
En los últimos días, usuarios de ChatGPT han comenzado a reportar la aparición de mensajes al final de ciertas respuestas que sugieren conectar con marcas conocidas como Target o Peloton. Aunque a simple vista parecen anuncios integrados en la interfaz, OpenAI ha insistido en que no se trata de publicidad. La controversia está servida y, en medio de la confusión, surgen dudas sobre el futuro de la plataforma y la forma en que se monetizará.
El origen del conflicto: sugerencias no solicitadas
Todo comenzó cuando Tibor Blaho, un ingeniero que analizaba el código de la aplicación Android de ChatGPT, descubrió referencias a una funcionalidad relacionada con anuncios. En su interior aparecían términos como «ads feature», «bazaar content» y «search ads carousel». Aunque OpenAI no ha confirmado el desarrollo de un sistema publicitario, estas referencias bastaron para desatar una ola de sospechas.
Poco después, el desarrollador Benjamin de Kraker publicó una captura que mostraba un mensaje invitándolo a «comprar artículos para el hogar y comestibles» y conectar con Target. Esta sugerencia apareció sin relación alguna con la consulta original. De Kraker, quien es suscriptor de pago del servicio, calificó la situación de «mala y confusa».
OpenAI responde: no es publicidad, es el SDK de Apps
Ante el revuelo, empleados de OpenAI como Adam Goldberg y Daniel McAuley aclararon que las recomendaciones observadas por los usuarios no son anuncios tradicionales. Según explicaron, se trata de funciones del Apps SDK, una herramienta que permite integrar aplicaciones de terceros dentro de ChatGPT.
Este kit de desarrollo, actualmente en fase de prueba, está diseñado para que empresas y desarrolladores puedan crear experiencias personalizadas dentro del chat. Por ejemplo, una tienda podría permitir a los usuarios comprar directamente desde la conversación, o una app de ejercicios podría ofrecer clases según los intereses del usuario. La intención, aseguran, es enriquecer la interacción con herramientas útiles y relevantes.
Sin embargo, los usuarios no lo están percibiendo así. La forma en que estas sugerencias aparecen actualmente, sin contexto ni relación con el tema consultado, ha generado confusión. McAuley reconoció que la experiencia necesita mejoras: «la falta de relevancia hace que la experiencia sea mala o confusa», afirmó en redes sociales.
Un contexto de presión económica y competencia creciente
Las sospechas de publicidad encubierta también están alimentadas por el contexto económico en el que se encuentra OpenAI. La empresa quema miles de millones de dólares por trimestre y planea inversiones superiores al billón de dólares antes de 2030. Al mismo tiempo, el crecimiento en suscriptores de ChatGPT ha comenzado a estancarse, según datos de Apptopia y Deutsche Bank.
Con estos desafíos financieros en el horizonte, no sorprende que se explore la posibilidad de nuevas vías de monetización. Pero la implementación apresurada o poco clara de funciones que parecen anuncios podría poner en riesgo la confianza de los usuarios, especialmente de aquellos que pagan por una experiencia sin interrupciones comerciales.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, habría declarado un «código rojo» ante el avance de competidores como Google, lo que sugiere una etapa de reajustes y decisiones estratégicas intensas dentro de la compañía. En este escenario, la aparición de funciones que parecen publicidad, aunque se definan como integraciones de apps, genera tensiones con una base de usuarios que espera transparencia y calidad.
Asociaciones empresariales y percepción de favoritismo
La aparición de sugerencias como «conectar con Target» o «buscar clases con Peloton» coincide con asociaciones comerciales recientes. Target, por ejemplo, anunció el 19 de noviembre una alianza con OpenAI para permitir que los usuarios agreguen productos a su carrito mediante recomendaciones de ChatGPT.
Este tipo de colaboraciones puede tener mucho sentido en términos de innovación comercial, pero cuando el usuario percibe estas funciones como promociones disfrazadas, se rompe el delicado equilibrio entre utilidad y confianza. Si bien OpenAI asegura que no hay componentes financieros involucrados en estas recomendaciones, la relación temporal entre los anuncios de colaboración y la aparición de las sugerencias alimenta la sospecha.
Para muchos usuarios, la diferencia entre una recomendación contextual y un anuncio está en la intención y la transparencia. Y en este caso, la falta de explicaciones claras desde el inicio generó el efecto contrario: desconfianza y malestar.
El desafío de mantener una experiencia centrada en el usuario
A medida que ChatGPT evoluciona de un simple asistente de texto a una plataforma con funciones más amplias, la línea entre utilidad y publicidad se vuelve más difusa. Incluir integraciones con apps puede ser una mejora valiosa si está bien implementada, pero si las sugerencias aparecen sin relación con lo que se pregunta, o si parecen favorecer a marcas específicas, los usuarios pueden sentirse manipulados.
OpenAI está ante un dilema clásico de muchas empresas tecnológicas: monetizar sin alienar a su comunidad. La manera en que se resuelva esta situación marcará una diferencia crucial en la percepción de la marca. Tal vez sea el momento de explicar con mayor claridad el funcionamiento del SDK de Apps y dar a los usuarios más control sobre qué integraciones quieren activar o no.
Por ahora, queda por ver si estas sugerencias seguirán apareciendo y en qué condiciones. Lo que es evidente es que los usuarios están observando con lupa cada movimiento, y el margen para errores de comunicación es cada vez más estrecho.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
