Vas de viaje con total tranquilidad con tu coche. Estás escuchando la radio local y, de pronto, ves un cartel en la carretera. Pasamos por cientos de señales y carteles cuando viajamos, pero este tiene algo diferente, algo que nos avisa de un peligro distinto. Uno que dice "Mina subterránea ardiendo. Andar o conducir por esta área puede provocar heridas graves o la muerte. Hay emanaciones de gases peligrosos y el suelo es propenso a colapsos repentinos".
Precisamente, ese es el cartel de bienvenida a Centralia, una pequeña ciudad minera fundada en 1841 cuyo subsuelo lleva más de 60 años ardiendo, convirtiendo la ciudad en una pesadilla. Es un Infierno en la Tierra que ha inspirado historias de terror como la de 'Silent Hill' y que tiene una minúscula comunidad que se negó a abandonar la ciudad pese a todos los peligros y que sólo saldrá de la misma cuando mueran.
El incendio no está cerca de extinguirse y esta es su historia.
Centralia antes del desastre
Como muchas otras ciudades en Estados Unidos, Centralia es fruto de la venta de tierras entre los nativos norteamericanos, los colonos, los bancos y el propio estado. Y, como muchos pueblos norteamericanos, la ciudad comenzó a florecer cuando se encontró un tesoro subterráneo. Carbón, en este caso.
Sí, en 1854 se construyó el ferrocarril 'Mine Rust' para transportar el carbón y, en 1856, se abrieron las dos primeras minas. Entre 1860 y 1863 se abrieron otras tres minas y el pueblo alcanzó su pico de población en 1890. Con 2.761 habitantes, la ciudad era prácticamente minera y, quien no estaba trabajando en la industria del carbón, regentaba uno de los cinco hoteles o una de las 27 tabernas. También tenía 14 tiendas, un banco, siete iglesias y una oficina de correos.
Desde ese punto, Centralia fue cuesta abajo. La Primera Guerra Mundial golpeó la industria minera debido a que los jóvenes se alistaron para ir a Europa. El crack de 1929 provocó el cierre de cinco de las minas, pero eso no impidió que mineros clandestinos continuaran trabajando en las minas utilizando técnicas tan poco seguras que ocasionaron el derrumbamiento de muchos túneles.
La ciudad no iba a recuperar su gloria, pero se seguía extrayendo carbón, se fundaron escuelas primarias y una de secundaria y parecía que la industria se mantenía… hasta 1960, cuando muchas de las empresas mineras cerraron y el servicio ferroviario cesó en 1966. El causante de la decadencia de Centralia fue un incendio subterráneo que continúa activo.
Infierno bajo la ciudad
Hay varias teorías sobre el origen de este incendio, pero aunque hay quien no se pone de acuerdo, hay dos con cierto peso. La primera es que, en un intento por limpiar el vertedero municipal, en mayo de 1962 el ayuntamiento contrató a cinco bomberos voluntarios para limpiarlo. Este vertedero estaba ubicado cerca de una de las minas y, cuando terminaron, los bomberos prendieron fuego al vertedero.
Es algo que ya habían hecho años anteriores, pero en esta ocasión, el fuego no se extinguió por completo y se cuenta que una abertura no sellada a la mina permitió la entrada al fuego, que se viralizó alimentándose de las decenas de pasadizos y túneles interconectados y llenos de carbón.
La otra teoría es que el incendio se había ocasionado un día antes, antes de que los bomberos prendieran fuego a la basura. Junto a los desechos, uno de los recolectores arrojó cenizas calientes o carbón desechado de los quemadores, lo que provocó el incendio. De la manera que sea, también hubo un fallo por parte de la ciudad, ya que una barrera de arcilla debería haber estado completada para evitar accidentes y… no lo estaba.
Así, sea cierta una teoría o la otra, lo que se sabe es que las brasas penetraron en la mina a través de una veta de carbón, lo que originó el incendio. Y, curiosamente, durante años no se le prestó demasiada atención. En 1979, el alcalde (y propietario de una gasolinera) midió el nivel de combustible de uno de los depósitos y, al sacar la varilla, se dio cuenta de que estaba muy caliente.
El punto culminante fue en 1981, cuando se abrió repentinamente un pozo de 46 metros de profundidad que estuvo a punto de tragarse a un niño de 12 años que jugaba en el patio de una casa. A través del hoyo emanaba vapor y, tras analizarlo, se descubrió que contenía un nivel letal de monóxido de carbono. En ese momento, los vecinos empezaron a debatir sobre qué había que hacer, pero el incendio subterráneo se siguió manifestando y, tras siete millones de dólares gastados en intentar detenerlo, el Congreso de los Estados Unidos asignó otros 42 millones para reubicar a los residentes.
Casi todos aceptaron, pero hubo algunos que resistieron pese a que se demolieron edificios y otros eran tragados por el suelo, a la vez que había roturas de carreteras y vapores letales saliendo del suelo. En 2002 se eliminó el código postal del pueblo y, para 2021, sólo vivían cinco personas en Centralia, que seguirán viviendo ahí hasta su muerte, tras la cual el Gobierno tendrá los derechos de las viviendas y podrá demolerlas o hacer lo que quieran.
Actualmente, el incendio se extiende en una zona de 160 hectáreas y se estima que seguirá ardiendo durante otros 250 años.
Silent Hill en la vida real
Actualmente, es una ciudad prácticamente fantasma, un municipio atrapado en el tiempo rodeado de señales de advertencia que indican toxicidad en el ambiente y los suelos inestables. Hay otras que advierten sobre ese incendio subterráneo, pero no hay carreteras que pasen por el pueblo debido a que la Ruta 61 se clausuró, construyendo una circunvalación.
Y, si te suena la historia de Centralia, puede ser porque hayas jugado a los videojuegos de 'Silent Hill' y te recuerde a ella. En los juegos, diferentes protagonistas van a parar a una ciudad fantasma en la que la niebla domina el lugar y nieva de vez en cuando. Sus responsables podrían haberse inspirado en Centralia, aunque es algo que han negado en más de una ocasión.
Lo innegable es que la adaptación al cine del videojuego (la 'Silent Hill' de 2006) sí está evidentemente inspirada en Centralia. Hay muchas similitudes en la historia y la estética, con ese pueblo minero abandonado, el subsuelo ardiendo, la carretera cortada, la desviación de la misma y el hecho de que, en lugar de nevar como en el videojuego, llueve ceniza.
Y los guionistas de la cinta no hicieron mal en inspirarse en algo así, ya que una ciudad que tiene un subsuelo infernal y que continuará ardiendo durante los próximos dos siglos es una historia tan fantástica que parece mentira, pero que no lo es.
Imágenes | JohnDS, Z22, Vasiliy Meshko, Brian W. Schaller, Codyrt
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La noticia Centralia es una ciudad con el Infierno bajo sus pies. Lleva 60 años ardiendo y está lejos de apagarse fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí
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