
El uso de energía por parte de los centros de datos de Google ha alcanzado cifras nunca vistas. En su último informe de sostenibilidad, publicado a finales de junio, la compañía reveló que en 2024 sus centros de datos consumieron 30,8 millones de megavatios-hora, más del doble que en 2020, cuando utilizaban 14,4 millones.
Este salto expone un desafío creciente: mantener la eficiencia y cumplir con los objetivos de sostenibilidad mientras se alimenta una infraestructura cada vez más demandante, impulsada en gran parte por la inteligencia artificial, los servicios en la nube y la búsqueda constante de menor latencia.
El peso de los centros de datos en la factura energética
La inmensa mayoría del consumo eléctrico de Google proviene de sus centros de datos: un 95,8% del total en 2024. Esta proporción se ha mantenido estable en los últimos años, lo que indica que el crecimiento en consumo energético está directamente relacionado con la expansión de estas infraestructuras.
Si se retrocede una década y se aplican los mismos cálculos, en 2014 Google habría consumido apenas 4 millones de megavatios-hora, lo que representa un crecimiento de siete veces en solo diez años.
La eficiencia ya no es suficiente
Durante mucho tiempo, Google ha liderado en términos de eficiencia energética. Su indicador de eficiencia, conocido como PUE (Power Usage Effectiveness), se ha acercado al límite teórico de 1.0. En 2024, logró una cifra de 1.09, una mejora mínima respecto al 1.10 del año anterior y apenas 0.02 puntos mejor que hace una década.
Es como tratar de exprimir una esponja ya casi seca: las mejoras siguen siendo posibles, pero cada avance requiere mucho más esfuerzo que el anterior. Por eso, la estrategia ahora pasa por conseguir nuevas fuentes de energía limpia que puedan escalar con las necesidades de sus centros de datos.
El viraje hacia fuentes de energía sin carbono
Con la meta de funcionar exclusivamente con energía libre de carbono 24/7, Google está invirtiendo en un amplio abanico de opciones. Entre las más destacadas están la geotermia, la fisión nuclear, la fusión nuclear y, por supuesto, las energías renovables tradicionales como la solar y la eólica.
Geotermia: energía constante desde las profundidades
Una de las apuestas más prometedoras es la energía geotérmica mejorada. Al aprovechar el calor interno de la Tierra, estas plantas pueden generar electricidad de forma continua, independientemente del clima. Google ha apoyado a Fervo Energy, una startup que está logrando perforaciones eficientes en nuevas ubicaciones geológicas.
Fisión y fusión nuclear: a largo plazo
En el campo de la fusión nuclear, Google ha invertido en Commonwealth Fusion Systems, con un acuerdo para adquirir 200 megavatios cuando su planta Arc entre en funcionamiento a principios de la década de 2030.
Por otro lado, ha firmado un compromiso para comprar 500 megavatios de energía a Kairos Power, una empresa que desarrolla reactores nucleares modulares. Aunque estas opciones no aportarán energía de inmediato, representan una apuesta de futuro.
Las renovables siguen siendo el caballo de batalla
A corto plazo, las energías renovables siguen siendo las únicas soluciones disponibles en escala y tiempo razonable. En 2024, Google cerró acuerdos para 600 megavatios de solar en Carolina del Sur y 700 megavatios en Oklahoma. También trabaja junto a Intersect Power y TPG Rise Climate en una inversión de 20.000 millones de dólares para construir varios gigavatios de plantas libres de carbono.
El gran reto de estas fuentes es su intermitencia. Aunque Google ya ha contratado suficientes renovables para equiparar su consumo total, eso no significa que la electricidad esté disponible siempre que se necesita. Por eso, el objetivo a largo plazo es lograr una disponibilidad 24/7.
Desigualdades regionales en energía limpia
Actualmente, el 66% del consumo de los centros de datos de Google está cubierto con energía libre de carbono en tiempo real. Sin embargo, esta cifra esconde grandes diferencias geográficas. Mientras que en Latinoamérica se alcanza un 92%, en Oriente Medio y África apenas se llega al 5%.
Estas diferencias explican por qué la compañía está enfocando esfuerzos en tecnologías estables como la fusión y fisión, que podrían aportar cobertura constante sin importar la región.
Un futuro cada vez más exigente energéticamente
La demanda de energía de los gigantes tecnológicos no parece detenerse, y Google es el ejemplo más visible de esa tendencia. Cada nuevo modelo de IA, cada mejora en sus servicios, cada segundo que pasa en YouTube o en una búsqueda representa más presión sobre la infraestructura.
Para cumplir su promesa de energía libre de carbono 24/7 en todo el mundo, Google necesita más que eficiencia: requiere diversificación, inversión continua y una buena dosis de innovación tecnológica.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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