregas para quienes estudian cómo nacen y evolucionan los planetas. Es más masiva y luminosa que el Sol y está rodeada por cinturones de polvo y restos, como un anillo de carpintería lleno de serrín alrededor de un taller. En ese entorno, cada golpe entre objetos puede dejar una firma luminosa que Hubble, con la combinación adecuada de distancia y sensibilidad, puede llegar a registrar.

De “planeta candidato” a nube de polvo con nombre propio

En 2008, Hubble ayudó a identificar un candidato a planeta en Fomalhaut mediante luz visible, un hito en su momento. Aquel objeto se conoció como Fomalhaut b y alimentó años de debate. Con el tiempo, la interpretación cambió: lo que parecía un planeta reflejando luz estelar encajaba mejor con la idea de una nube de polvo generada por una colisión entre planetesimales (cuerpos rocosos o helados, precursores de planetas). Esa nube es lo que hoy se etiqueta como cs1.

La sorpresa reciente fue encontrar otro punto luminoso muy similar en una región parecida del sistema, bautizado de forma provisional como cs2. Es decir: no una, sino dos “falsas apariencias” planetarias con aspecto de objeto compacto, cuando en realidad serían nubes de detritos en expansión. El matiz importa porque, visto desde lejos, una nube recién formada puede comportarse como un espejo de polvo fino: brilla, mantiene cierta coherencia durante años y engaña con facilidad a instrumentos diseñados para buscar exoplanetas por luz reflejada.

Esta reinterpretación no “quita” valor al hallazgo original; lo vuelve más interesante. Un planeta es un destino, pero el proceso que lo fabrica —choques, fragmentación, aglomeración— es la cocina. Y en Fomalhaut, Hubble está viendo esa cocina encendida.

Dos colisiones demasiado cerca: el misterio de cs1 y cs2

Si las colisiones fuesen totalmente azarosas, lo normal sería que cs1 y cs2 aparecieran en lugares sin relación, como dos fuegos artificiales disparados desde barrios distintos. Sin embargo, ambas fuentes se encuentran llamativamente próximas entre sí a lo largo de la parte interna del disco de escombros exterior. Esa vecindad es una de las preguntas abiertas: ¿están los objetos concentrados en esa región por efectos gravitatorios? ¿Hay resonancias, “atascos” orbitales o zonas donde los cuerpos se cruzan con más frecuencia, como una rotonda mal diseñada?

La otra rareza es el calendario. Según teorías previas, eventos de este tipo podrían esperarse cada decenas de miles de años. Aquí se han visto dos en alrededor de veinte años de observaciones, un parpadeo en términos cósmicos. La imagen mental que proponen los propios científicos es muy cotidiana: si pudiéramos ver una película acelerada de miles de años del sistema, se notarían destellos repetidos, como el chisporroteo de un cable pelado. Eso sugiere que Fomalhaut atraviesa un periodo especialmente activo, comparable a la fase turbulenta que vivió nuestro Sistema Solar en sus primeros cientos de millones de años, cuando los impactos eran parte del paisaje.

Qué tamaño tenían los cuerpos y cuántos hay en el “anillo”

Las colisiones no solo son un espectáculo; son una herramienta. Cuando dos cuerpos se rompen, la distribución del polvo, su brillo y cómo se expande la nube permiten estimar el tamaño de los objetos destruidos y la población total de cuerpos en el disco. Mark Wyatt (Universidad de Cambridge), coautor del trabajo, subraya justamente eso: estos eventos sirven para poner números donde casi nunca se puede.

Las estimaciones del equipo apuntan a planetesimales de alrededor de 30 kilómetros en los choques que habrían generado cs1 y cs2, y a una población de unos 300 millones de objetos de ese estilo orbitando en el sistema. Para aterrizar la idea: 30 km es un tamaño “de ciudad” visto desde el espacio, y 300 millones es una cantidad que convierte el cinturón en una autopista densamente transitada, con muchas posibilidades de encontronazos si las órbitas están lo bastante agitadas.

Este tipo de cifras importan porque conectan con una pregunta grande y muy humana: ¿cómo pasas de polvo a mundos? Los planetesimales son como ladrillos a medio cocer. Entender de qué están hechos —roca, hielo, mezclas porosas— y cómo se rompen ayuda a reconstruir la arquitectura del sistema.

