Aguas residuales.
Es por eso que estamos investigando formas alternativas de generar hidrógeno verde sin esas ingentes cantidades de agua dulce. Por ejemplo, empleando agua de mar, pero hay un tipo de agua dulce que no se había considerado para el proceso y que ahora ha entrado en la ecuación.
Basura Tesoro en aguas residuales. Estas aguas contienen una serie de contaminantes que, según la lógica, dificultarían el proceso de electrólisis. Cuentan con níquel, platino, cromo y otros metales que, hasta ahora, había que extraer del agua en un costoso proceso de purificación antes de emplear esa agua en la electrólisis. Sin embargo, un equipo de la Escuela de Ciencias de la RMIT australiana ha encontrado la forma de aprovechar esos metales para acelerar la producción de hidrógeno verde.
En la electrólisis, los electrodos son un componente clave porque es el que facilita la reacción que separa el agua en sus componentes base: hidrógeno y oxígeno. Para ello, se emplea un ánodo (donde el agua se descompone liberando oxígeno y electrones) y un cátodo (los protones ganan electrones y forman moléculas de hidrógeno). En el ánodo y el cátodo se utilizan metales como el níquel, el platino o el iridio como los que se encuentran en las aguas residuales, y lo que han hecho desde el RMIT es… aprovecharlos.

El invento. Para ello, el electrodo está fabricado con una superficie de carbono absorbente que atrae esos metales presentes en las aguas residuales, como si fuera un imán. Cuando los “atrapa”, forma catalizadores que conducen la electricidad y comienza esa tarea de dividir el agua en sus componentes.
Nasir Mahmood es uno de los investigadores y, como leemos en Miragenews, explica la reacción del siguiente modo: “el catalizador acelera una reacción química sin consumirse en el proceso, permitiendo que los metales interactúen con otros elementos presentes en las aguas residuales y potenciando las reacciones electroquímicas necesarias para dividir el agua en oxígeno e hidrógeno.
Y, más allá de la teoría, el equipo ideó un dispositivo que consiguió operar de forma continua durante 18 días con una disminución mínima de rendimiento y logrando un 89% de eficiencia en la conversión de energía y, como exponen en ACS, una estabilidad del 95%. Este dispositivo piloto, conectado a una pequeña placa solar, es el que puedes ver en la imagen que abre este artículo. Y las aguas tienen pinta de todo… excepto de aguas purificadas.
Potencial. Ahora bien, no es tan fácil como coger el agua residual y utilizarla directamente. El equipo confirma que utilizó aguas residuales que habían sido sometidas a algún tratamiento para eliminar residuos sólidos, materia orgánica y otros nutrientes. No los metales, eso sí.
Un próximo paso es probar más tipos de aguas residuales, ya que no todas cuentan con la misma cantidad de metales en su composición, y como comenta la profesora Nicky Eshtiaghi, otra de las autoras del estudio, el plan ahora es buscar socios para escalar la tecnología y encontrar aplicaciones comerciales.
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La noticia El gran problema del hidrógeno verde es la dependencia del agua dulce. Hemos encontrado la solución en las cloacas fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí
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