En una reciente publicación de Eric Horvitz, Chief Scientific Officer en Microsoft, se destaca un avance sorpren dente en el campo de la inteligencia artificial, específicamente en el uso de GPT-4. Esta noticia, más allá de ser una simple actualización tecnológica, marca un hito en cómo la IA puede adaptarse a campos altamente especializados, como la medicina, transformando nuestras percepciones y expectativas sobre sus capacidades.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo GPT-4, un modelo generalista desarrollado por OpenAI, ha logrado superar a modelos especializados en medicina. Lo interesante aquí es que GPT-4 no requiere un ajuste fino específico para estas tareas. Esto significa que estamos ante una flexibilidad y capacidad de adaptación nunca antes vistas en modelos de IA.
La estrategia Medprompt es una combinación de técnicas de prompting que han mejorado notablemente la precisión de GPT-4 en problemas médicos. Esta estrategia incluye selección de ejemplos basada en kNN, generación de pensamiento en cadena por parte de GPT-4 y ensamblaje con reordenamiento de opciones de respuesta. Es fascinante cómo estas técnicas, aparentemente «sencillas», pueden potenciar tanto la precisión en un campo tan delicado y complejo como la medicina.
GPT-4 no solo destaca en tareas médicas. Sus habilidades van más allá, demostrando una capacidad polimatética que incluye la abstracción, generalización y composición. Este modelo es capaz de tejer conceptos a través de distintas disciplinas, algo que hasta ahora parecía exclusivo de la inteligencia humana.
Un aspecto crucial de este avance es la reducción de la dependencia del fine-tuning. Tradicionalmente, para lograr un rendimiento óptimo en tareas específicas, era necesario ajustar los modelos de IA con datos especialmente curados. GPT-4, con sus estrategias de prompting, está cambiando este paradigma, ofreciendo una alternativa más eficiente y accesible.
Microsoft está integrando estos avances en sus productos y servicios, con un enfoque especial en la seguridad, fiabilidad y usabilidad. Esto no solo demuestra la viabilidad de estas tecnologías, sino también su potencial para transformar cómo interactuamos con las herramientas digitales en nuestro día a día.
Las técnicas de prompting no se limitan al campo médico. Han mostrado ser efectivas en una variedad de exámenes de competencia profesional en campos como la ingeniería eléctrica, el aprendizaje automático, la filosofía, la contabilidad, el derecho y la psicología.
Un aspecto que considero fundamental es cómo estos avances en IA pueden democratizar el acceso a capacidades avanzadas, especialmente para organizaciones más pequeñas y medianas. Estamos ante una oportunidad única de expandir el alcance y la aplicabilidad de la inteligencia artificial en diversos sectores, sin la necesidad de recursos prohibitivos.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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