Microsoft tiene un problema de calendario y otro de comunicación. Han pasado casi dos meses desde que Windows 10 perdió su soporte oficial, dejando a millones de usuarios en un limbo de seguridad. Aunque Windows 11 ha logrado superar recientemente a su predecesor, la realidad es que la adopción sigue siendo una asignatura pendiente para los de Redmond. En este escenario, donde la claridad es vital para los rezagados, la compañía ha actualizado su documentación de hardware de la forma menos intuitiva posible. Ha sembrado el caos entre quienes intentan averiguar si su viejo PC es válido para actualizar.
Un laberinto de compatibilidad. Hasta hace poco, la documentación de Microsoft era explícita: buscabas tu modelo exacto y salías de dudas. Ahora, tal y como reportan medios especializados, esa especificidad se ha esfumado para la lista de chips compatibles. La nueva lista agrupa los procesadores por familias genéricas y redirige a la web del fabricante.
Esto obliga al usuario a investigar por su cuenta y además, genera ciertas situaciones absurdas: series completas como los «Celeron 3000» aparecen listadas como compatibles sin serlo. Esta familia, que fue lanzada hace una década, solo contempla un chip como compatible (el Celeron 3867U).
Borrando a los elegidos. La confusión también castiga ahora a los propios clientes de Microsoft. Procesadores que sí son compatibles han desaparecido del listado oficial, como es el caso del Core i7-7820HQ que monta el Surface Studio 2.
Este chip era una excepción que la firma hizo para su propio hardware (al ser un chip Kaby Lake no debería entrar), pero al eliminar la referencia, el mensaje implícito para el que posea este dispositivo premium es que ya no es apto. Curiosamente, las listas dedicadas a los procesadores AMD y Qualcomm (ARM) mantienen el detalle modelo a modelo.
El usuario resiste. Este cambio, que dado el contexto debería ser más intuitivo, llega cuando el mercado es tozudo. Se estima que hay unos 500 millones de PCs técnicamente capaces de ejecutar Windows 11 cuyos usuarios simplemente han elegido no actualizar.
Las barreras eran ya altas en su lanzamiento: desde la exigencia técnica del TPM 2.0 hasta la obsesión de Microsoft por forzar la cuenta online y sus servicios durante la instalación. Oscurecer ahora los requisitos básicos del hardware solo añade más fricción a una base de usuarios que ya se mostraba reticente de abandonar la estabilidad de Windows 10.
Un salvavidas con letra pequeña. Para quienes siguen atrapados en el sistema antiguo, la seguridad tiene un precio. Microsoft ha activado el programa de actualizaciones extendidas de seguridad para usuarios domésticos por primera vez: otorga un año extra de parches. Aunque en Europa la presión regulatoria ha logrado que este año adicional sea gratuito, es solo un parche temporal. Quienes no actualicen están ya usando un sistema operativo vulnerable, exponiéndose a riesgos de seguridad.
Los PCs con Windows 11 están cambiando desde su interior. En la foto, la Surface Pro 12 con chip ARM de Qualcomm. Imagen: Javier Penalva para Xataka ARM es otra opción. Resulta ciertamente paradójico que, mientras Microsoft descuida la claridad en su plataforma tradicional (chips x86), siga volcando recursos en su revolución ARM con los Snapdragon X para competir con Apple. La compañía busca dinamizar las ventas de equipos con Windows 11 apoyándose en la IA y en Copilot+.
Pero si la gestión de la compatibilidad en los millones de equipos actuales se vuelve un laberinto, la confianza del usuario para saltar a Windows 11 se erosiona. Para los más técnicos, herramientas de terceros como Flyoobe siguen siendo la vía de escape para actualizar sin restricciones.
La salida del laberinto. Mas allá del caos informativo, la hoja de ruta para el usuario que permanece en Windows 10 es clara: la solución ideal es dar el salto a Windows 11, un proceso que sigue siendo gratuito. Si el hardware se resiste a los requisitos oficiales, siempre queda la opción de los "trucos" para instalar el sistema en equipos no compatibles.
También se abre una nueva ventana para Linux: las distribuciones han simplificado enormemente su uso e instalación, y gracias a capas de compatibilidad como Proton de Steam, hasta la vieja excusa de la falta de videojuegos ha dejado de ser un impedimento real.
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La noticia Microsoft necesita que 500 millones de PCs salten a Windows 11. Su nueva lista de CPUs compatibles logra justo lo contrario fue publicada originalmente en Xataka por Pepu Ricca .
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