21 de diciembre de 2025

Denuncian que TikTok rastrea ilegalmente tus hábitos fuera de la propia app, desde tus compras hasta tus citas

Denuncian que TikTok rastrea ilegalmente tus hábitos fuera de la propia app, desde tus compras hasta tus citas

TikTok suele ser noticia por su faceta más lúdica, como debería corresponder a la plataforma de vídeos cortos más popular del mundo. Pero una investigación que acaba de salir a la luz está llevando en estos días a los titulares una faceta mucho menos conocida y amable de esta red: el rastreo sistemático de la actividad de los usuarios fuera de la propia aplicación, incluyendo hábitos de compra y el uso de apps de citas, así como posibles violaciones graves del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

TikTok sabe más de lo que aparenta

La alarma saltó cuando un usuario europeo ejerció su derecho de acceso a los datos, amparado por el artículo 15 del RGPD. Lo que recibió inicialmente fue una respuesta incompleta, canalizada a través de una herramienta de descarga que TikTok presenta como un resumen de la información personal almacenada. 

Sin embargo, tras insistir, emergió una realidad más inquietante: TikTok no solo recopilaba datos de su actividad dentro de la plataforma, sino también información procedente de otras aplicaciones, entre ellas apps de comercio electrónico y la aplicación de citas Grindr.

Estos datos incluían acciones concretas, como añadir productos a un carrito de compra o el simple uso de una app de citas. En el caso de Grindr, la información inferida podía revelar orientación sexual y vida íntima, categorías consideradas datos especialmente protegidos por el artículo 9 del RGPD, cuyo tratamiento está prohibido salvo en circunstancias muy excepcionales.

Activistas e intermediarios

Hace catorce años, un estudiante de derecho austríaco, Max Schrems, inició una desigual batalla legal contra la red social Facebook al comprobar que ésta mantenía aún a 'buen' recaudo datos personales que él mismo ya había eliminado de su perfil.

Esto acabó en dos sentencias históricas del máximo tribunal europeo y en la caída de 'Safe Harbor', los acuerdos que permitían transferir datos personales desde la UE a Estados Unidos. Schrems, por su parte, terminó fundando la organización europea sin ánimo de lucro 'Noyb' (acrónimo de "None of Your Business", 'no es asunto tuyo' en inglés) dedicada a la defensa de la privacidad y la protección de datos personales, especialmente frente a grandes empresas tecnológicas.

Ahora, Noyb ha presentado la investigación que señala directamente el uso de datos privados de TikTok... y también que dicha red no habría obtenido esta información directamente, sino a través de AppsFlyer, una empresa israelí especializada en analítica y atribución publicitaria.

Así, AppsFlyer actuaría como intermediario, recibiendo datos desde otras aplicaciones —como la app de citas gay Grindr— y reenviándolos a TikTok para su explotación comercial.

El problema central es jurídico:

  • No existe base legal válida bajo el artículo 6 del RGPD para compartir estos datos con terceros.
  • Mucho menos para transferir datos sensibles, prohibidos por el artículo 9 sin consentimiento explícito.
  • El usuario afectado nunca otorgó su consentimiento para este intercambio de información.
En palabras de Kleanthi Sardeli, abogada de Noyb, el caso demuestra cómo las grandes plataformas "construyen un perfil integral de la vida digital de las personas, mucho más allá de lo que el usuario percibe"

El derecho vulnerado a acceder a tu propia información

Más allá del rastreo en sí, la investigación subraya otro punto crítico como es la falta de transparencia. TikTok dirige a los usuarios a una herramienta de descarga que, según la propia empresa, solo contiene los datos que considera "más relevantes".

Esto contradice frontalmente los artículos 12 y 15 del RGPD, que obligan a las empresas a proporcionar una copia completa y comprensible de todos los datos personales tratados.

Lisa Steinfeld, asesora jurídica de Noyb, califica esta práctica como engañosa y advierte que miles de usuarios podrían haber recibido información incompleta, sin saber realmente qué datos se recogen ni con qué fines.

Un punto clave: desinstalar TikTok no basta. Si las apps de comercio o citas comparten datos con intermediarios publicitarios, la información puede seguir circulando aunque el usuario nunca vuelva a abrir TikTok

El frente legal: dos denuncias en Austria

Ante estos hechos, noyb presentó dos denuncias formales ante la autoridad de protección de datos de Austria (DSB):

  1. Contra TikTok, por no responder adecuadamente a una solicitud de acceso a datos.
  2. Contra TikTok, AppsFlyer y Grindr, por el intercambio ilegal de datos, el tratamiento de información sensible y la ausencia de base legal válida.

La organización solicita no solo el cese inmediato de estas prácticas, sino también la imposición de multas "efectivas, proporcionadas y disuasorias", tal como permite el artículo 83 del RGPD.

¿Un caso aislado o un síntoma de algo mayor? Aunque TikTok es ahora el protagonista del escándalo, incluso muchos críticos reconocen que el problema es sistémico. La economía digital actual se apoya en redes de intermediarios publicitarios, perfiles sombra y flujos de datos opacos que superan con creces la comprensión del usuario medio.

Vía | Noyb

Imagen | Marcos Merino mediante IA

En Genbeta | Los creadores de vídeo están dando la espalda masivamente a CapCut, la app de edición de vídeo de TikTok, tras sus últimos cambios

-
La noticia Denuncian que TikTok rastrea ilegalmente tus hábitos fuera de la propia app, desde tus compras hasta tus citas fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .



☞ El artículo completo original de Marcos Merino lo puedes ver aquí

Soldar en el espacio es una pesadilla física, pero Reino Unido tiene una buena razón para intentarlo

Soldar en el espacio es una pesadilla física, pero Reino Unido tiene una buena razón para intentarlo

Hemos entrado en un punto en el que las grandes naciones tienen un objetivo: autonomía espacial. Y, aunque entran en juego muchos factores, uno de los más importantes es la capacidad de fabricar y ensamblar en el espacio. ¿Cómo? Soldando directamente en el espacio, pero aunque en la ciencia ficción lo hemos visto en numerosas ocasiones, la cosa se complica cuando lo queremos aplicar al mundo real. Ahora, una universidad británica cree haber encontrado la solución.

Un ‘Wall-e’ soldador.

Pesadilla. Soldar en la Tierra es un proceso extremadamente sencillo. Sólo tenemos que aplicar una altísima temperatura y tanto la gravedad como la atmósfera nos lo ponen fácil. En el espacio, la cosa cambia, convirtiendo algo rutinario en una auténtica pesadilla física. Hay tres elementos que entran en juego:

  • Microgravedad: en la Tierra, la gravedad hace que la gota del metal de unión (el estaño, por ejemplo) caiga sobre los elementos a unir. En el espacio, al no haber gravedad, la tensión superficial es la fuente dominante: el metal fundido no se queda en su sitio, sino que tiende a formar esferas. Además, el gas no escapa del metal fundido, lo que provoca porosidades y una mayor debilidad estructural.
  • Presión: no hay oxidación porque no hay oxígeno, pero tampoco hay presión, lo que reduce el punto de ebullición de ciertas aleaciones. Esto puede causar que, a ciertas temperaturas, algunos componentes críticos del metal se evaporen en lugar de fundirse. De nuevo: se altera la química de la soldadura y las propiedades de la unión.

La política del descarte. Si eso fuera poco, soldar en el espacio es una pesadilla para unos astronautas que tienen trajes que limitan sus movimientos y que siempre estarían bajo la presión de que una chispa o la escoria perforasen el traje. Adiós astronauta. Es por ello que las administraciones se han acostumbrado a la logística del descarte: antes que reparar algo, mejor desecharlo y lanzar algo nuevo desde la Tierra. Menos riesgos, menos quebraderos de cabeza.

ISPARK. A todas luces, choca con la política más actual: la del reciclaje. Hace unos días ya vimos que, mientras la NASA quiere tirar la Estación Espacial Internacional a la basura, hay quien quiere reciclarla para aprovechar todos los elementos que tiene. Y construir plataformas en el espacio a base de piezas menores es más razonable que lanzar esas estructuras ya premontadas desde la Tierra.

Ahí entra en juego el descubrimiento de la Universidad de Leicester, en Reino Unido. En colaboración con TWI Ltd, ha puesto en marcha lo que han bautizado como “Proyecto ISPARK”, o “Intelligent SPace Arc-welding Robotic Kit”. No se trata de una nueva soldadura física, sino de un robot que haga el trabajo.

Siguen existiendo problemas que pueden comprometer la integridad de la propia soldadura, pero que un robot haga el trabajo elimina el extremo riesgo para los astronautas. Y, precisamente, los investigadores apuntan que lograr esto “redefinirá cómo se construyen y mantienen grandes estructuras en órbita” en la nueva era de la economía espacial. No son los únicos, ya que empresas como ThinkOrbital o la Universidad de Texas también están empujando esta posibilidad.

Hoja de ruta. Hay que aclarar que es una tecnología que tiene que probarse. El primer paso será someter al sistema robótico a pruebas en cámaras que simulan el vacío del espacio para verificar tanto que el arco eléctrico como que el comportamiento de los materiales son estables en un entorno sin atmósfera. Además de los resultados directos, compararán con un gemelo digital.

Se trata de una tecnología que virtualiza (gracias a cálculos por ordenador) la física de la soldadura en el vacío y la microgravedad. Son datos con los que entrenarán al robot, pero también con los que compararán los resultados del mundo físico. Y, si todo sale bien, en fases posteriores el objetivo es probarlo en condiciones de realidad orbital. Ahí entran en juego otros factores como la radiación o los ciclos térmicos dinámicos (condiciones de frío y calor extremo en cuestión de un instante).

En busca de la autonomía. Poca broma con esto. El “Kit Robótico de Soldadura de Arco Espacial Inteligente” ha recibido fondos a través del Programa Nacional de Innovación Espacial de la Agencia Espacial de Reino Unido. Concretamente, 560.000 libras para desarrollar este sistema. Todo está encuadrado dentro de un programa mayor de la Agencia, que va a destinar 17 millones de libras a 17 proyectos de innovación espacial.

Si miramos la “foto” global europea, se contextualiza dentro de una realidad en la que también vemos que la Agencia Espacial Europea busca una cosa: autonomía. La agencia británica y la ESA se han cansado de depender de la NASA o el Roscosmos para sus misiones espaciales, y estamos viendo cómo desarrollan tecnologías o inyectan más de 900 millones de euros para encontrar un sustituto europeo a SpaceX.

Y, evidentemente, montar y arreglar en el espacio es mucho más sostenible que seguir creando tecnología que cuesta cientos de millones de euros y es de usar y tirar.

Imágenes | Universidad de Leicester

En Xataka | Estamos lanzando más cosas al espacio que nunca. Y el siguiente problema ya está sobre la mesa: cómo contaminar menos

-
La noticia Soldar en el espacio es una pesadilla física, pero Reino Unido tiene una buena razón para intentarlo fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .



☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí

TRAPPIST-1 era el sistema solar más prometedor para buscar vida. Ahora nuestro gozo está en un pozo

TRAPPIST-1 era el sistema solar más prometedor para buscar vida. Ahora nuestro gozo está en un pozo

ras años buscando planetas que podían servir como una Tierra 2, en 2015 ocurrió. Gracias al telescopio TRAPPIST, descubrimos una estrella enana ultra-fría que tenía tres planetas a su alrededor. Publicaron el hallazgo en 2016, pero un año más tarde se concretó que en el sistema había un total de siete planetas de tamaño terrestre. Estaba claro: había que seguir investigando porque había papeletas para que uno albergara vida.

TRAPPIST-1 (porque una forma de bautizar los hallazgos es con el nombre del telescopio) se convirtió en el “santo grial” de la vida extraterrestre. La estrella está a 40 años luz de distancia y se estima que tres de sus planetas se encuentran en la “zona habitable”. Se trata del segmento con las condiciones idóneas para que la vida pueda prosperar. El entusiasmo inicial estaba fundamentado: eran planetas pequeños, no eran gigantes gaseosos, y la estrella es tan tenue que la zona templada del sistema favorecería esas condiciones ideales.

Diferentes modelos climáticos apuntaron que sólo haría falta un pequeño efecto invernadero para que alguno de ellos pudiera albergar agua líquida en su superficie. Pero el mismo telescopio James Webb, que tantas alegrías nos está dando, es el que ha desmontado casi al completo la narrativa de TRAPPIST-1 como sistema en el que buscar vida.

Y esos planetas han pasado en menos de una década de ser el lugar más prometedor de nuestra manzana cósmica a ser otro exoplaneta rocoso más.

James Webb bajando el suflé

Hay múltiples motivos por los que buscamos vida extraterrestre. Están las razones filosóficas, la manida pregunta de si estamos solos en el universo. Luego las científicas, en ansia de encontrar vida para entender cuánto aguantan los organismos en otras condiciones, entender el origen y la evolución del universo y hasta compararnos con ellos. 

Y las prácticas: experimentar en otros ambientes, conseguir recursos y hasta un nuevo hogar.

Los telescopios con los que observamos el sistema son buenos para esa primera exploración, pero más recientemente la tarea quedó en manos de uno de los más potentes que tenemos, el James Webb Space Telescope, o JWST. El resultado de un megaproyecto internacional no está en la tierra, sino en un satélite, lo que permite una nitidez y detalle de los objetivos observados inalcanzable para los telescopios terrestres.

Comparison Of The Properties Of The Seven Trappist 1 Planets Eso1805h Tiff

Y cuando hemos apuntado el JWST a TRAPPIST-1, el suflé se ha desinflado. Su trabajo se ha centrado en los planetas interiores, conocidos como TRAPPIST-1b, c y d. La conclusión es que la habitabilidad de los mismos es complicada debido a la falta de atmósfera o una tan “delgada” que no protegería bien el planeta contra la radiación de la estrella, implicando además superficies tan calientes que no serían compatibles con la vida.

Cualquier atisbo de atmósfera que se observó en un primer momento, queda ahora prácticamente descartado. Como leemos en Space, desde la Universidad de Arizona comentan que “basándonos en el trabajo más reciente, el indicio tentativo reportado anteriormente de una atmósfera es probable que sólo fuera “ruido” de la estrella anfitriona”.

Si la propia estrella nos dio esperanzas en un primer lugar al no parecer una “asesina” de planetas, ahora ha pasado al otro lado del espectro. Es posible que ese bombardeo de radiación permitiera que microbios extremófilos se desarrollaran en esos planetas, pero para ello deberían tener una atmósfera más densa, algo que el JWST no está viendo.

Sin embargo, no todo está perdido.

La gran esperanza: TRAPPIST-1e

Si bien d, c y d ya no pintan nada bien, la gran esperanza ahora recae sobre e, f y g. Son los planetas situados en una órbita más templada, donde el equilibrio entre radiación y pérdida atmosférica puede ser más propicio a que haya una atmósfera más densa que permita la vida. De entre ellos, los astrónomos consideran TRAPPIST-1e como el más prometedor.

