La poesía y la astronomía se parecen en algo: tanto el quehacer poético como el explorador-astrónomo tratan de despejar las nubes que ofuscan la consciencia para mostrar imágenes que son incógnitas. Además astrónomos y poetas, unos con sus mapas del cosmos y otros con sus mapas imaginarios, sienten el mismo anhelo: ir al encuentro del universo. Por Isel Rivero (*).

"Pastor soy de estrellas, como si tuviera a mi cargo apacentar todos los astros fijos y planetas. Las estrellas en la noche son el símbolo de los fuegos de amor encendidos en la tiniebla de mi mente. Parece que soy el guarda de este jardín verde oscuro del firmamento, cuyas altas yerbas están bordadas de narcisos. Si Tolomeo viviera, reconocería que soy el más docto de los hombres en espiar el curso de los astros", Ibn Hazm, Córdoba, siglo X.
"La luna se ha puesto y las Pléyades después. Es medianoche. El tiempo pasa. Duermo sola", Safo de Lesbos, sigl...
"La luna se ha puesto y las Pléyades después. Es medianoche. El tiempo pasa. Duermo sola", Safo de Lesbos, sigl...
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
☛ El artículo completo original de Isel Rivero lo puedes ver aquí.

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