16 de diciembre de 2025

LG ha metido Copilot en tu tele sin preguntarte. Es el último recordatorio de que ya no somos dueños de nuestros dispositivos

LG ha metido Copilot en tu tele sin preguntarte. Es el último recordatorio de que ya no somos dueños de nuestros dispositivos

Los usuarios de Smart TVs de LG han notado algo estos últimos días. Algunos de ellos han visto cómo en sus televisores aparecía una nueva "baldosa" en la interfaz principal. Y correspondía a una aplicación que ellos no habían instalado ni pedido: Microsoft Copilot. Las críticas han sido enormes, y con razón.

Por qué es importante. La aparición de esa nueva aplicación es el último ejemplo de esa pérdida de control que los usuarios acaban teniendo sobre los dispositivos que compran. Pagas por ello, pero en realidad no eres dueño de ello. Es una condena que estamos viendo por doquier en productos y servicios digitales, y lo que han hecho LG y Microsoft es el último ejemplo de ello.


Qué hace Copilot en mi tele. Son varios los usuarios de Reddit que han denunciado cómo la última actualización de software de sus televisores LG incluye una nueva baldosa que se muestra en la pantalla principal de la interfaz de webOS y que corresponde a Microsoft Copilot.

Y no podrás desinstalarla. Lo peor ya no es siquiera que LG y Microsoft se hayan puesto de acuerdo en ofrecer esta app por las buenas. Lo peor es que los usuarios ni siquiera pueden desinstalarla. Lo único que se puede hacer es ocultar el icono para que no se vea en la interfaz principal, pero Copilot seguirá ahí disponible e instalado aunque jamás lo utilices.

Microsoft, basta ya. El movimiento es una gota más en un vaso que ya hace tiempo que rebasó la paciencia de los usuarios. Microsoft no ha parado de inundar todos sus productos con copilotos aun cuando parece claro que casi nadie usa su IA. Lo que están consiguiendo no es reconocimiento de marca, sino un rechazo casi frontal a Copilot. No porque sea necesariamente mejor o peor, sino que está por todas partes, aunque no lo hayamos pedido. Esto no es un "¿quieres probarlo?". Es una imposición.

LG ya (medio) avisó. En el CES 2025 la empresa confirmó sus planes de integrar Microsoft Copilot en webOS como parte de su estrategia "AI TV". En su exposición destacaron que Copilot era una extensión de esa experiencia IA en la tele que estaba diseñada para responder preguntas y ofrecer recomendaciones de contenido. La integración actual parece más un acceso directo a la interfaz web de Copilot, no a una aplicación nativa integrada en la televisión. En realidad en ese CES ya vimos anunciadas las mismas intenciones por parte de Samsung o de Google... que cumplió su palabra hace pocos meses.

Tu tele te espía (otra vez). Otros usuarios de Reddit hablaron de un ajuste de las Smart TV de LG llamado "Live Plus". Si uno activa esta herramienta, el contenido mostrado en la TV puede ser reconocido y esa información se puede utilzar para ofrecer servicios personalizados como recomendaciones y —cómo no— anuncios. En la documentación de LG describen Live Plus como una "experiencia mejorada de visionado". Afortunadamente esa opción se puede desactivar desde Ajustes -> Todos los ajustes -> General -> Opciones adicionales. Desde allí basta con desactivar el servicio Live Plus. Una vez más, las teles intentan saber todo lo que hacemos con la excusa de mejorar la experiencia.

Tele, te quedas sin internet. Ante esta avalancha de opciones invasivas, la solución es clara: desconectar la Smart TV de la red Wi-Fi y/o de la red de cable (Ethernet) y no utilizar esa interfaz principal salvo en casos específicos de ajuste de imagen o sonido, por ejemplo. 

Los Google TV Streamer/Fire TV son la opción (más o menos). Para todo lo demás la recomendación es clara: comprar algún dispositivo de streaming como un Fire TV o un Google TV Streamer (o similares)... aunque estos últimos también se han convertido en escaparates publicitarios. Hay alternativas en esos casos: podemos utilizar lanzadores alternativos como Projectivy en esos dispositivos para evitar esa publicidad y recuperar el control sobre lo que vemos y cómo lo vemos. Y también podemos optar por otras "TV Box" que también dan opción a recuperar ese control.

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Creative Commons abre la puerta a sistemas de «pago por rastreo» para contenido web accedido por IA

Web Guide

Creative Commons ha dado un paso importante al declarar su apoyo, aunque con reservas, a los sistemas de «pago por rastreo» (pay-to-crawl), una propuesta que busca equilibrar el uso de contenido web por parte de sistemas de inteligencia artificial con una forma automatizada de compensación para los creadores.

Un cambio en la dinámica del contenido online

Durante años, el modelo de internet se sustentó en una relación de beneficio mutuo entre los sitios web y los motores de búsqueda: los sitios permitían ser indexados y, a cambio, recibían tráfico. Sin embargo, con la irrupción de los chatbots de IA, como ChatGPT o Gemini, esta dinámica se ha transformado drásticamente. Ahora, muchas respuestas que antes requerían una visita al sitio de origen se obtienen directamente en la interfaz del asistente de IA. Esto ha reducido significativamente el tráfico hacia las webs originales, afectando especialmente a los medios de comunicación y editores digitales.

En este nuevo escenario, el contenido se utiliza como insumo para entrenar modelos de lenguaje sin que los creadores reciban una compensación directa. Ante esta situación, Creative Commons (CC) plantea que un sistema de pago por acceso automatizado podría ser una solución viable para recuperar el equilibrio perdido.

¿Qué es el «pago por rastreo»?

La propuesta implica que los rastreadores automatizados (crawlers), empleados por empresas de IA para recolectar contenido y entrenar modelos, deberían pagar por cada acceso a sitios web. Empresas como Cloudflare lideran esta iniciativa, que busca implementar mecanismos automáticos de remuneración por el uso de contenido indexado.

Este modelo podría ayudar especialmente a los editores pequeños, que no tienen el poder de negociación de grandes grupos como Condé Nast o Axel Springer, quienes ya han firmado acuerdos millonarios con empresas tecnológicas como OpenAI, Meta o Amazon. Con el «pay-to-crawl», el acceso de las IAs al contenido no dependería exclusivamente de acuerdos bilaterales, sino de un sistema abierto y más equitativo.

El respaldo cauteloso de Creative Commons

Aunque CC está a favor del concepto general, deja en claro que su apoyo es «cauteloso«. Reconoce que mal implementado, el sistema podría tener efectos adversos: concentrar el poder en pocas manos, limitar el acceso a información para investigadores o instituciones educativas, o reforzar la tendencia a encerrar contenido tras muros de pago.

Por ello, Creative Commons propone una serie de principios para un «pago por rastreo» responsable. Entre ellos destaca que esta medida no debería ser la configuración predeterminada de todos los sitios, ni establecer reglas uniformes para toda la web. En cambio, debería ofrecer controles flexibles como la posibilidad de restringir, limitar o permitir el rastreo dependiendo del tipo de bot y del uso previsto.

Además, sugiere que cualquier sistema adoptado debería ser abierto, interoperable y basado en estándares comunes, evitando soluciones privativas que generen dependencia de proveedores específicos.

Nuevas tecnologías y estándares en juego

El concepto de «pago por rastreo» no se limita a una sola empresa o tecnología. Varias iniciativas se están desarrollando en paralelo. Microsoft, por ejemplo, está creando un mercado de contenidos para IA que permitiría a los editores negociar directamente la monetización de sus datos. Startups como ProRata.ai o TollBit también trabajan en soluciones similares.

Una de las propuestas técnicas que está ganando tracción es el estándar Really Simple Licensing (RSL), impulsado por el colectivo RSL Collective, con el respaldo de nombres como Yahoo, Ziff Davis y O’Reilly Media. Este sistema permite a los sitios indicar qué partes de su contenido pueden ser accedidas por bots, sin llegar a bloquearlos por completo. Empresas como Cloudflare, Akamai y Fastly ya han implementado soporte para RSL.

Creative Commons también ha manifestado su apoyo a este enfoque, en línea con su proyecto CC Signals, que busca desarrollar tecnologías y herramientas adaptadas a la era de la inteligencia artificial.

Un posible nuevo equilibrio para la web

La discusión sobre el «pago por rastreo» pone sobre la mesa un tema crítico: cómo construir una web sostenible donde la innovación en IA no erosione el ecosistema de creadores que alimenta su crecimiento. El modelo actual, que se asemeja a una especie de «extracción de recursos» sin retorno, podría transformarse en un sistema de economía circular del conocimiento, donde el contenido compartido también genera beneficios para quienes lo crean.

Por ahora, no existe un modelo universalmente adoptado, y queda mucho por definir en términos legales, técnicos y éticos. Pero el respaldo de organizaciones como Creative Commons y el surgimiento de estándares como RSL son indicios de que el debate está avanzando hacia soluciones concretas.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

Cuando el modo cero no es tan topológico como se pensaba: nueva perspectiva sobre láseres topológicos

láser

En el campo de la fotónica topológica, los láseres han sido una de las aplicaciones más prometedoras. Estos dispositivos aprovechan propiedades matemáticas del espacio en que se propagan los fotones para generar haces de luz más estables, resistentes al desorden o a imperfecciones en los materiales. Dentro de este panorama, el llamado «modo cero topológico» ha sido durante años una especie de piedra angular. Se trata de una forma de confinamiento de luz en los bordes de ciertas estructuras fotónicas, como las redes de tipo SSH (Su-Schrieffer-Heeger), que es inmune a pequeños cambios estructurales.

Pero un nuevo estudio publicado en Communications Physics, liderado por investigadores de la Universidad de Saint Louis, pone en cuestión parte de esa narrativa. El trabajo demuestra que, al introducir factores no lineales como la saturación del medio activo, ese modo cero pierde su característico confinamiento en el borde y se convierte en algo mucho más distribuido. En otras palabras: no todos los modos cero que generan láseres son necesariamente topológicos en su comportamiento práctico.

Entendiendo el contexto: la fusión entre física no-Hermítica y topología

En física, los sistemas llamados no-Hermíticos incorporan procesos de ganancia y pérdida de energía, algo muy común en sistemas ópticos donde se bombea energía para generar luz. Por otro lado, los sistemas topológicos se caracterizan por propiedades robustas frente a alteraciones. La combinación de ambas ramas ha dado lugar a nuevas categorías de dispositivos ópticos, especialmente láseres que emiten luz desde modos topológicos protegidos.

Hasta ahora, la receta era relativamente clara: construir un arreglo de cavidades ópticas que alojara modos topológicos, aplicar bombeo selectivo para favorecer el modo deseado y mantener una operación estable. En la práctica, esto ha funcionado bien, incluso ignorando efectos no lineales como la saturación de ganancia. Pero el nuevo estudio se atreve a mirar con lupa esos detalles, preguntándose qué pasa cuando se tiene en cuenta la dinámica real del sistema.

El experimento mental: del acoplamiento nulo al modo extendido

La investigación parte de una idea aparentemente sencilla. Si se reducen todos los acoplamientos entre cavidades a cero, pero se mantiene constante la relación entre acoplamientos fuertes y débiles, entonces debería esperarse que todas las cavidades bombeadas emitan luz con igual intensidad. Agregar una pequeña conexión entre ellas no debería alterar esa simetría, al menos intuitivamente.

Pero lo que descubren los investigadores es que esa intuición falla cuando entra en juego la no linealidad de la ganancia. En lugar de mantenerse localizados en los bordes, los modos cero que surgen en este contexto se dispersan por todo el arreglo, dando lugar a una emisión láser homogénea, sin la firma de borde que caracteriza a los modos topológicos.

Lo que cambia con la saturación de ganancia

Este fenómeno tiene que ver con el comportamiento del medio activo que genera el láser. Cuando un sitio se bombea intensamente, su ganancia no crece de forma indefinida, sino que se satura. Esto implica que, en lugar de favorecer la emisión localizada en una región específica, el sistema tiende a redistribuir la luz para maximizar la eficiencia general. El resultado es que la forma del modo cero que finalmente prevalece no se corresponde con la forma topológica del sistema pasivo (es decir, el sistema sin bombeo ni efectos no lineales).

Es como si uno diseñara una autopista para dirigir todo el tráfico hacia una salida concreta, pero al agregar las restricciones del tráfico real (atascos, reglas de preferencia), los vehículos terminaran tomando caminos alternativos y la salida preferida ya no fuera la más utilizada.

Implicaciones para el diseño de láseres topológicos

Esta revelación cambia el enfoque con el que se diseñan los láseres topológicos. Ya no basta con garantizar que el modo deseado esté presente en el sistema pasivo. Es necesario considerar cómo interactúa con la ganancia, las pérdidas y la saturación. El modo que termina dominando el sistema podría no ser el más robusto topológicamente, sino el que mejor se adapta a estas condiciones dinámicas.

Lo interesante del estudio es que, a diferencia de trabajos anteriores centrados en la estabilidad de los modos, aquí se analiza exclusivamente el caso en que el modo cero es el único modo estable. Es decir, no hay competencia entre múltiples modos: el efecto de delocalización se produce aun en ausencia de ruido o fluctuaciones.

Relevancia para otras plataformas y sistemas cuánticos

Aunque este trabajo se ha centrado en arreglos tipo SSH dentro del ámbito de la fotónica, sus conclusiones podrían aplicarse a otras plataformas experimentales donde se combinen topología, ganancia y pérdidas, como sistemas de cavidades acopladas o redes de microresonadores.

También se sugiere que estos hallazgos podrían tener eco en el ámbito cuántico, donde las interacciones no lineales y las pérdidas colectivas son comunes. En estos entornos, asumir que un estado de borde se mantendrá protegido podría no ser correcto si no se consideran los efectos completos de la dinámica.

Una visión más realista de la topología óptica

El mensaje central del estudio es que la topología, aunque poderosa, no es inmune a las reglas del mundo real, donde la ganancia no es infinita, la luz interactúa consigo misma y las condiciones ideales rara vez se cumplen. Adoptar una visión más realista permitirá construir dispositivos más eficientes y predecibles.

Tal como señalan Ramy El-Ganainy y su estudiante Mohammadmahdi Alizadeh, comprender esta transición del modo cero desde un estado localizado hacia uno extendido permite afinar mejor el control sobre los sistemas fotónicos y anticipar comportamientos que antes parecían anómalos.




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ChatGPT no se usa como pensábamos: lo que más se repite no se parece en nada a las búsquedas de Google

ChatGPT no se usa como pensábamos: lo que más se repite no se parece en nada a las búsquedas de Google

Durante estos tres años de convivencia con ChatGPT, ha ido calando cierta sensación de que el buscador de siempre ha dejado de ser imprescindible. El chatbot responde en lenguaje natural, permite repreguntar y, en muchos casos, ahorra tiempo frente a una lista de enlaces. Pero esa comodidad no implica necesariamente que esté haciendo el mismo trabajo que Google. Buscar no siempre es obtener una respuesta cerrada: también es explorar fuentes, comparar y decidir por uno mismo a qué información dar crédito. 

Para entender qué está cambiando de verdad, conviene mirar cómo se usa cada herramienta y no solo cómo se habla de ellas. Antes de pasar al estudio, podemos hacer una pregunta concreta: cuando abrimos ChatGPT, ¿estamos buscando información en el sentido clásico o estamos haciendo otra cosa? El matiz importa porque “buscar”, como hemos dicho, mezcla acciones muy distintas.

Lo que los estudios dicen sobre la verdadera relación entre ChatGPT y Google

Un paper del National Bureau of Economic Research elaborado con datos proporcionados por OpenAI es el punto de partida para aterrizar este tema. Está construido a partir de mensajes enviados a ChatGPT clasificados de manera automática para detectar patrones sin que nadie lea el contenido. El objetivo no es evaluar la calidad de las respuestas, sino medir para qué acudimos al chat en la práctica y cómo cambia ese uso con el tiempo.

La primera foto que ofrece el paper es clara y conviene darla con precisión temporal. En junio de 2025, el 73% de los mensajes se consideraron no relacionados con el trabajo, frente al 27% vinculados a tareas laborales. Ese reparto también cambia respecto a etapas anteriores que el propio estudio compara, y sugiere que el uso personal está ganando peso con el paso del tiempo. El dato importa porque cuestiona una idea extendida: que el chat es ante todo una herramienta profesional.

Cuando el análisis baja al detalle, la actividad se concentra en tres grandes categorías. 

  1. Orientación práctica: cuando queremos entender algo, aclarar conceptos o ver opciones con más claridad.
  2. Búsqueda de información: indagar sobre hechos, temas o cuestiones concretas (es el apartado que más se aproxima al patrón de la búsqueda web tradicional). 
  3. Escritura: incluye desde redactar hasta estructurar ideas y planificar tareas. 

Esto se traduce a gestos muy reconocibles que no dependen de una lista de resultados. A veces usamos ChatGPT para aclarar ideas o pedir orientación. Otras veces delegamos trabajo, desde pulir un correo hasta organizar un documento o preparar un plan. Y, en menor medida, también se utiliza como un espacio donde pensar en voz alta y ordenar preocupaciones. En todos esos casos, el valor no está en llegar a una página, sino en recibir una respuesta adaptada al contexto inmediato y en forma de salida utilizable.

Estudio

Ahí es donde la comparación con Google se vuelve más precisa. El buscador está pensado para mostrar un mapa de enlaces, permitir que exploremos fuentes y decidamos a cuáles entrar, con el coste de leer, comparar y sintetizar información dispersa en la web. ChatGPT, en cambio, concentra parte de ese trabajo en una respuesta y la ajusta a lo que hemos preguntado, lo que desplaza el esfuerzo desde la navegación hacia la interpretación.

Esta convivencia encaja bien con lo que describe Nielsen Norman Group en uno de sus estudios. Su conclusión principal es que los hábitos de búsqueda son sorprendentemente persistentes y que tendemos a empezar por lo que nos resulta familiar, incluso cuando ya hemos incorporado herramientas de IA a otras tareas cotidianas.

Google Busqueda

Frecuentemente lo utilizamos como un atajo mental y práctico para llegar a destinos que ya conocemos. En lugar de escribir directamente "youtube.com", tecleamos “YouTube” en Google y desde ahí accedemos al sitio. Bajo ese esquema, el buscador sigue operando como una gran puerta de entrada al ecosistema web, más que como un motor de descubrimiento puro.

El resultado no es una sustitución limpia ni un relevo inmediato, sino un ecosistema más fragmentado y funcionalmente repartido. Alternamos entre buscadores tradicionales y chatbots según el momento y la tarea, y eso redistribuye el esfuerzo entre encontrar información, entenderla, tomar decisiones y producir contenido. Aun así, conviene manejar estos datos con cautela. El ecosistema sigue en movimiento y los hábitos todavía están ajustándose, por lo que no deberíamos leer estos resultados como definitivos.

Por otra parte, Google ha ido incorporando capas de IA generativa, desde los resúmenes con IA hasta el denominado Modo IA. Sin embargo, por ahora el modelo basado en enlaces sigue marcando el ritmo de la experiencia. Y el servicio continúa siendo, además, una fuente dominante de tráfico para la web, aunque su propia integración de IA ya está empezando a reducir la necesidad de hacer clic en muchos casos.

Imágenes | Berke Citak | Firmbee.com | sarah b

En Xataka | Microsoft ha reducido su ambición con la IA. Se ha dado cuenta de que casi nadie usa Copilot, afirman en The Information

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15 de diciembre de 2025

Un chip óptico mil veces más pequeño que un cabello humano allana el camino para la computación cuántica escalable

chip

Controlar con precisión extrema la luz láser es una necesidad en los sistemas de computación cuántica más prometedores, como los que usan átomos atrapados. Hasta ahora, hacerlo requería equipos voluminosos y costosos, muy lejos de poder integrarse en chips compactos. Sin embargo, un equipo de investigadores liderado por la Universidad de Colorado en Boulder, en colaboración con Sandia National Laboratories, ha logrado desarrollar un modulador óptico de fase tan pequeño que es casi 100 veces más delgado que un cabello humano. Y no sólo destaca por su tamaño: también puede fabricarse en masa usando tecnología de semiconductores convencional.