Hace unas semanas, un artículo plasmó cómo el JWST observó TRAPPIST-1e durante cuatro tránsitos diferentes en el momento en el que el planeta se acercó más a su estrella. El espectrógrafo de infrarrojo cercano del telescopio registró cambios sutiles en la luz a su alrededor, lo que indicaría la presencia de químicos en la atmósfera. Su estimación es que la atmósfera está compuesta por una mayoría de nitrógeno y metano, y no dióxido de carbono como ocurre en Venus o Marte.

Ahora bien, ¿es así o vuelve a ser ruido de la estrella anfitriona”. Es una posibilidad que no descartan, pero como comentan, necesitan más observaciones y análisis. Los investigadores tienen claro que “si TRAPPIST-1e tiene atmósfera, es habitable”. Es una afirmación osada, pero la segunda parte de la cuestión es “¿existe una atmósfera?”

De momento, sigue siendo un enigma, pero el siguiente paso es lo que permitirá que los investigadores descarten el planeta como habitable o vuelvan a emocionarse. ¿Qué harán? Observar el tránsito a través de la estrella de TRAPPIST-1e cuando coincida con el de TRAPPIST-1b. De esta forma, la señal de 'e' no estará contaminada con el ruido de su estrella y los observadores podrán “separar lo que la estrella está haciendo de lo que está sucediendo realmente en la atmósfera del planeta. Si es que la tiene”.

Por tanto, hay un hilo al que agarrarse, pero es mejor no hacerse demasiadas ilusiones con un planeta que está aquí al lado en el vecindario de la infinita vastedad del universo.

Imágenes | ESO/M. Kornmesser, NASA/JPL-Caltech

En Xataka | El James Webb ha roto otro récord histórico: un agujero negro supermasivo más antiguo de lo esperado

-
La noticia TRAPPIST-1 era el sistema solar más prometedor para buscar vida. Ahora nuestro gozo está en un pozo fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .



☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí

20 de diciembre de 2025

Efecto neuroprotector del grafeno: un aliado prometedor frente al párkinson

Un reciente estudio liderado por la investigadora Noela Rodríguez Losada, del Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universidad de Málaga, ha puesto el foco en un material que ha despertado gran interés en la última década: el grafeno. Este trabajo, publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences, ha logrado demostrar cómo ciertas formas de grafeno, administradas en dosis bajas, pueden actuar como agentes protectores y regeneradores de neuronas dopaminérgicas, las principales afectadas en enfermedades como el párkinson.

La investigación, que ha contado con la colaboración de centros de Noruega, Argentina, Valencia, Estados Unidos (incluyendo el NIH) y el IBIMA-Plataforma BIONAND, representa un esfuerzo multidisciplinar que une conocimientos de neurociencia, biotecnología y nanotecnología.

Una mirada a los mecanismos celulares del párkinson

El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta principalmente por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en una región específica del cerebro. Esta pérdida está asociada a diversos procesos celulares, entre los que destacan el estrés oxidativo y el estrés del retículo endoplásmico, dos condiciones que desencadenan daños estructurales y funcionales en las neuronas, comprometiendo su supervivencia y rendimiento.

Para simular estos procesos en laboratorio, el equipo utilizó dos toxinas ampliamente validadas en modelos experimentales: MPP⁺, que interfiere con la función mitocondrial y potencia el estrés oxidativo, y tunicamicina, responsable de provocar acumulación de proteínas mal plegadas en las células. Ambos mecanismos están íntimamente ligados a la acumulación de α-sinucleína, una proteína cuya acumulación descontrolada es un sello distintivo del párkinson.

¿Qué hace el grafeno en este contexto?

Lo que destaca del estudio es la capacidad del grafeno para no solo resistir estas agresiones, sino reducir activamente sus efectos nocivos. En particular, el grafeno parcialmente reducido (PRGO), en forma de microflakes, demostró ser especialmente efectivo. Este material logró disminuir el daño mitocondrial, redujo los niveles de α-sinucleína inducidos por MPP⁺ en aproximadamente un 50 %, y favoreció mecanismos de adaptación celular frente al estrés.