Una advertencia práctica para la caza de exoplanetas

Aquí entra la parte “cautelar” del hallazgo. cs2 se ve como podría verse un planeta: un punto luminoso que refleja luz estelar. Y cs1 ya enseñó que una nube grande puede mantener esa apariencia durante años. Para futuras misiones de imagen directa, esto es como confundir una farola con un coche aparcado cuando miras desde lejos: si no tienes información extra, el error es razonable.

Por eso, más que una anécdota, Fomalhaut ofrece un recordatorio metodológico. La imagen directa de exoplanetas necesita paciencia, datos en distintos colores y el seguimiento temporal. Un planeta real debe moverse y comportarse de manera coherente con una órbita y con propiedades atmosféricas o superficiales; una nube de polvo, en cambio, tenderá a expandirse, difuminarse y cambiar su brillo conforme los granos se dispersan y responden a la radiación de la estrella.

Hubble y James Webb: el seguimiento que puede romper el empate

El equipo ha obtenido tiempo de observación para seguir cs2 durante los próximos tres años con Hubble. La idea es vigilar si se atenúa, si se vuelve más brillante o si cambia de forma. Como cs2 está más cerca del cinturón de polvo que cs1, existe la posibilidad de que su expansión encuentre más material y provoque una especie de “avalancha” de polvo, elevando el brillo local. Es una dinámica parecida a pasar corriendo por una obra: el primer tropiezo levanta una nube, pero si chocas con más sacos de cemento, la nube se multiplica.

También hay un actor clave en la siguiente escena: el telescopio espacial James Webb. Con su instrumento NIRCam, Webb puede observar en infrarrojo y aportar información de “color” que no es estética, sino física: tamaño de granos, composición y pistas sobre si hay hielo de agua en la nube. Hubble mira principalmente en visible; Webb complementa con infrarrojo. Juntos funcionan como dos linternas con filtros distintos iluminando el mismo humo para deducir de qué está hecho.

Según la nota de la Agencia Espacial Europea (ESA), el trabajo se publica en la edición del 18 de diciembre de 2025 de la revista Science, un detalle que marca la relevancia del resultado: no es solo una curiosidad visual, sino una pieza útil para refinar modelos de colisión y estrategias de detección planetaria.

Un laboratorio cercano para entender sistemas jóvenes

Fomalhaut, por proximidad y brillo, se ha convertido en un laboratorio natural para estudiar cómo se comporta un disco de planetesimales cuando está “nervioso”. Y eso, al final, habla también de nuestra historia. Los mundos no aparecen terminados; se ensamblan a golpes, con etapas de caos que luego se estabilizan. Ver dos colisiones recientes alrededor de una estrella tan cercana es como encontrar, en un vecindario tranquilo, el eco de una obra antigua: ruido, polvo y piezas moviéndose que recuerdan que la arquitectura del sistema todavía se está reajustando.




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El motivo oculto por el que algunos cátodos “sin grietas” acaban agrietándose: la nueva pista sobre seguridad y vida útil de las baterías

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Cuando una batería de iones de litio envejece, suele hacerlo de forma silenciosa: cada carga ofrece un poco menos, el rango de un coche baja y el rendimiento se vuelve menos predecible. En casos raros, esa degradación puede cruzar una línea peligrosa si se desencadenan reacciones indeseadas que elevan la temperatura y aumentan el riesgo de fuga térmica. Parte de esta historia se ha contado muchas veces: las grietas en el cátodo facilitan que el electrolito se cuele por donde no debe y empiece una cadena de efectos que reduce la vida útil y, en circunstancias extremas, compromete la seguridad.

Lo llamativo es que la industria y los laboratorios llevaban años intentando esquivar ese destino cambiando la “arquitectura” del material. Si los cátodos policristalinos se agrietan por sus fronteras internas, la idea parecía simple: usemos partículas monocristalinas, sin esas “costuras”, y el problema debería remitir. Sin embargo, muchos equipos observaron que los prometedores cátodos NMC (óxidos en capas ricos en níquel con níquel, manganeso y cobalto) en versión monocristalina seguían degradándose más de lo esperado.

