Qué es la terapia de reminiscencia
La terapia de reminiscencia es una técnica empleada desde hace años en el tratamiento de personas con demencia. Consiste en estimular recuerdos del pasado a través de fotografías, música, objetos personales o cualquier otro recurso que facilite la evocación de experiencias significativas. El objetivo es fomentar la comunicación, mejorar el estado de ánimo y mantener activas las funciones cognitivas.
Sin embargo, esta metodología tiene una limitación importante: muchas veces, no existen registros físicos de ciertos recuerdos. No todas las vivencias fueron capturadas en fotos o grabadas en cintas, especialmente si hablamos de recuerdos de hace 60 o 70 años. Aquí es donde entra en juego la IA.
El papel de la IA en la evocación de recuerdos
La iniciativa Synthetic Memories, impulsada por Google Arts & Culture, el estudio creativo Domestic Data Streamers y el investigador Alex Mihailidis (Director Científico de AGE-WELL y profesor de la Universidad de Toronto), plantea una alternativa innovadora: usar modelos generativos de imagen y video para recrear recuerdos que nunca fueron registrados visualmente.
En lugar de depender de álbumes de fotos, la idea es trabajar directamente con la persona para obtener descripciones detalladas de momentos importantes de su vida. Con esa información, se crean prompts que alimentan herramientas como ImageFX y VideoFX, desarrolladas por Google, que generan visualizaciones con una estética onírica, más cercanas a la esencia del recuerdo que a una representación exacta.
Un ejemplo: Edward y sus recuerdos de juventud
Uno de los casos documentados es el de Edward, un hombre diagnosticado con Alzheimer. El equipo lo entrevistó para recoger memorias detalladas de su juventud. Una de ellas fue cuando hizo autostop en España con un amigo. Aunque no existía ninguna foto de ese momento, Edward recordaba detalles específicos: su chaqueta de cuero, la mochila al hombro, el paisaje a la vera del camino.
A partir de esos datos, se generó una imagen que fue afinándose junto a él hasta que se sintió representado. Lo interesante es que no se trataba de una foto perfecta, sino de una evocación visual que le ayudaba a reconectar con ese episodio de su vida. El resultado no solo le provocó emoción, sino que abrió la puerta a nuevas conversaciones con su entorno.
Una herramienta complementaria, no sustitutiva
Es importante subrayar que las visualizaciones generadas por IA no buscan suplantar los recuerdos reales ni reemplazar la terapia tradicional, sino enriquecer el proceso. Al ofrecer un nuevo tipo de «objeto evocador», permiten una experiencia más interactiva y personalizada. La posibilidad de ajustar y perfeccionar las imágenes junto al paciente crea una dinámica de colaboración que también tiene un valor terapéutico en sí misma.
Además, el uso de IA permite superar las barreras temporales. Si una persona tiene un recuerdo de infancia sin ningún registro visual, la tecnología puede llenar esos vacíos de forma creativa, brindando nuevos estímulos para la memoria y el lenguaje.
Arte, tecnología y cuidado: una alianza prometedora
La colaboración entre artistas, tecnólogos y especialistas en geriatría da lugar a un enfoque multidisciplinario que está redefiniendo el papel del arte y la IA en el cuidado de la salud. Synthetic Memories es solo uno de varios proyectos en los que Google Arts & Culture está explorando el impacto del arte digital en el bienestar emocional y cognitivo.
Este tipo de iniciativas también abre interrogantes éticos y metodológicos: ¿qué nivel de intervención es adecuado? ¿Cómo asegurar que la representación generada no distorsione el recuerdo? ¿Qué papel tienen los cuidadores y familiares en este proceso? Aunque las respuestas aún se están construyendo, el potencial terapéutico de estas herramientas es evidente.
Como si se tratara de un artista que ayuda a otra persona a reconstruir un mural dañado por el tiempo, la IA actúa aquí como un pincel digital que acompaña, sugiere y colabora. No impone, sino que ofrece posibilidades.
Una mirada hacia el futuro
A medida que se amplía el acceso a estas tecnologías, podría imaginarse un escenario donde cada centro de atención a personas mayores cuente con herramientas de IA adaptadas para trabajar con los recuerdos de sus pacientes. No como un sustituto de la interacción humana, sino como un complemento empático y creativo.
Este enfoque no solo beneficia a las personas con demencia, sino también a sus familias y cuidadores, quienes pueden redescubrir historias compartidas y fortalecer sus lazos afectivos. En definitiva, se trata de seguir construyendo puentes entre el pasado y el presente, con la tecnología como aliada.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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