Microsoft está cada vez más cerca de enfrentarse a un gran problema con Windows. Estamos a pocos meses de que finalice el soporte de Windows 10, y todavía hay muchos usuarios que se mantienen en esta versión. Esto puede comprobarse fácilmente en StatCounter, donde Windows 11 tiene una cuota de mercado del 43,72 %, mientras que Windows 10 lidera con un 52,94 %. Algo inédito.
Esto representa un grave problema, ya que a partir del mes de octubre serán millones los dispositivos que dejarán de recibir actualizaciones de seguridad, quedando expuestos a cualquier amenaza. Aunque Microsoft ya plantea alternativas, estas pasan necesariamente por caja.
Algunos usuarios tienen razones de peso para quedarse en Windows 10
Pero… ¿por qué hay tanta reticencia a dar el salto a Windows 11? Esta es la pregunta que se hizo un usuario en la comunidad de Reddit y que ha generado un interesante debate. De ahí pueden extraerse algunas razones de peso.
Aunque han surgido formas de sortear esta limitación —como mediante Rufus o comandos en la terminal—, Microsoft ha intentado bloquear esos métodos con actualizaciones y parches. Además, advierten que usar Windows 11 en equipos no compatibles implica riesgos, e incluso podrían desactivarse algunas funciones.
Esto lleva a muchos a hablar de obsolescencia programada, aunque justificada en nombre de la seguridad. Por eso, algunas personas se están planteando instalar otros sistemas operativos que den nueva vida a sus ordenadores, como Linux o ChromeOS Flex.
Es cierto que, con el tiempo, Microsoft ha ido retirando opciones de personalización que antes eran comunes. Quienes recuerdan Windows XP o 95 saben que antes se podía modificar casi cualquier aspecto del sistema operativo.
Mala experiencia de usuario. Algunos usuarios más técnicos critican que Windows 11 ha complicado el acceso a ciertas funciones. También señalan que el nuevo menú contextual es menos intuitivo, aunque hay formas de volver al menú de Windows 10.
Estabilidad y fiabilidad. Windows 10 es para muchos un sistema maduro y muy estable. Tras años de actualizaciones, se ha convertido en una plataforma sólida. En cambio, Windows 11 tuvo un lanzamiento problemático y sigue arrastrando una reputación de bajo rendimiento, aunque ha mejorado mucho desde entonces.
Aquí entra en juego la clásica frase de la informática: “si funciona, no lo toques”. Muchos usuarios temen que, tras actualizar, dejen de funcionar programas esenciales para su día a día o que el rendimiento empeore.
Otra queja recurrente es la presencia de software preinstalado. Aunque es posible eliminar este contenido con herramientas externas, la necesidad de hacerlo supone una fricción adicional para quienes quieren una experiencia limpia desde el primer momento. Aunque hay forma de instalar Windows solo con lo que se necesita.
En resumen, la resistencia a actualizar a Windows 11 no se debe a una única causa, sino a una suma de factores: incompatibilidad con el hardware, menor personalización, miedo a perder estabilidad o simplemente la comodidad de seguir con lo que ya funciona. Mientras Windows 10 siga cumpliendo con las expectativas de estos usuarios, es probable que el cambio a Windows 11 siga siendo lento y progresivo. Aunque la fecha límite está cada vez más cerca.
Imágenes | Onur Binay Jeff Hardi
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La noticia Estas son las razones para no pasar de Windows 10 a Windows 11 de algunos usuarios: la compatibilidad es lo más 'odiado' fue publicada originalmente en Genbeta por José Alberto Lizana .
☞ El artículo completo original de José Alberto Lizana lo puedes ver aquí
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