Este dispositivo tiene la capacidad de modificar con precisión la frecuencia de los láseres, algo fundamental para interactuar con los qubits basados en átomos o iones. Cada uno de estos qubits necesita un láser con una frecuencia extremadamente precisa, a menudo ajustada con tolerancias de milmillonésimas de porcentaje. Generar esas frecuencias con exactitud y eficiencia es uno de los mayores desafíos para escalar la computación cuántica, y este nuevo chip representa un avance decisivo en esa dirección.

Vibraciones microscópicas para controlar la luz

El funcionamiento del chip se basa en un principio fascinante: genera vibraciones a frecuencias de microondas que oscilan miles de millones de veces por segundo. Esas vibraciones se utilizan para modificar la fase de un haz de luz láser, permitiendo crear nuevas frecuencias de luz de manera eficiente y estable.

Esta modulación de fase no es un capricho tecnológico; es una herramienta imprescindible para comunicar las instrucciones que los sistemas cuánticos necesitan para operar. Es como si cada láser fuera una voz en un coro que debe seguir una melodía perfectamente afinada. Si hay desafinaciones, el resultado es un cálculo cuántico fallido.

Hasta ahora, las herramientas que permitían este nivel de control eran grandes, consumían mucha energía y requerían ajustes manuales. La solución propuesta en este estudio consume 80 veces menos energía que los moduladores comerciales actuales. Esta reducción no sólo disminuye el consumo eléctrico, sino que también permite minimizar la generación de calor, algo crucial cuando se quieren instalar miles de estos dispositivos en un espacio reducido.

Escalabilidad a través de la tecnología CMOS

Uno de los aspectos más relevantes del desarrollo es que se fabrica utilizando tecnología CMOS, la misma que se emplea para crear los chips de ordenadores y teléfonos. Esto significa que el proceso es altamente escalable y estándard, sin necesidad de fabricar componentes a mano o depender de configuraciones ópticas voluminosas.

La fabricación CMOS ha demostrado su eficiencia para producir millones de unidades idénticas, como sucede con los transistores en los procesadores. Aplicar este modelo a la fotónica cuántica podría ser tan trascendental como fue el paso de los tubos de vacío a los transistores en la electrónica clásica. El equipo de investigación ve este avance como un primer paso hacia una «revolución de los transistores» ópticos, un cambio de paradigma que permitirá construir circuitos fotónicos complejos en chips minúsculos.

Un sistema integrado para el futuro cuántico

El nuevo chip no es una pieza aislada. Los investigadores están trabajando en la integración de múltiples funciones en un solo dispositivo: generación de frecuencias, filtrado y modelado de pulsos láser. Al concentrar todas estas tareas en una única plataforma, se allana el camino hacia circuitos fotónicos integrados capaces de manejar miles de qubits de manera coordinada y eficiente.

Para entender su importancia, basta imaginar la diferencia entre una computadora antigua que ocupaba una habitación entera y un teléfono inteligente actual. La miniaturización, combinada con la integración de funciones, permitió ese salto. Lo mismo podría ocurrir con la computación cuántica gracias a chips como este.

De los laboratorios a las empresas cuánticas

Este desarrollo no se quedará en el ámbito académico. El equipo está colaborando con empresas que fabrican computadoras cuánticas para probar el chip en entornos reales, concretamente en sistemas que utilizan átomos atrapados. Según Jake Freedman, uno de los líderes del proyecto, este chip representa una de las últimas piezas necesarias para lograr una plataforma fotónica verdaderamente escalable.

Con este tipo de tecnologías, la computación cuántica da un paso firme hacia su consolidación como herramienta accesible y potente. Aún falta camino por recorrer, pero los avances como este demuestran que la ingeniería y la ciencia siguen encontrando formas creativas de superar los límites físicos y prácticos del presente.




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