18 de abril de 2023

¿Puede el 5G mejorar realmente las aplicaciones que alimentan los sistemas no tripulados?

Desde hace años, la sociedad, la comunidad empresarial y los gobiernos han esperado pacientemente a que los drones cumplan por fin sus primeras promesas. Sin duda, los drones ya se han hecho un hueco en la sociedad. Hoy en día, los drones distribuyen medicamentos, inspeccionan tuberías, vigilan cultivos y ayudan a los servicios de emergencia a explorar con seguridad las zonas de peligro. Sin embargo, hasta ahora, una combinación de obstáculos normativos y tecnológicos ha impedido que la tecnología alcance todo su potencial, especialmente en lo que respecta al uso empresarial. 

Gracias al actual despliegue del 5G, la quinta y más reciente generación de redes móviles de banda ancha, el desarrollo de los drones muestra signos de dar un gran salto adelante. Esto se debe a que en todo el mundo, decenas de empresas, organismos gubernamentales y científicos han empezado a recurrir al 5G para obtener un rendimiento extraordinariamente mejorado de sus drones, o crear aplicaciones innovadoras que ayuden a los drones a aprovechar las capacidades enormemente ampliadas del 5G. 

En abril de 2022, una compañía eléctrica australiana probó con éxito la capacidad de un dron con tecnología 5G para ayudar a restablecer el suministro eléctrico. La empresa equipó el dron con conectividad en la nube, inteligencia artificial y una cámara UHD que proporcionó imágenes a los gestores que les ayudaron a evaluar los daños. En caso de que una tormenta derribase las líneas eléctricas o causase otros daños, el dron demostró que podía proporcionar información valiosa para ayudar a determinar qué trabajadores, equipos y materiales serían necesarios para realizar las reparaciones. 

Si nos vamos a Asia, tenemos el caso de una empresa de telecomunicaciones en Corea, la cual desplegó, poco después de la pandemia, un robot con conexión 5G y lámpara ultravioleta para desinfectar superficies y comprobar la temperatura corporal de los visitantes. 

En EEUU, el pasado otoño, se anunció en el estado de Nueva York la creación de un corredor entre las ciudades de Roma y Siracusa que actuaría como el primer campo de pruebas del país para vehículos aéreos no tripulados que se apoyan en redes inalámbricas 5G. Para explicar las razones de la inversión, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, citó numerosas industrias y servicios públicos que se beneficiarían del desarrollo de los drones con tecnología 5G, como la agricultura, la gestión forestal, el transporte y la seguridad pública. 

La innovación a la que permite llegar la 5G no aparecerá de la noche a la mañana. Es más, en anteriores actualizaciones de la tecnología de redes móviles, hemos visto cómo el progreso se produce por fases. Lo que es diferente en el caso del 5G es que la tecnología ha incluido muchas mejoras nuevas en esta generación, como más velocidad, mayor capacidad, mayor cobertura y menor latencia. 
 

Supercarga de la evolución de los drones con el 5G 

En pocas palabras, el 5G ha comenzado a fomentar la aceleración de la evolución y progreso de los drones. Desde que Jeff Bezos, CEO de Amazon, anunció su intención de hacer realidad la entrega en 30 minutos con drones, el apetito del público por todo lo relacionado con los drones ha sido insaciable. Sin embargo, en los nueve años transcurridos desde entonces, el plan de Amazon de dispersar legiones de vehículos aéreos no tripulados (UAV) para entregar productos a los consumidores aún no ha despegado. 

Parte del problema es que, durante ese tiempo, las autoridades han estudiado cómo garantizar la seguridad de los vuelos de los drones en las ciudades. Uno de los requisitos establecidos que ha sido especialmente difícil de superar para los posibles servicios de entrega con drones. 

La normativa vigente actualmente en materia de drones regulada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea exige que los operadores humanos mantengan contacto visual con los drones y que no vuelen a más de 120 metros de altura. Eso maximiza el alcance de un dron a varias manzanas de la ciudad, demasiado poco para el reparto a domicilio. Uno de los temores existentes era que un operador pudiera perder el contacto con el dron, y por lo tanto, el control de la nave, permitiendo que se estrellara contra cualquier cosa o persona.

No obstante, ya se está avanzando bastante en la materia en nuestro país dado que empresas como Telefónica, junto con Red.es, Ericsson, Gradiant y Correos, están participando en un proyecto piloto pionero de entrega de paquetes con drones en entornos urbanos. Esta iniciativa busca investigar para un futuro no tan lejano en el que estos drones sean inteligentes, autónomos y conectados. 
 

La dinámica cambia cuando entra en escena el 5G

Dado que el 5G proporciona una conectividad más fiable y tiempos de respuesta más rápidos -lo que significa que un dron recibe y actúa más rápidamente tras recibir las órdenes del piloto-, la tecnología permite a los operadores de drones controlar con seguridad los vehículos aéreos no tripulados a través de la línea de visión virtual (VLOS – Visual Line of Sight). La idea de la VLOS está ganando adeptos entre las autoridades de aviación de numerosos lugares del mundo y, si se lleva a cabo, representaría un gran avance para las empresas de entrega de drones. 

En esta línea, los operadores estadounidenses de aviones no tripulados recibieron el año pasado una buena noticia al respecto. En abril, la administración del Presidente Joe Biden pidió ayuda al Congreso para ejecutar un plan que intentaría reducir los riesgos que plantean los aviones no tripulados, así como establecer normas “claras para sus usos legales”. En este ámbito, siempre cuanta más claridad aporten los reguladores, mejor.
 

Las actualizaciones de tecnologías de redes móviles conducen a la innovación

Mientras que el sector del transporte no se detiene, otros sectores  como la televisión, la agricultura y las empresas de logística, han empezado a ver un enorme potencial en la menor latencia que ofrece el 5G.

Según profesionales de la compañía Proximus, las empresas que dependen de los vehículos aéreos no tripulados para supervisar las cosechas o proporcionar vigilancia de seguridad a través de un almacén masivo han comenzado a aprovechar las redes privadas con tecnología 5G para reducir los retrasos y la fluctuación que a veces se producen en las transmisiones de vídeo entregadas a través de redes más lentas.

En una red 5G privada, la latencia en la entrega del vídeo puede bajar de 500 milisegundos a unos 70 milisegundos. En este sentido, los tiempos de respuesta mejoran aún más cuando se aprovecha el edge computing.

Ahora mismo, una empresa de logística belga está probando el uso de un dron, que funciona en una red privada 5G, para escanear códigos QR como parte de la gestión de los inventarios. El dron escanea y recupera la información y la envía donde se registra automáticamente. Durante el tiempo de procesamiento, que puede durar algunos segundos, el dron no hace nada más que revolotear, lo que desperdicia la energía de la batería. Por esto al mejorar la conectividad se hace un uso mucho más eficiente de la batería del dron.

En la actualidad, si se añadiera una unidad de cloud/edge computing a la mezcla, todas las tareas de computación podrían sacarse fuera del dron. En esta situación, como el dron no tiene mucho más que hacer que volar, puede permanecer en el aire más tiempo antes de necesitar una carga. La mayor duración de la batería permite que todo el concepto se amplíe. Las actualizaciones de la tecnología móvil estimulan la innovación. Esto es coherente con lo que hemos visto tras el lanzamiento de anteriores generaciones de redes.

Estamos en el umbral de la siguiente fase de desarrollo de la tecnología de los drones. Parte de lo emocionante de los drones es que nadie sabe cómo evolucionará la tecnología. Por ahora, lo único cierto es que para que los drones alcancen su potencial, tendrán que seguir asociándose con múltiples partes interesadas, entre ellas las redes móviles. 

Ya lo hemos visto antes. El desarrollo de los acontecimientos tras una actualización de la tecnología celular suele ser el siguiente: los primeros en adoptarla acumulan experiencia y luego se adelantan a sus competidores desarrollando aplicaciones pioneras que les proporcionan ventajas competitivas. La última etapa es triste; cuando se trata de adopción e innovación, los que arrastran los pies pierden oportunidades críticas.

Por Daniel Morros, Sales Engineer en Cradlepoint Iberia



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