Un trabajo publicado en Nature Nanotechnology por investigadores de Argonne National Laboratory y la Pritzker School of Molecular Engineering de la Universidad de Chicago propone una explicación concreta: el modo de fallo mecánico no desapareció; cambió de sitio. La grieta ya no se “cocina” principalmente entre granos como en los policristales, sino dentro de una sola partícula, empujada por cómo avanza la reacción electroquímica en su interior. La diferencia es sutil, casi como el crujido que aparece en un cubito de hielo no por una fractura en la superficie, sino por tensiones internas cuando se enfría de manera desigual.

Policristales frente a monocristales: dos formas de romperse no son la misma historia

Para entender por qué esto importa, conviene aterrizarlo con una imagen cotidiana. Un cátodo policristalino se parece a un adoquín hecho de muchas piedrecitas compactadas. Con cada carga y descarga, esas piedrecitas se expanden y se contraen, y las juntas son puntos débiles naturales: con el tiempo se abren “microbaches”. En esos materiales, los científicos llevan décadas afinando reglas de diseño para limitar el daño, porque se sabe que las variaciones de volumen repetidas pueden superar el comportamiento elástico del material y originar grietas.

Los monocristales, en cambio, se parecen más a una sola piedra pulida. No hay fronteras de grano preexistentes que actúen como líneas de rotura. Por eso se esperaba que, al migrar a cátodos monocristalinos (en particular, SC-NMC, single-crystal NMC), la resistencia mecánica mejorase de forma clara.

El estudio cuestiona una suposición práctica que se instaló casi sin debate: aplicar a los monocristales las mismas recetas composicionales y de diseño que funcionaban con los policristales (PC-NMC). Según el equipo, esa traslación “por analogía” no siempre es válida. No es que el monocristal sea frágil por defecto; es que el tipo de tensión que lo castiga es distinto y, por tanto, la composición que ayuda a uno puede perjudicar al otro.

La “heterogeneidad de reacción”: cuando una partícula trabaja a distintas velocidades

La pieza central del hallazgo es la heterogeneidad de reacción. Dicho en llano: dentro de una misma partícula del cátodo, distintas zonas pueden reaccionar a ritmos diferentes durante la carga y la descarga. Si una parte “tira” más rápido del litio que otra, se generan gradientes internos. Es parecido a calentar una taza de cerámica de forma desigual: una zona se dilata antes, otra se queda atrás, y aparecen tensiones aunque la taza no tenga juntas.

Los investigadores usaron técnicas de rayos X de sincrotrón a múltiples escalas y microscopía electrónica de transmisión de alta resolución para observar cómo evolucionan tensiones diminutas —nanoscópicas— durante el funcionamiento. Su lectura es que, en monocristales, el daño se inicia y se acumula por esas diferencias internas de ritmo de reacción, que desencadenan estrés mecánico dentro del propio cristal hasta que aparecen fisuras. El resultado práctico es el mismo que preocupa a cualquier fabricante: rutas nuevas para el electrolito, reacciones laterales, degradación acelerada y pérdida de capacidad.

Este matiz ayuda a explicar por qué algunos resultados industriales han sido irregulares. Un monocristal puede ser “limpio” estructuralmente y aun así sufrir si la química y el transporte de iones/electrones dentro de la partícula generan un funcionamiento a dos velocidades. La promesa del monocristal no era falsa; estaba incompleta.

Cobalto y manganeso: un cambio de papeles que obliga a repensar recetas

Una de las conclusiones más llamativas del trabajo es cómo reordena el papel de cobalto y manganeso en el fallo mecánico. En cátodos policristalinos ricos en níquel, se ha considerado que el cobalto puede contribuir al agrietamiento, aunque históricamente también se utilizó para mitigar problemas como el desorden Li/Ni (cuando átomos de níquel ocupan sitios que deberían ser del litio, afectando al rendimiento).

El equipo comparó formulaciones sin manganeso (solo níquel-cobalto) y sin cobalto (solo níquel-manganeso) y observó que, en monocristales, el patrón se invierte: el manganeso resultó más perjudicial desde el punto de vista mecánico, mientras que el cobalto tendía a favorecer una mayor durabilidad. No es un veredicto universal para cualquier batería, pero sí una señal potente de que el “manual” de composición para SC-NMC no puede ser un calco del de PC-NMC.

Este punto tiene una implicación inmediata y una incómoda. La inmediata: si se busca prolongar la vida útil de cátodos monocristalinos, puede tener sentido apoyarse en el efecto beneficioso del cobalto para moderar tensiones internas y mejorar el comportamiento. La incómoda: el cobalto es un elemento caro y con una cadena de suministro que suele generar preocupaciones económicas y geopolíticas. El propio equipo plantea como siguiente paso encontrar alternativas más asequibles que reproduzcan ese “efecto estabilizador” sin depender tanto del cobalto. En términos prácticos, es como descubrir que cierto ingrediente mejora mucho una receta, pero también encarece el plato; toca buscar sustitutos con el mismo papel culinario.

Qué significa para coches eléctricos y para la confianza del usuario

La conversación sobre baterías suele oscilar entre dos extremos: promesas de autonomía y titulares sobre incendios. Entre medias está lo que más le importa a mucha gente: consistencia y confianza. Si una batería pierde capacidad demasiado rápido, el usuario siente que su inversión envejece mal; si percibe riesgo, aunque sea estadísticamente bajo, la adopción se resiente. En ese contexto, entender por qué aparecen grietas en materiales diseñados precisamente para evitarlas no es un debate académico: influye en el coste total de propiedad, en garantías, en estrategias de carga rápida y en decisiones de diseño de packs para vehículos eléctricos.

Este estudio no ofrece una “varita mágica”, pero sí una explicación mecanística que permite actuar con más precisión. Si el problema en monocristales es la heterogeneidad de reacción, las soluciones pueden ir por rutas distintas a las clásicas: composiciones que favorezcan reacciones más uniformes, microestructuras y recubrimientos que suavicen gradientes, estrategias de operación que eviten ventanas de tensión especialmente agresivas, o diseños de electrodo que repartan mejor corrientes y temperaturas. La utilidad real de un diagnóstico así es que evita pelear contra el enemigo equivocado.

Lo que cambia desde hoy en el laboratorio y lo que falta para verlo en productos

El equipo de Argonne y la Universidad de Chicago enmarca el hallazgo como un ajuste de rumbo: nuevas reglas para nuevos materiales. Identificar un modo de fallo “subestimado” permite priorizar ensayos que antes no eran obvios. En vez de centrarse solo en evitar fronteras de grano, el foco se desplaza a cómo “respira” la partícula por dentro mientras entra y sale el litio.

Queda trabajo por delante para traducir esto a producción masiva. Los monocristales deben mantener ventajas industriales (fabricación, coste, compatibilidad con electrolitos y aditivos, comportamiento a alta potencia) y, al mismo tiempo, incorporar composiciones y diseños que reduzcan tensiones internas. El artículo, firmado por Jing Wang y colegas, apunta en esa dirección y deja una idea clara: la durabilidad de las baterías de iones de litio no depende solo de escoger el material “correcto”, sino de entender el tipo de esfuerzo que ese material sufre en uso real. La referencia publicada en Nature Nanotechnology (DOI: 10.1038/s41565-025-02079-9) es un paso significativo porque transforma una frustración práctica —“cambiamos a monocristal y aún falla”— en un mapa más detallado de causas y palancas.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

El CEO de Randstad afirma que el teletrabajo ahora se reserva solo para talentos "muy especiales" y explica quién tiene este perfil

El CEO de Randstad afirma que el teletrabajo ahora se reserva solo para talentos "muy especiales" y explica quién tiene este perfil

El director ejecutivo de Randstad, Sander van 't Noordende, ha afirmado que el teletrabajo ha muerto oficialmente y que 3 días en la oficina es la nueva norma. La empresa que lidera es conocida por ser una de las mayores empresas de reclutamiento de nuevos trabajadores del mundo. Otra de sus afirmaciones es que esto es excepto para los talentos "muy especiales".  

Según palabras del ejecutivo a la publicación Fortune, la guerra por el regreso a la oficina ha terminado y ha surgido una nueva jerarquía. Su planteamiento es que el teletrabajo ahora es una ventaja para los empleados de alto rendimiento. 

Lo que afirma este directivo viene corroborado por investigaciones. Ya recogimos en Genbeta cómo el teletrabajo y la vuelta a las oficinas crean una nueva brecha y es que se está convirtiendo en un privilegio para ricos y jefes. 

De todos modos, también es relevante recordar que muchos buenos profesionales de grandes empresas como Amazon, Apple o Microsoft y de compañías en general se fueron cuando las empresas se empeñaron en meterlos en las oficinas. 