Para entender mejor este impacto, imaginemos que la neurona es como una fábrica. Cuando esta fábrica está sobrecargada y produce piezas defectuosas (proteínas mal plegadas), se acumulan errores que acaban por detener la producción. El grafeno actúa como un supervisor externo que mejora la eficiencia del sistema de calidad interno, ayudando a corregir fallos antes de que se acumulen.

Aumento de proteínas protectoras celulares

Uno de los descubrimientos más relevantes fue el incremento en la expresión de la proteína Torsina 1A, una especie de “chaperona molecular” que ayuda al correcto plegamiento de otras proteínas. Esto sugiere que el grafeno no se limita a proteger pasivamente, sino que también activa rutas celulares que mejoran la resiliencia de las neuronas.

Paralelamente, se observó una menor activación de sensores de estrés celular como PERK y eIF2α, señales de que la célula percibe un entorno menos hostil. Desde una perspectiva médica, este comportamiento refuerza el potencial del grafeno como un biomaterial inteligente con aplicaciones terapéuticas.

Más allá de la protección: maduración neuronal

Otro de los puntos clave del estudio fue comprobar que el grafeno no solo protege a las neuronas, sino que además promueve su maduración funcional. Las neuronas dopaminérgicas cultivadas sobre estos materiales mostraron una mayor expresión de marcadores de madurez neuronal y una estructura más compleja, lo que apunta a una mejor integración en redes neuronales.

Esta dualidad de efectos —protección frente a agresiones celulares y fomento de la maduración— resulta especialmente interesante en el campo de la medicina regenerativa. En palabras de la investigadora Rodríguez Losada, esto abre la posibilidad de usar grafeno como soporte para terapias celulares, actuando como una especie de “andamio” que guía el crecimiento y fortalecimiento de nuevas neuronas en tratamientos contra enfermedades neurodegenerativas.

Implicaciones y próximos pasos

Aunque estos resultados se han obtenido en cultivos celulares, lo que representa una etapa inicial en la investigación biomédica, las implicaciones son claras: el grafeno, en sus formas adecuadas y concentraciones precisas, podría convertirse en una herramienta terapéutica para combatir el deterioro neuronal asociado al párkinson y otras enfermedades similares.

El próximo desafío será evaluar estos efectos en modelos animales y, eventualmente, avanzar hacia estudios clínicos. La ruta es larga, pero estos primeros pasos confirman que los materiales bidimensionales como el grafeno no son solo promesas del futuro, sino recursos tangibles con aplicación potencial real en la neurociencia.


La noticia Efecto neuroprotector del grafeno: un aliado prometedor frente al párkinson fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.


☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

Millones de conversaciones privadas con IA han sido recolectadas sin consentimiento

robot espía

Usar un VPN gratuito puede parecer una buena decisión para proteger la privacidad en línea, pero la realidad puede ser muy distinta. La reciente investigación de la firma de seguridad Koi, con sede en Tel Aviv, expuso un caso preocupante: más de seis millones de conversaciones privadas con chatbots de inteligencia artificial fueron recolectadas y vendidas sin conocimiento ni consentimiento de los usuarios.

El protagonista de esta historia es Urban VPN Proxy, una extensión gratuita para el navegador Chrome que se promociona como una herramienta de privacidad y que incluso contaba con el sello de «destacado» en la Chrome Web Store, un distintivo que sugiere cierta aprobación por parte de Google. Sin embargo, bajo esa apariencia inocente se ocultaba un mecanismo de recopilación masiva de datos.

Cómo funcionaba el espionaje digital

Según el investigador Idan Dardikman de Koi, el comportamiento de Urban VPN Proxy iba mucho más allá del funcionamiento típico de un VPN. La extensión incluía scripts ejecutables que interceptaban y registraban las conversaciones que los usuarios mantenían con chatbots populares como ChatGPT, Claude, Gemini, Grok y DeepSeek. Es decir, cualquier texto ingresado en estas plataformas quedaba expuesto.

