Aunque el número de creyentes es abrumador en la población mundial, la religiosidad es inversamente proporcional al nivel de inteligencia. Los ateos son más inteligentes y mayoritarios entre los científicos. Por Eduardo Costas (*).
Tener fe es creer en algo que no se puede comprobar si es, o no, verdad.
Este acto de dar crédito a una convicción, sin pruebas racionales que la avalen, e incluso con fuertes evidencias en su contra, es la esencia de las creencias religiosas. También de las supersticiones.
Y es lo contrario de la ciencia.
Esencialmente la religión se basa en creer, sin prueba alguna, en la palabra "revelada": Dios descubre su plan a través de la Biblia, el Corán, o cualquier otro de los más de 4000 libros sagrados que sirven de fundamento a las aproximadamente 4200 religiones diferentes que se practican hoy en día.
También transmite su mensaje a través de decenas de miles d...
Este acto de dar crédito a una convicción, sin pruebas racionales que la avalen, e incluso con fuertes evidencias en su contra, es la esencia de las creencias religiosas. También de las supersticiones.
Y es lo contrario de la ciencia.
Esencialmente la religión se basa en creer, sin prueba alguna, en la palabra "revelada": Dios descubre su plan a través de la Biblia, el Corán, o cualquier otro de los más de 4000 libros sagrados que sirven de fundamento a las aproximadamente 4200 religiones diferentes que se practican hoy en día.
También transmite su mensaje a través de decenas de miles d...
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
☛ El artículo completo original de Eduardo Costas lo puedes ver aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario