23 de noviembre de 2024
Tristemente, me vi muy identificado en la figura de ese usuario frustrado. Y la mitad de las aplicaciones que usa tienen un diseño que me suena bastante. El principal problema es que no te puedes desenganchar de la noche a la mañana.
Trabajando para completar una app
No soy una persona minimalista. Lo he intentado, pero me encanta coleccionar videojuegos y consolas. También me gustan un montón de cosas más, así que aunque veo muchos vídeos de estilos de vida minimalistas, hace tiempo que me bajé del barco de intentar ser lo que no soy.
Sin embargo, creo que hay varios tipos de minimalismo y uno que me está permitiendo ser más productivo es el digital. No es sencillo, ya te digo, y voy a poner como ejemplo mi propio trabajo. Antes de empezar con esto del minimalismo, utilizaba las siguientes aplicaciones:
- Airtable - Gestión de calendario de publicación de artículos.
- Fantastical - Calendario.
- Spark - Gestión del correo.
- Asana - Gestión de proyectos (antes usaba Trello) y fechas límite.
- Todoist - Listas de cosas por hacer.
- Notion - Escribir artículos.
- Hoja de cálculo - Recuento de los artículos escritos.
- Google Keep - Apuntar ideas que se me ocurren fuera de casa gracias a su widget.
- Apps de pomodoro.
Todo eso para el trabajo, ya que en mi vida personal también usaba unas cuantas. Son aplicaciones geniales a las que se puede sacar mucho más partido del que yo hacía. Muchas son tremendamente versátiles, pero yo usaba una sola cosa de cada una de ellas. La primera vez que las abrí, recuerdo pasar horas configurando cada rincón, añadiendo páginas nuevas para potenciar mi productividad y dejándolas preciosas porque, en definitiva, me iban a hacer más productivo.
Lo consiguieron, pero sólo en lo que a "rellenar" esas aplicaciones se refiere. A lo largo de la jornada, pasaba demasiado tiempo completando celdas y tareas de esas aplicaciones, lo que aumentaba mi tiempo laboral frente a la pantalla. En definitiva: trabajaba para la aplicación, no la aplicación para mí.
Y ahí estaba mi error.
La verdadera salud
Si estás en esa situación, seguro que sabes de lo que estoy hablando y, como digo, la transición no fue sencilla, pero mi decisión fue desinstalar todo lo que fuera una alternativa a una app nativa y probar qué tal me iba durante una semana.
Así, me quedé con:
- Notion - Para escribir, organización de proyectos y como hoja de cálculo.
- Mail nativo - No necesita explicación.
- Recordatorios - La app nativa del iPhone por Todoist.
- Calendario - En lugar de Fantastical y como sustituto a Asana.
- Notas - Para apuntar esas ideas rápidas, listas de la compra, etc.
- Modos de concentración del iPhone. Esto es importante.
No sólo son menos apps, sino que ya no tengo aplicaciones repetidas porque he ido desinstalando las demás. Y eso en el móvil, pero en el PC o Mac me ocurre lo mismo y uso las apps nativas o las versiones web de las apps que acabo de comentar. De hecho, la única aplicación que he descargado de la Store es Notion y lo que he hecho es aprovechar más lo que me ofrece cada app.
En lugar de usar una nueva para cada tarea, utilizo las nativas y Notion para más cosas. Puede sonar estúpido por mi parte en un primer momento ir en la otra dirección, pero al final son aplicaciones hechas para eso: tienen diseños muy cuidados y atractivos para que queramos usarlas todas. Todas son todoterreno, pero extremadamente buenas para una cosa concreta y lo que terminamos teniendo es una galaxia de apps multifunción que usamos para una sola cosa.
Como digo, eso estaba matando mi productividad porque pasaba horas completando listas de tareas que debía realizar y, cuando no llegaba a los objetivos, me frustraba, todas las apps me mostraban iconos rojos recordando que no había llegado y eso me hacía pasar más tiempo en esas apps reorganizando las tareas con la esperanza de llegar la próxima semana.
Sin esa "presión", estoy trabajando mejor. No me hace falta una app de pomodoro si me quiero concentrar en una tarea durante un determinado tiempo porque no tengo mucho que hacer más allá de estar enfocado en esa tarea. No tengo que actualizar una etiqueta con el estado de la misma (si está pendiente, si la he empezado, si me falta maquetar o si la he terminado). Simplemente, está hecha… o no.
Y lo mismo con el resto de apps. En el móvil tengo Mail y en el Mac la misma app, ya instalada, por lo que si por lo que sea tengo que usar otro Mac, esa app ya está y sólo tengo que meter mi cuenta. Y así con todas excepto con Notion. Además, hay aplicaciones interconectadas, como Recordatorios y Calendario, sin necesidad de dar permisos entre aplicaciones de diferentes compañías (y los riesgos a la seguridad que implica).
En definitiva, considero que las aplicaciones de productividad son geniales (y ahora que están integrando diferentes usos de la IA, más). Están ahí y son tan populares por un motivo, pero en lo personal, tras usarlas durante años, he descubierto que lo que mejor me va son las apps que ya tengo. Es, incluso, algo que podría calificar como la ironía de las aplicaciones de productividad.
Y me he centrado en iOS, pero en Android más de lo mismo. De hecho, en el sistema de Google es algo mejor porque podría olvidar Notion, ya que tengo Hoja de Cálculo y Docs listos para usar. Pero bueno, es lo que tiene estar muy dentro del ecosistema de Apple.
Si estás en esa situación que describía al principio, te sientes identificado con la imagen que compartía mi compañero Lacort y has llegado hasta aquí, te animo a que pruebes esa “productividad minimalista”. Al menos durante unos días. Si no te funciona, siempre puedes volver atrás, aunque hay quien lo disfruta. Mi compañero Lacort, sin ir más lejos.
Imagen | Xataka
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La noticia He desinstalado todas las apps de productividad de mi teléfono. Ahora soy mucho más productivo fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí