La prosopometamorfopsia (PMO) es una afección poco común que disto rsiona la percepción de los rostros, convirtiéndolos en visiones que algunos describen como «demoníacas». Este trastorno afecta la manera en la que vemos las caras, alterando sus características hasta el punto de no reconocerlas. Es un fenómeno fascinante y, al mismo tiempo, inquietante que arroja luz sobre cómo nuestro cerebro procesa los estímulos visuales específicos de los rostros humanos.
Entendiendo la prosopometamorfopsia
La prosopometamorfopsia se caracteriza por una distorsión en la percepción de los rostros. Los individuos que sufren de esta condición ven las caras de manera deformada: ojos angostos, sonrisas terroríficas y orejas puntiagudas son algunas de las descripciones comunes. A diferencia de la prosopagnosia, donde la persona no puede reconocer rostros, en la PMO, estos se perciben de manera distorsionada.
Una de las particularidades más intrigantes de la PMO es la especificidad de su efecto. Mientras que en el mundo real los rostros se ven alterados, las imágenes en pantallas o papel se perciben sin cambios. Esta peculiaridad sugiere que la condición afecta de manera selectiva nuestra interacción con el entorno tridimensional, manteniendo intacta la capacidad de reconocer rostros en medios bidimensionales.
Un estudio revelador
Recientemente, un estudio llevado a cabo por investigadores de Dartmouth College ha logrado avanzar en la comprensión de esta afección. Utilizando la colaboración de un paciente con una variante única de PMO, los científicos pudieron recrear digitalmente las distorsiones percibidas por esta persona. Las imágenes resultantes, que el paciente confirmó como representaciones fieles de su visión alterada, ofrecen una ventana directa a la experiencia de quienes viven con esta condición.
Este enfoque permite vislumbrar el mundo a través de los ojos de alguien con PMO. El estudio resalta la importancia de diferenciar entre trastornos neurológicos y psiquiátricos para evitar diagnósticos erróneos y tratamientos ineficaces. En el vídeo superior tenéis más detalles sobre el tema.
La prosopometamorfopsia puede ser un trastorno desconcertante no solo para quienes lo experimentan sino también para los profesionales médicos. Los diagnósticos erróneos de enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia, son comunes, lo que subraya la necesidad de una mayor concienciación sobre esta y otras condiciones neurológicas similares.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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