En 2006, Graydon Hoare, un desarrollador de software que trabajaba en la Fundación Mozilla, regresaba a su piso en Vancouver cuando descubrió que una vez más, el ascensor estaba estropeado. Cansado (un poquito hasta las narices, más bien) de subir 21 pisos a pie, Hoare se puso a darle vueltas: ¿cómo puede ser que a esta alturas sigamos siendo incapaces de lograr que algo tan simple como un ascensor funcione correctamente?
Aquel incidente aparentemente trivial (e incluso cómico... aunque no para las pobres rodillas de Hoare, claro), en realidad terminó plantando las semillas de toda una revolución en el campo del software, que adoptó la forma de lo que muchos ven como el lenguaje de programación seguro por excelencia.
El problema de fondo: los errores de memoria
Los ascensores modernos usan microcontroladores con firmware que controla el motor, sensores, cerraduras, y comunicación entre pisos. Este firmware suele estar escrito en lenguajes de bajo nivel (como C o C++) por eficiencia.
Sin embargo, estos lenguajes adolecen de fallos comunes:
- Desbordamientos de búfer (buffer overflows): pueden sobrescribir datos vitales.
- Accesos a punteros nulos o inválidos: pueden causar bloqueos del sistema.
- Condiciones de carrera (data races): pueden provocar comportamientos impredecibles en sistemas concurrentes.
Hoare, consciente de estos riesgos, pensó que la raíz de los problemas de su ascensor podría tener estar en esa clase de fallos. Y ese pensamiento le terminó llevando a crear un lenguaje completamente nuevo que eliminara esas clases de errores desde su diseño. Y lo lanzó hace ahora una década. Y lo llamó 'Rust'.
Rust nació con el objetivo de ser...
Seguro en cuanto a memoria
Rust fue diseñado para evitar errores comunes relacionados con la gestión de memoria, como los desbordamientos de búfer, punteros colgantes o condiciones de carrera. Gracias a su sistema de propiedad, préstamos y verificaciones en tiempo de compilación, Rust garantiza que los accesos a memoria sean seguros sin necesidad de depender de un 'recolector de basura'. Esto permite escribir código que es tan eficiente como el de C o C++, pero con muchas más garantías de seguridad.
Concurrente sin peligro
La concurrencia es notoriamente difícil y propensa a errores en lenguajes tradicionales. Rust aborda este problema integrando seguridad de concurrencia en su modelo de tipo. El compilador impide, en tiempo de compilación, condiciones de secuencia, permitiendo que múltiples hilos compartan datos solo si es seguro hacerlo. Esto significa que los programas pueden aprovechar múltiples núcleos y procesadores de manera eficiente sin comprometer la seguridad o la estabilidad.
Sin recolector de basura
A diferencia de muchos lenguajes modernos como Java o Go, Rust no utiliza un 'recolector de basura'. En su lugar, maneja la memoria a través de un sistema de propiedad y tiempo de vida de las variables. Este enfoque permite que Rust tenga un control preciso del uso de memoria, lo que resulta en un rendimiento predecible y eficiente. Además, al eliminar la necesidad de un recolector, se evita la sobrecarga asociada y las posibles interrupciones que esta conlleva.
En esencia, Rust ofrece el control de C con la seguridad de lenguajes modernos como Java, pero sin el sobrecoste de rendimiento asociado a la recolección de basura.
De proyecto personal a revolución comunitaria
Aunque comenzó como un proyecto de pasatiempo, Mozilla reconoció su potencial en 2009 y lo patrocinó oficialmente. La primera versión estable de Rust se lanzó en mayo de 2015. Diez años después, su comunidad ha crecido exponencialmente:
- Más de 180.000 paquetes publicados en su repositorio oficial crates.io.
- Una comunidad activa de más de 6.700 colaboradores.
- Un ciclo de lanzamientos cada seis semanas, garantizando estabilidad y evolución constante.
Rust es famoso por su pronunciada curva de aprendizaje. Sin embargo, sus beneficios a largo plazo —robustez, seguridad y claridad— lo hacen valer el esfuerzo. Por otra parte, existen numerosos recursos formativos a lo largo y ancho de Internet que ayudan a suavizar la entrada a su ecosistema.
Rust no es simplemente un lenguaje; pretende ser una infraestructura para construir otras infraestructuras, desde sistemas operativos hasta navegadores web, servidores, bases de datos y más. Así, Rust ha sido adoptado por algunos de los nombres más grandes de la industria tecnológica:
- Mozilla lo integró en el navegador Firefox.
- Microsoft lo usa en componentes del núcleo de Windows y Azure.
- Google lo emplea en Android y Fuchsia.
- Dropbox, Amazon y la NSA lo consideran clave para sus sistemas seguros.
Incluso el kernel de Linux ha empezado a integrar código Rust, aunque en este caso con enormes (y recientes) polémicas.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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La noticia Un ascensor roto cambió para siempre el mundo de la programación de software. Sus efectos han llegado hasta la Casa Blanca fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .
☞ El artículo completo original de Marcos Merino lo puedes ver aquí
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