Gente con experiencia o nuevos contactos

"Hay que ser muy especial para poder exigir un trabajo 100 % remoto", ha declarado van 't Noordende a Fortune. Y añade que eso se traduce a que "hay que tener habilidades tecnológicas muy especiales o cierta experiencia", es decir, que vuelve a dejar de lado a los profesionales de la generación Z que están arrancando ahora su vida en el mercado laboral. 

"El fenómeno del trabajo freelance ha ido surgiendo, por supuesto, en las últimas décadas... pero también requiere habilidades especiales: buenas habilidades comerciales o de networking, que no todo el mundo posee". 

De todos modos, él si tiene algo que decir que contradice a lo que muchas de las grandes empresas están haciendo y predicando y que es el horario tradicional de 9 a 5. El líder de Randstad considera que los cambios que llegaron con la pandemia en cuanto a flexibilidad se pueden mantener hasta cierto punto. Ve más factible que siga a largo plazo un modelo híbrido donde el mundo laboral no sea ni muy estricto ni con la libertad que hubo durante unos años. 

Lo que la empresa de contratación está observando es que con la excepción de algunos bancos en las grandes ciudades, en general las empresas apuestan por un modelo híbrido, de entre tres y cuatro días, más algo de teletrabajo. 

Imagen | Foto de krakenimages en Unsplash

En Genbeta |"El   trabajo híbrido es la ilusión de elegir": la ex jefa de  teletrabajo  en  Meta odia la oficina y sabe por qué las empresas vuelven

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La noticia El CEO de Randstad afirma que el teletrabajo ahora se reserva solo para talentos "muy especiales" y explica quién tiene este perfil fue publicada originalmente en Genbeta por Bárbara Bécares .



☞ El artículo completo original de Bárbara Bécares lo puedes ver aquí

Three Linux Conflicts That Still Shape the OS You Use Today

Linux often looks calm on the surface. You install a distribution, pick a desktop, and get to work. Underneath that stability is decades of open conflict, technical, philosophical, and sometimes personal, that determined how Linux works today. These were not minor disagreements. They were long-running battles that split communities, spawned forks, and permanently altered the direction of the operating system.

Freedom vs. pragmatism: defining "free software."

The first major conflict predates Linux desktops and package managers. It was about ideology.

The Free Software Foundation (FSF) argued that software freedom was a moral issue. Code should remain free forever, and anyone distributing modified versions should be required to share their changes under the same terms. This philosophy shaped the GPL license and the idea of "free as in freedom, not free as in beer."

The Open Source Initiative (OSI) took a more pragmatic approach. Its goal was adoption, especially by businesses. The term "open source" itself was created to make collaborative software more palatable to companies that were wary of ideological language.

This tension peaked with the release of GPLv3, which attempted to prevent companies from locking down GPL software in consumer devices. The backlash was immediate. Many projects refused to adopt it, including the Linux kernel itself, which remains on GPLv2. That single decision still affects how Linux can be used in phones, routers, and embedded systems.

The argument never ended. It simply became part of Linux's DNA.

KDE vs. GNOME: the desktop that divided users

Linux desktops exist in their current form because of a licensing dispute.

KDE arrived first and was technically impressive, but it depended on the Qt framework, which raised concerns about long-term licensing freedom. In response, developers created GNOME as a fully free alternative, even though it initially lagged behind in features.

Over time, both desktops matured, and Qt adopted a dual-licensing model that removed most of the original objections. By then, it was too late for consolidation. KDE and GNOME had become separate ecosystems with different design philosophies, workflows, and communities.

That split shaped the Linux desktop experience permanently. Even today, distribution defaults, application toolkits, and UI debates trace back to this early ideological fork. The abundance of choice Linux users enjoy exists because compromise failed.

systemd vs. the old model: the init war

The most explosive conflict came much later and hit the core of the operating system.

systemd was introduced as a modern replacement for traditional Unix init systems. It promised faster boot times, better service management, and fewer fragile shell scripts. Technically, it solved real problems.

Philosophically, it broke with Unix tradition. Critics argued that systemd centralized too much functionality, violating the "do one thing well" principle. Supporters argued that modern systems required integration, not purity.

When Debian adopted systemd as its default init system, the community fractured. The result was Devuan, a Debian fork created specifically to avoid systemd. Most mainstream distributions followed Debian's lead, and systemd became the de facto standard.

The war ended not with consensus, but with momentum.