Esto incluía temas delicados: consultas médicas, problemas financieros, dilemas personales o código propietario, todo capturado automáticamente y vendido con fines de análisis de marketing. Y lo más grave es que esta recolección se producía aunque el usuario no tuviera activada la función de VPN, ya que el script venía activado por defecto desde la instalación.

No había forma de desactivarlo desde la configuración. Como señaló Forbes, la única manera de evitar la recolección de datos era desinstalar completamente la extensión. Esta práctica representa una violación directa a las expectativas de privacidad de millones de usuarios que creían estar protegidos.

Una política de privacidad ambigua

La empresa responsable de esta extensión es Urban Cyber Security Inc., que no oculta estas prácticas. Su política de privacidad admite explícitamente que comparten los datos de navegación con su empresa afiliada, BiScience, una firma de análisis de datos que luego transforma esa información en productos comerciales que son vendidos a terceros.

Pese a ello, en la página de Urban VPN Proxy en la Chrome Web Store se afirma que «los datos no se venden a terceros, salvo en los casos de uso aprobados» y que «no se utilizan ni transfieren con fines ajenos a la funcionalidad principal del producto». Esta contradicción entre lo que se promete y lo que se hace es uno de los aspectos más inquietantes del caso.

El problema va más allá de una sola extensión

Este no es un caso aislado. Según la misma investigación, Urban Cyber Security tiene al menos siete extensiones adicionales con funcionalidades similares de recolección de datos, que suman en total más de dos millones de usuarios adicionales. Todas menos una tienen también la etiqueta de «destacadas» en la tienda de Chrome, lo que plantea preguntas serias sobre los criterios de validación de Google para estas extensiones.

Esto abre la puerta a una preocupación más amplia: ¿cuántas otras extensiones o aplicaciones están realizando prácticas similares sin que lo sepamos? La transparencia en el manejo de datos personales es cada vez más crucial en un entorno donde las herramientas tecnológicas se integran profundamente en nuestra vida cotidiana.

Consecuencias para los usuarios y buenas prácticas

El impacto para los usuarios va más allá de la simple pérdida de privacidad. Las conversaciones con chatbots suelen ser altamente personales y reflejan pensamientos íntimos, decisiones delicadas o información sensible. Si esos datos caen en manos equivocadas, pueden ser utilizados para crear perfiles comerciales muy precisos, facilitar estafas o alimentar bases de datos que nadie autorizó.

Frente a esta realidad, es importante adoptar algunas medidas preventivas. La primera es revisar cuidadosamente los permisos y políticas de privacidad de cualquier aplicación o extensión antes de instalarla. Desconfía especialmente de aquellas que ofrecen servicios gratuitos sin una fuente clara de financiación. Como en el dicho popular: si el producto es gratis, probablemente el producto eres tú.

También es recomendable utilizar herramientas de seguridad reputadas y estar atentos a los informes de entidades independientes que analizan el comportamiento de software aparentemente inofensivo. La comunidad de investigadores juega un rol fundamental en alertar sobre este tipo de abusos.

Una responsabilidad compartida

Aunque los usuarios deben tomar decisiones informadas, también existe una responsabilidad institucional por parte de plataformas como la Chrome Web Store. Que extensiones con prácticas tan invasivas reciban un sello de «destacado» pone en entredicho los procesos de evaluación y protección al consumidor digital. Se vuelve urgente que actores como Google revisen sus mecanismos de validación para garantizar que las aplicaciones que promueven no vulneren los derechos de sus usuarios.

Finalmente, este caso deja claro que la privacidad digital no es un derecho garantizado por defecto, sino una conquista que debe ser defendida activamente. Conversar con un chatbot puede parecer inofensivo, pero cuando cada palabra escrita puede ser almacenada, vendida y analizada por empresas sin rostro, el precio de la comodidad se vuelve demasiado alto.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí