La crisis del coronavirus evoca la experiencia de Chernóbil: en ambos casos la incompetencia política desencadena una crisis sanitaria que plantea un cambio de modelo. Es el reto que nos quedará después del Covid-19, cuando podamos volver a reunirnos para decidir qué hacer después de nuestro Chernóbil.

La crisis del coronavirus debemos contemplarla como la primera de una cadena de episodios críticos que ocurrirán en los próximos años y décadas.
No solo estamos ante una pandemia, sino ante una crisis global que se prolongará en el tiempo y que está caracterizada por dos vectores: el cambio climático y la polarización social.
Los síntomas de esta crisis se han multiplicado con el paso del tiempo y tienden a agravarse: la escalada de la temperatura global y de los movimientos migratorios son claros ejemplos de la nueva realidad.
Ambos vectores tienen un denominador común: representan una seria amenaza, tanto par...
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
☛ El artículo completo original de Eduardo Martínez de la Fe lo puedes ver aquí.

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