Los robots ahora pueden saltar en una amplia gama de terrenos, gracias a una reciente investigación.
Mediante aquel estudio se descubrió que los mecanismos de cierre existentes, que se consideraban interruptores de «encendido» o «apagado» para liberar la energía almacenada, también se pueden utilizar para controlar el rendimiento del salto de los robots.
Descubren cómo robots pueden aprovechar la conformidad de sustratos blandos para saltar
Sarah Bergbreiter, profesora de Ingeniería Mecánica de la Universidad Carnegie Mellon, utilizó junto a su equipo un modelo matemático para demostrar cómo el pestillo juega un papel crucial en la capacidad del sistema para adaptar su rendimiento de salto. Después de realizar pruebas, se descubrió que el pestillo no solo puede mediar en la producción de energía, sino que también puede mediar en la transferencia de energía entre el robot y el entorno desde el que salta. El pestillo redondo, en particular, permite retrasar el salto y aprovechar el retroceso del sustrato.
El equipo de Bergbreiter también probó el robot en un entorno natural, específicamente en la rama de un árbol. La observación demostró cómo la rama retrocedía antes de que el saltador despegara, permitiendo que el robot recuperara parte de la energía perdida inicialmente por la rama del árbol. Además, se descubrió que un pestillo afilado a veces superaba a su pestillo redondeado, lo que permitía al robot controlar la energía de forma más eficiente.
El trabajo de Bergbreiter es significativo ya que permite construir robots pequeños y funcionales que pueden moverse en diversos entornos. Los robots que saltan se estudian tradicionalmente en superficies rígidas, pero diseñar un robot que pueda funcionar de manera eficiente en sustratos blandos es un gran paso para la robótica. Además, el descubrimiento del espacio de diseño natural es útil para los biólogos que buscan comprender cómo los organismos biológicos, como los saltamontes, pueden controlar su producción de energía al saltar a través de la hierba.
El avance de Bergbreiter y su equipo significa que ahora es posible diseñar robots controlados del tamaño de un insecto, lo que antes era casi imposible porque estos se lanzan en solo milisegundos. Ahora, los robots pueden saltar uno o tres pies, o simplemente saltar constantemente a pesar de la amplia variación en el sustrato.
El estudio de Bergbreiter, que tiene implicaciones significativas para la robótica y la biología, fue publicado en el Journal of The Royal Society Interface. El pestillo, algo que ya se necesitaba en los robots, ahora se puede utilizar para controlar salidas que antes no se podían controlar. Es un paso importante hacia la creación de robots cada vez más avanzados y adaptables.
☞ El artículo completo original de Nicolás Verdejo lo puedes ver aquí
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