Cómo operan las estafas por WhatsApp
Las estrategias de fraude que afectan a WhatsApp siguen un patrón reconocible: los estafadores secuestran cuentas o agregan usuarios a grupos donde se promueven supuestas inversiones o empleos falsos. También usan mensajes de texto para iniciar el contacto y después trasladan la conversación a la aplicación.
Una vez que la víctima muestra interés, se le pide adelantar un pago para acceder a beneficios o ingresos prometidos. Como bien alerta Meta: «si hay que pagar por adelantado para ganar dinero, es una señal de alarma«.
Los centros de estafa y la explotación de personas
Gran parte de estas cuentas eliminadas estaban ligadas a centros de estafa en países como Myanmar, Camboya y Tailandia. Allí operan organizaciones criminales que, además de cometer fraudes, utilizan mano de obra forzada, muchas veces personas que son engañadas con falsas ofertas de trabajo y terminan retenidas contra su voluntad para ejecutar estas operaciones.
Meta ha colaborado con las autoridades y otras tecnologías como OpenAI, desarrolladora de ChatGPT, para desmantelar redes criminales que incluso usaban inteligencia artificial para redactar mensajes convincentes.
Un caso mencionado involucra a una banda en Camboya que usaba ChatGPT para crear instrucciones dirigidas a las víctimas, ofreciéndoles «dinero por dar me gusta» en publicaciones. Detrás de esto había un supuesto sistema de alquiler de scooters que en realidad era un esquema piramidal fraudulento.
Nuevas medidas de seguridad de WhatsApp
Para frenar esta ola de estafas, WhatsApp está implementando nuevas funciones de detección proactiva y advertencia. Entre ellas destaca una notificación que se activa cuando un usuario es añadido a un grupo por alguien que no está en su lista de contactos.
Este tipo de alerta ayuda a los usuarios a tomar decisiones informadas antes de interactuar con personas desconocidas. A eso se suma el uso de verificación en dos pasos, que refuerza la protección de la cuenta ante intentos de secuestro.
El rol de Meta en la prevención
Meta afirma que detecta y elimina cuentas sospechosas incluso antes de que se usen para cometer fraudes. Esta vigilancia proactiva forma parte de su estrategia de inteligencia artificial para anticiparse a comportamientos inusuales en sus plataformas.
Sin embargo, organizaciones de consumidores como Which? en Reino Unido han expresado que Meta debería ir más allá. Según Lisa Webb, experta en derecho del consumidor, los usuarios son inundados por anuncios fraudulentos no solo en WhatsApp, sino también en Facebook e Instagram.
La exigencia es clara: las tecnológicas deben asumir responsabilidad total por el contenido que aparece en sus servicios y prevenir desde el inicio la aparición de fraudes.
Recomendaciones para protegerse de estafas
Así como cerramos la puerta de casa, también hay que blindar nuestras cuentas digitales. Algunas medidas simples pero efectivas para evitar caer en estas trampas son:
- Activar la verificación en dos pasos en WhatsApp y otras apps.
- No confiar en mensajes que prometen dinero fácil o inversiones milagrosas.
- Verificar siempre la identidad del remitente, especialmente si pide dinero.
- Evitar hacer clic en enlaces sospechosos o unirse a grupos desconocidos.
- Reportar y bloquear cuentas sospechosas directamente desde la aplicación.
En lugares como Singapur, la policía está activamente advirtiendo sobre estas prácticas, instando a la ciudadanía a estar atenta a solicitudes inusuales o mensajes no solicitados.
La estafa como industria global
El fraude digital ya no es obra de individuos aislados, sino de estructuras criminales altamente organizadas que operan como verdaderas empresas, con «empleados», manuales de instrucciones y herramientas tecnológicas sofisticadas.
La lucha contra estas redes requiere de una colaboración internacional y de usuarios cada vez más informados. Es como enfrentarse a una plaga: si bien se pueden fumigar los focos, es esencial cerrar las ventanas por donde entran.
WhatsApp y Meta han dado un paso importante, pero la tarea de protegernos también está en nuestras manos.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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