En el verano de 2003, una investigación rutinaria por una serie de robos en Manhattan condujo a un hallazgo inesperado. Un agente encubierto del Departamento de Policía de Nueva York siguió a un joven que se comportaba de forma sospechosa y lo observó operar durante varios minutos en el vestíbulo de un cajero automático. Iba extrayendo dinero con una tarjeta tras otra, todas ellas falsificadas, aprovechando el cambio de día para sortear los límites diarios de retirada. Aquella escena era solo la punta del iceberg de una red criminal mucho más compleja, según detalló años después el diario The New York Times.
Aquel joven se llamaba Albert Gonzalez, aunque en internet prefería ocultarse tras alias como "soupnazi". Lo que hacía se conocía en los foros criminales como "cashing out": usar tarjetas clonadas para sacar dinero en efectivo antes de que los bancos pudieran reaccionar. Su detención abrió la puerta a una operación sin precedentes. Los agentes descubrieron que almacenaba millones de números de tarjeta en su ordenador y que, además de ejecutar fraudes, poseía un conocimiento detallado sobre las técnicas de ciberdelincuencia.
Gonzalez no era un criminal cualquiera


Mientras colaboraba con las autoridades de día, por la noche seguía enviando bases de datos robadas a través de contactos en Europa del Este. Usó empresas fantasma, sistemas de transferencia opacos y mulas para blanquear millones. Incluso vendió información comprometida a hackers que estaban siendo investigados, alimentando así nuevas líneas de acusación. Finalmente, tras una serie de detenciones clave y el rastreo de una cuenta de correo vinculada a su antiguo alias, los agentes cerraron el cerco.
Imágenes | Captura de pantalla | Servicio Secreto (1, 2)
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La noticia Este hacker comenzó a colaborar con el Servicio Secreto tras ser detenido. Lo que nadie sabía es que seguía robando a lo grande fue publicada originalmente en Xataka por Javier Marquez .
☞ El artículo completo original de Javier Marquez lo puedes ver aquí
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