Grooveshark ha sido uno de los servicios líderes en el streaming de música en los últimos años; muchos -la industria musical, principalmente- lo han catalogado como «el nuevo Napster». Y aunque este apodo está muy alejado de la realidad (Napster y Grooveshark sólo tienen sen común el hecho de centrarse en la música), es curioso cómo ambos se enfrentan a un fin parecido.
Este servicio ha sido blanco de muchas discográficas y, por ejemplo, EMI y Universal Music han emprendido acciones legales contra Grooveshark. En Alemania, la organización alemana de derechos de autor (Gesellschaft für musikalische Aufführungs- und mechanische Vervielfältigungsrechte) ha logrado que el servicio se cierre en el país germano. Y esto, por lo visto, ha sido sólo un aviso de lo que se viene.
Con esto en mente, los directivos de Grooveshark han hecho que el servicio se replantee sus rumbos, con lo cual anunciaron que Grooveshark se convertirá en un servicio de pago.
Ante las limitaciones que Spotify (excelente servicio, por supuesto) empezó a imponerle a los usuarios de su servicio gratuito, Grooveshark parecía la respuesta para los aquellos que querían escuchar música como mejor les pareciera y las veces que quisieran; pero al replantear su servicio y hacerlo de pago, se retira del mercado del streaming de música gratuito a uno de sus grandes.
El mensaje (que se puede ver arriba y aparece en algunos países), dice:
Nuestra visión de Grooveshark nunca incluyó la posibilidad de cargar con una cuota al usuario pero el aumento de los costes nos puede obligar a cerrar el servicio en tu país tal y como ha ocurrido en Alemania.Cuatro dólares mensuales, que es con lo que Grooveshark espera hacer suficiente dinero para pagar las compensaciones económicas que solicitan discográficas y todas las empresas alrededor de ellas que se quedan con una parte de la ganancia.
Necesitamos tu apoyo. Con la idea de permanecer abiertos, solicitamos a los usuarios que abonen 4 dólares al mes para acceder al servicio de Grooveshark.
Con tu ayuda podremos continuar operando en tu país con millones de canciones, listas de reproducción, favoritos, artistas destacados y todas las demás cosas que te gustan de nuestro servicio.
Gracias por apoyarnos y entenderlo.
Grooveshark
Y aquí es en donde hay que ponernos a pensar. ¿Es en serio esto un triunfo para alguna de las partes? ¿Ganan las disqueras? ¿Ganan los usuarios? ¿Ganan los artistas?
Me temo que no. No. Y no.
Las disqueras siguen enfrentándose a una realidad muy distinta a la que vivían en los años en que nacieron y se empezaron a convertir en los monopolios que son ahora. Muchos -productores y demás- alegarán que su trabajo es necesario; que es así como se logra dar un producto de calidad, pasándolo por los filtros de la gente que conoce del asunto y creando en el proceso una buena obra. Pero esto es una gran mentira. El modelo monopólico bajo el que esta industria (y otras) existe está condenado a la extinción y el boom de muchos artistas independientes y que se dan a conocer por Internet lo demuestra.
No será algo que veamos muy pronto; estamos viendo que la industria está peleando fuerte para seguir viva, muchas veces sin importarles los derechos de los usuarios del Internet, incluso queriendo pasar por encima de ellos. Y esto no debería ser así. Deberían ser ellos quienes se adapten a la realidad actual y no deberían tratar de hacer que el mundo cambie y gire alrededor de un modelo de negocios que para los estándares de hoy parecen importados de una época feudal.
Si el mercado del streaming de música por Internet existe, es por algo: porque el consumidor lo demanda.
Las discográficas, en lugar de hacer caso a los usuarios y crear un negocio en el que ambas partes ganen, está perdiendo y haciendo que los consumidores pierdan también; ellos puedan tener dinero de una cuota justa para el usuario, o vendiendo publicidad en un servicio de streaming propio, o aliándose verdaderamente con servicios del estilo, y no poniendo multas y cuotas increíblemente ridículas para que sus catálogos estén incluidos en X servicio (como pasa con Spotify).
El gran problema de este tipo de industrias es que ha ganado muchísimo dinero durante muchísimo tiempo a partir de la explotación (y muchas veces creación) de artistas. Es mucha la gente que tiene que ganar dinero de la venta de música que ellos no ayudan a crear directamente. Y estos gastos son cargados al consumidor. Muchas veces los artistas mismos son los que menos ganan.
Quizás es por eso que pasan cosas como la del iPod de los ocho mil millones de dólares Es una pena entonces que veamos como este servicio sucumbe ante las demandas de instituciones arcaicas en lugar de ver cómo ellas se ajustan a lo que la realidad moderna les pide. Aún así, no dudo que pronto podamos ver una revolución en esta industria, aunque para que esto suceda, tendrá que nacer de los mismos artistas y usuarios.
Por el momento, un adiós a Grooveshark como lo conocemos. Y será hora de que la industria del entretenimiento se pregunte ¿en serio ganamos cuando hacemos cosas así?
☛ El artículo completo original de zapata131 lo puedes ver aquí
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