26 de octubre de 2025

Descubren los orígenes ocultos del Templo de Karnak: un hallazgo que conecta paisaje, mitología y arqueología

Un pasado sumergido por el Nilo

Hace unos 4.000 años, la zona donde hoy se alzan las columnas de Karnak era un paisaje muy distinto. Situado a unos 500 metros al este del actual cauce del río Nilo, este terreno estaba marcado por inundaciones constantes que lo hacían inhabitable. Las primeras evidencias de ocupación humana no aparecen hasta aproximadamente el año 2300 a.C., durante el final del Imperio Antiguo.

El equipo internacional de investigadores perforó 61 testigos de sedimentos en el área, permitiendo reconstruir la evolución ambiental de la región. Al analizar también fragmentos de cerámica, lograron establecer una cronología precisa de los cambios fluviales que dieron lugar a una especie de isla natural: un promontorio elevado rodeado por canales del Nilo que, con el tiempo, se convirtió en el escenario ideal para edificar.

El nacimiento de una «isla sagrada»

El descubrimiento clave del estudio fue que el templo no se erigió al azar, sino sobre este punto alto del terreno, aislado por cursos de agua que lo delimitaban al este y al oeste. Esto no solo proporcionaba estabilidad estructural, sino también una poderosa carga simbólica.

La importancia del canal oriental, anteriormente ignorado por la mayor parte de la comunidad arqueológica, fue una de las grandes sorpresas del estudio. A diferencia de lo que se creía, esta vía fluvial fue incluso más prominente que la occidental en ciertas etapas, y perduró hasta la época romana. El equipo también halló indicios de que los antiguos egipcios intervinieron en el paisaje, rellenando zonas con arena para ganar espacio al río y ampliar el complejo ceremonial.

Un templo que recrea el mito de la creación

Más allá de su función religiosa y política, la ubicación del templo parece tener una dimensión mitológica profunda. Los textos del Imperio Antiguo describen cómo el dios creador emergió de las aguas primigenias como una colina sagrada, una «colina primordial». Esa imagen, recogida luego en el pensamiento del Imperio Medio, se ve reflejada en el monte sobre el que se fundó Karnak, que se elevaba entre las aguas tras el descenso de las crecidas anuales.

La elección del lugar podría haber sido una forma deliberada de representar físicamente esa cosmogonía. El templo, en este sentido, no sólo era un lugar de culto, sino una recreación tangible del nacimiento del cosmos egipcio, donde Amón-Ra se manifestaba sobre un terreno que emergía del caos acuático, como el universo mismo.

Ciencia y mitología en diálogo constante

Este hallazgo no habría sido posible sin un enfoque interdisciplinario. Geoarqueólogos, arqueólogos y especialistas en historia antigua trabajaron codo a codo para entrelazar datos científicos con relatos mitológicos. El estudio, publicado en la revista Antiquity, demuestra que la ciencia puede revelar cómo los antiguos egipcios no solo se adaptaban a su entorno, sino que lo comprendían, lo interpretaban simbólicamente y lo transformaban con fines espirituales.

Las nuevas dataciones también ajustan el calendario de la construcción del templo, indicando que la actividad inicial en la zona comenzó antes de lo que se pensaba. Las primeras cerámicas encontradas se remontan a entre 2305 y 1980 a.C., ampliando la historia del lugar más allá del clásico relato de la XVIII dinastía.

Lo que revela el subsuelo

Perforar el suelo de Karnak ha sido como hojear un libro escrito por el tiempo. Cada capa de sedimento revelaba información sobre el clima, los movimientos del río y la actividad humana. A través de estas evidencias, el equipo reconstruyó no solo cómo cambió el paisaje, sino también cómo se fue ampliando el templo durante tres milenios.

Este tipo de estudios, como el anterior publicado en Nature Geoscience en 2024, muestran cómo la evolución climática y la intervención humana han modelado el Valle del Nilo durante 11.500 años. El caso de Karnak se convierte así en un microcosmos de esta historia larga y compleja entre el ser humano y su entorno.

Una puerta abierta a nuevas preguntas

Este hallazgo no cierra el capítulo de la historia de Karnak, sino que lo abre a nuevas lecturas. Saber que el lugar fue elegido por su simbolismo y por su topografía particular invita a repensar otros templos egipcios bajo esta misma lógica. ¿Cuántos otros santuarios estarán también conectados con mitos fundacionales de forma física? ¿Qué otros secretos podrá revelar el subsuelo del Nilo?

Los investigadores, trabajando bajo la autorización del Ministerio de Antigüedades de Egipto y con el apoyo de instituciones como la Egypt Exploration Society y la Universidad de Southampton, han demostrado que la historia aún tiene muchas capas por excavar.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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