6 de agosto de 2025

Drones polinizadores: tecnología en vuelo para apoyar la supervivencia de los cultivos

La crisis de las abejas y su impacto en la agricultura

Las abejas participan en la polinización del 70% de los cultivos que alimentan al mundo, incluyendo frutas, verduras y semillas. Cuando las poblaciones de abejas disminuyen, también lo hace la productividad de esos cultivos. En algunas zonas rurales de China, por ejemplo, ya se recurre a la polinización manual, mientras que en Corea del Sur se han comenzado a usar drones para polinizar manzanos.

La situación es preocupante: según datos recientes, más del 40% de los polinizadores invertebrados están en riesgo, y un 16,5% de los vertebrados polinizadores también. Esto está obligando a los investigadores a desarrollar soluciones innovadoras que complementen el trabajo natural de los insectos.

¿Cómo funcionan los drones polinizadores?

Estos dispositivos no son simples juguetes voladores. Están equipados con tecnologías especializadas que permiten recoger y transferir polen entre flores. Algunos drones utilizan superficies pegajosas que imitan los pelillos de las abejas, otros emplean burbujas cargadas de polen que estallan al contacto con la flor. También se están desarrollando algoritmos de inteligencia artificial para detectar qué flores están listas para ser polinizadas.

Un caso pionero fue el del investigador japonés Eijiro Miyako, quien en 2017 creó un mini dron con crin de caballo y un gel adhesivo para polinizar lirios. Desde entonces, la evolución ha sido notable, con modelos cada vez más ágiles, resistentes y precisos. El MIT, por ejemplo, está trabajando en «RoboBees», insectos robóticos capaces de volar en enjambres desde «colmenas mecánicas».

Casos de uso reales en distintos países

Aunque su uso a gran escala aún es limitado, ya existen proyectos piloto y aplicaciones comerciales de drones polinizadores:

  • En Estados Unidos, la empresa Dropcopter ha implementado drones para polinizar almendros, manzanos y cerezos, reportando hasta un 50% de mejora en los rendimientos.
  • En Australia, la firma XAG ha utilizado drones en invernaderos de tomates y cultivos de almendros, combinando datos e inteligencia artificial para mejorar la eficiencia.
  • En el Reino Unido, se han llevado a cabo ensayos en la producción de fresas, buscando garantizar seguridad alimentaria ante la escasez de abejas.
  • En Chile, drones están siendo probados para ayudar en la polinización de cerezos autofertilizantes.

En todos estos casos, el denominador común es que los drones se utilizan en entornos controlados o cultivos de alto valor, donde la inversión puede justificarse por los beneficios en rendimiento.

Ventajas de esta tecnología emergente

La polinización artificial con drones puede resultar particularmente útil cuando las abejas no están disponibles o no son eficientes. Por ejemplo:

  • En invernaderos, donde las condiciones cerradas dificultan la entrada de abejas.
  • En climas fríos o lluviosos, cuando los insectos no pueden volar.
  • En plantaciones donde la floración ocurre en un tiempo muy limitado y se requiere una acción rápida.

También se destaca la posibilidad de programar los drones para trabajar por la noche, o durante periodos de alta demanda, y su capacidad de recolectar datos sobre las plantas mediante sensores.

Retos y limitaciones que aún enfrenta esta solución

Aunque la tecnología suena prometedora, hay obstáculos importantes que limitan su uso masivo:

  • Costos elevados: tanto de los drones como de su mantenimiento y operación.
  • Escalabilidad: replicar la actividad de millones de abejas en extensos campos es extremadamente difícil.
  • Impacto ambiental: el uso de drones puede generar ruido, afectar a otros polinizadores o incluso alterar ecosistemas sensibles.
  • Falta de biodiversidad: a diferencia de las abejas, que polinizan muchas especies vegetales de forma natural, los drones tienden a enfocarse en un solo cultivo.

Además, hay preocupación por que la confianza en soluciones tecnológicas pueda disminuir los esfuerzos de conservación de los polinizadores naturales, desviando recursos y atención de las causas estructurales del problema.

¿Una solución o solo un parche temporal?

En 2025, los drones polinizadores siguen avanzando como una herramienta complementaria, especialmente en condiciones donde las abejas ya no pueden hacer su trabajo. Sin embargo, la visión a largo plazo no debería ser sustituir a la naturaleza, sino protegerla y reforzarla. La tecnología puede ofrecer soluciones valiosas, pero no debería hacernos olvidar que la biodiversidad sigue siendo el mejor aliado de la agricultura.

Invertir en la restauración de hábitats, en la agricultura regenerativa y en la regulación de pesticidas puede tener un impacto más sostenible y profundo que cualquier dispositivo volador.




☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí

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