Why these conflicts still matter

These battles were not abstract debates. They determined:

  • Which licenses projects use
  • Why multiple desktops exist
  • How Linux boots, logs, and manages services

Linux exposes its disagreements in public. Forks are visible. Arguments happen in mailing lists, issue trackers, and conferences. That openness is messy, but it is also why Linux adapts without a single company dictating outcomes.

If you use Linux today, you are using the result of these conflicts-whether you realize it or not.

Agree?

Thank you for being a Ghacks reader. The post Three Linux Conflicts That Still Shape the OS You Use Today appeared first on gHacks Technology News.



☞ El artículo completo original de Arthur K lo puedes ver aquí

La "shittización" en contra de hacer las cosas simples

Hace años, más de una docena, usaba a mis queridos héroes de "The Big Bang Theory" para explicar cómo de difícil lo habíamos hecho los que trabajamos en ciberseguridad para que las personas normales se pudieran conectar de forma segura a una red WiFi y a Internet. En el artículo de "Mea Culpa, Penny" explicaba todas las cosas que un usuario debía saber para configurar una VPN que se tunelizara a través de proxys, firewalls de redes,... ¿La quiere L2TP, SSTP o PPTP

Figura 1: La "shittización" en contra de hacer las cosas simples

Si eso se lo tengo que decir a mi madre, mejor la tengo que decir que no se conecte. Pero esta complejidad constante de la tecnología se ha ido extendiendo a la guerra comercial por el usuario, lo que hace que cada vez el número de opciones, los diseños de los interfaces, y el salto conceptual intelectual que el diseñador de un UX espera de un usuario, es cada vez mayor. 

En los foros tecnológicos se dice que un UX se ha "shitted" o "enmierdado" cuando la cantidad de opciones para el usuario, la anarquía de la distribución, la diversidad de los controles que debe tocar, y la cantidad de cosas que el usuario "debe suponer" para poder manejarlo, es enorme, y genera frustración en los usuarios. Esto, que parece evidente, es muy complicado de hacer. Hacer las cosas simples require de mucho trabajo, y para ello hay que primar al usuario o consumidor, por encima de las necesidades de negocio.

Cambiar de terminal iPhone

Os cuento esto por dos casos que he sufrido esta semana, que han sido bastante significativos. El primero de ellos con la migración de mi iPhone. Este es un proceso que he realizado ene veces ya, porque todos los años voy migrando mi iPhone. Esto implica migrar las apps, las fotos, los datos, etcétera... Todo esto bien, pero pero cuando llegamos a las partes de seguridad, la cosa se complica un poco. En mi caso, el iPhone era americano, además, como tengo en el mismo la conexión personal y la profesional, tenía una SIM y una eSIM, de dos países diferentes, además de que tenía que pasar de SIM a eSIM obligatoriamente.

El proceso, por supuesto, no funcionó correctamente, y acabé teniendo que ir a tienda, borrando las eSIM creadas virtualmente a partir de la SIM, y teniendo que comprar nuevas eSIM para el terminal americano. Eso hizo que perdiera los contactos de la SIM, y los contactos de la SIM perdidos generaron que se borraran también de la agenda, y por ende de WhatsApp y por ende usuarios dejaron de ver mi foto y me escribieron "¿Me has bloqueado?" No, estoy migrando un iPhone, no worries. Algunos se habrán enfadado y me habrán borrado a mí, así que me ha hecho perder amigos.

Como tengo Multi-SIM para dos países distintos, voy cambiando qué SIM activo o desactivo, pero claro, en la nueva versión de iPhone asocia a cada contacto una SIM por defecto, y cuando no está conectada esa SIM te sale una alerta que dice: "¿Quieres cambiar la asociación por defecto de la SIM a este contacto para poder llamar?" Y un sinfín de lindezas más, como por ejemplo que los contactos de iOS ahora tienen el botón de contactos, donde sale la lista y solo se puede hacer scroll y pulsar a la derecha en unas letras muy, muy, muy chiquititas... que no sé quién ha diseñado.

Figura 2: Esta me ha encantado. El número que el banco ha pasado a Apple es erróneo y después de llamar al Contact Center de ese número y esperar 20 minutos me dicen: "El número que te da iPhone no es de tu banco, somos otro banco". Genial.

Con la SIM ha sido una fiesta, pero luego hubo que migrar las Wallets, las apps bancarias, los 2FA, las autenticaciones de las herramientas de mensajería, etcétera, etcétera, y para cada una el proceso con la entidad es distinto. Instala app, inicia sesión con las credenciales, por el 2FA, te falta la passkey, recupera password, envía SMS, es de otro país y no llega, desactiva SIM, activa la otra, etcétera. Muy divertido y entretenida la gincana de migrar un terminal iPhone.

La autenticación doble con la identidad simple

La más divertida ha sido una app de un servicio - permitidme que no diga la empresa porque tengo amigos en ella y quiero arreglarlo antes -, donde al ir a hacer Login me ha dado la opción de usuario y contraseña, y en paralelo la opción de "Login con Google". Como no recordaba la contraseña - llevaba la app instalada mucho tiempo con autenticación automática con FaceID - le he dicho que autentique con Google. Y... surprise, me he encontrado con que usé la cuenta de Google sí, pero no con autenticación delegada, sino que lo hice con una contraseña, así que estamos en el caso de misma dirección de e-mail con doble autenticación, con usuario y contraseña o con IdP delegado usando OAuth.

Esto es un problema de arquitectura que los responsables de identidad y seguridad deben resolver, y si no lo hacen bien, genera escenarios de ataque como os comenté en el artículo del año 2022 : "Pre-Hijacked Accounts: o cómo robar una cuenta a un usuario antes de que se la cree". Dependiendo de cómo lo resuelvan, se pueden dar unos casos u otros. En mi caso, ha sido un DoS en toda regla que aún no he podido resolver y que voy a resolver llamando a mis colegas en esa empresa. 

El proceso ha sido muy divertido. Me enfrento al login y doy a "Login with Google". Comienza el proceso de autenticación delegada, y el sistema descubre que mi cuenta ya está creada pero con autenticación con contraseña. Salta el sistema de protección y unión de los dos procesos de autenticación para la misma identidad y me pide la contraseña que tiene la cuenta. Correcto. No la recuerdo, así que voy al proceso de recuperación de contraseña. Me manda el enlace de recuperación al correo de la cuenta de Google. Ojo que me lo envía a la dirección de correo con la que acabo de hacer login con Google, luego... ¿para qué? Si acabo de hacer login con Google, tengo acceso al Gmail del login de la cuenta, así que es un paso innecesario que no añade ninguna seguridad, pero para el sistema serán dos procesos independientes, y es el usuario el que se tiene que adaptar a la arquitectura y no al revés.

Da igual, sonrío, hago clic para cambiar la contraseña de la cuenta, pongo una y me dice... "No se puede cambiar la contraseña a esta cuenta". ¿Por qué? Pues porque en vez de mantener los dos autenticadores - con Google y por Usuario/Password, ha fusionado a un sólo autenticador, pero hasta que no introduzca la contraseña anterior - que no me deja cambiar - no puedo iniciar sesión. Conclusión "Deadlock" de libro por un mal diseño de seguridad. 

Después de dos días migrando cosas, aún me quedan un par de tarjetas bancarias que por motivos "corner case" aún no he conseguido migrar, y una cuenta de servicios de la empresa que por geo-location tampoco me permite procesar, pero más o menos lo tengo todo. Pero mientras pasaba por este proceso, me imaginaba a mi madre, y a muchas, muchas, muchas personas que tienen que pasar por aquí recordando que yo entiendo qué me están pidiendo, qué me está pasando, cuál es la situación en la que estoy en todo momento, pero que para ellas puede ser un dolor increíble.

La nueva "Simple" Televisión

Esta parte, que ha sido una de ellas, no ha sido la única experiencia que he tenido estas últimas 72 horas con esto, ya que además he querido cambiarle una televisión a mi madre para quitarle el descodificador y que solo tuviera un mando - de la SmartTV - y que no se confundiera. Al final, su problema consiste en que enciende la Televisión y el Descodificador y que si todo va bien, no hay problema, coge el mando del desco y cambia los canales y ve la tele - que es lo único que ella quiere -. Pero... si usa el mando de la SmartTV para subir o bajar canal, la SmartTV cambia el Source y se va a modo TV quitando el HDMI 1 de su fuente, y adios televisión. Y mi mamá, de 74 años, piensa que "ya se me ha ido la televisión".

Pues bien, le dije, ¨te voy a cambiar la televisión que está vieja, y te voy a poner la tele en una app y quitamos un mando del medio". Precioso decir, imposible para ella. Al final, encender la televisión y me pide una cuenta de la empresa de SmartTV que tengo que crear con un QRCode - imaginaos a una persona de 74 años ante eso -, después me pide que instale una app en el terminal, así que hay que usar las cuentas de Apple para ponerla en el iPhone, la instalas, te autenticas en la app con un correo y una password, te manda un SMS como 2FA, luego sigues un Wizzard de permisos para la app, y si quieres las noticias de la compañía de la televisión, las ofertas, los datos que le quieres dar de la app, y luego te pide el código que ves en la pantalla de la televisión de 14 dígitos, para darla de alta en tu app.

Y todo eso, en la primera pantalla de configuración de la SmartTV

Después de más de 20 pasos y una hora de configuración, con las ofertas de Amazon Prime gratis un mes, la de Apple TV, de quitar las apps de SmartThings para IoT, las autenticaciones en las diferentes apps, el inferfaz usa controles de usuario de tabs arriba, con líneas de vídeos y apps en un scroll infinito para abajo, y paneles que se expanden en los laterales. Así que me pongo con mi madre a enseñarle, y después de decirle 

"no, esa película no la puedes ver porque es de una promoción de un mes gratis de Apple TV y te lleva a esa app. Dale para atrás. Vaya, no sale. Pues dale al inicio. Ahora vete a la sección apps. Sí, tienes que bajar. Con las flechas. Ahora. Dale al ok. ¿El ok? Ah, espera, en este mando es distinto, el ok, es ese cuadrado con una flecha que sale de él. Sí, ahí. Ahora dale a la app. Sí, no te sale el canal que tenías antes, porque se personaliza con tus datos de navegación, así que hasta que no lo veas varias veces no te lo va a poner en su sitio, así que tienes que entrar en la guía. Es ese icono con unas rayas arriba a la izquierda. Sube con las flechas. Ahora entra, y sale la guía, ahora baja hasta que encuentres el canal. Sí, sigue bajando que hay cientos de canales. Ahora dale al ok. Sí esa es la ficha del canal. Dale al ok. No, que le has dado a la flecha y te has movido. Vuelve atrás. No, te has ido a la guía otra vez, era que movieras la flecha a la izquierda. No pasa nada vuelve a bajar. Sí, sé que son muchos... "

Pues bueno, le he quitado al nueva SmartTV, y le hemos puesto el sistema del desco (con una sola televisión) y al mando de la televisión anterior, para que no lo toque, Mi Survivor ha decidido ponerle celo a todos los botones menos al de encender y apagar, para que sepa que ese mando solo es para encender la televisión y nunca lo cambie de Source. Y no son pocos los que hacen eso.


El MacBook Pro no arranca

Ya la última de las aventuras con la "shittización" de la tecnología, ha sido con mi MacBook Pro, que ha decidido no arrancar esta mañana - por eso estoy escribiendo el post tan tarde -. No tiene botón de hard-reset, la batería está cargando, pero no arranca. La última vez que me pasó eso, tuve que esperar dos días a que descargara toda la batería, y empezar de nuevo a cargarlo, y entonces funcionó, pero no tengo ni idea de qué le ha pasado. Tengo copia de seguridad de todo, así que no hay problema, pero tengo la seguridad de que si lo llevo a la tienda Apple me van a decir:

"Está roto, no se puede recuperar nada, compre otro". 

En resumen, menos mal que estoy al día de la tecnología y entiendo cómo funciona, entiendo qué está mal hecho en los sistemas, y al menos sé qué debo hacer para avanzar desde una situación a otra para conseguir arreglar el segundo paso, pero hablando de esto hace unos meses con un viejo colega de armas, sentados cómodamente, enumerábamos la cantidad de productos que eran fáciles, guays, sencillos y que se han "Shitted".

Unos meses después, os estoy escribiendo este artículo, porque cada vez vamos más rápido sacando tecnología, cada vez tiene menos QA, cada vez los UX son más "shitted" por permisos, seguridad, necesidades de negocio, etc... y hacen que las funciones core (como en el ejemplo de "ver la tele") estén cada vez más lejos de los usuarios. Recordad que os conté el lío que tuve con el bug de UX en WhatsApp solo por el tamaño de letra...

¿Tienes alguna experiencia similar? Déjamela en comentarios que me encantará leerla...

¡Saludos Malignos!

Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  




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